En la empalizada
Los toros de Mercedes P¨¦rez Tabernero nunca hab¨ªan corrido el encierro. Conocer el comportamiento de unas fieras que van a venir por detr¨¢s, quiz¨¢ tirando cornadas, siempre ayuda, porque no es lo mismo correr los miuras, que les gusta ir en manada, que los guardiola, m¨¢s an¨¢rquicos. As¨ª que los mozos tiraron del libro que da cuenta del origen de cada ganader¨ªa y encontraron que la casta del ganado de do?a Mercedes es la misma que la que poseen otras reses de la familia P¨¦rez Tabernero. No hab¨ªa gran peligro. Lo previsible era que corrieran agrupados. As¨ª fue, pero a su paso dejaron dos heridos, uno de ellos grave al ser corneado en el cuello.Jes¨²s Mendiz¨¢bal, de 25 a?os, fue atrapado contra la valla derecha de la plaza Consistorial. Recibi¨® una cornada en la parte posterior del cuello, con dos trayectorias, una que le rompi¨® la s¨¦ptima v¨¦rtebra cervical y otra dirigida hacia el paquete v¨¢sculo-nervioso. No es que Trianero hubiera traicionado su gen¨¦tica, que le obliga a tener un noble comportamiento; es que la inercia de la carrera le llev¨® a topar violent¨ªsimamente contra la empalizada, donde hab¨ªa varios corredores.
"Las cornadas m¨¢s graves siempre se reciben junto al vallado. A veces m¨¢s peligroso buscar refugio all¨ª, que correr delante de las astas y abrirse luego en abanico. Si el toro te pega en plena carrera la herida nunca es fuerte porque la propia velocidad que llevas provoca que salgas lanzado, en cambio si te atrapa contra la empalizada, puede atravesarte", dice Tom¨¢s L¨®pez Ast¨²riz, Masito, habitual corredor hasta hace unos anos.
El riesgo se reduce mientras los toros tienen espacio para correr y lo hacen por el centro del recorrido, como ayer, durante todo el trayecto por la calle de la Estafeta, aunque all¨ª F¨¦lix Huarte, de 23 a?os, recibi¨® una cornada de 10 cent¨ªmetros en el muslo derecho, de car¨¢cter menos grave, lo que confirma las opiniones de los expertos.
Pese a los dos heridos, las reses no mostraron peligrosidad. La que abri¨® carrera fue dudando entre seguir hacia delante o embestir a los mozos que iba pasando por la derecha, eligi¨® la primera. Cuando el casta?o pas¨® a la cabeza, si corne¨® a Jes¨²s Mendiz¨¢bal fue porque resbal¨® hacia la empalizada. Despu¨¦s, dos toros condujeron toda la manada por Estafeta, hasta que se estrellaron contra el vallado de Telef¨®nica; los mozos que se vieron all¨ª sorprendidos lo pueden contar porque los astados incluso levantaron la cabeza al intuir el choque, igual que los corredores que fueron alcanzados en la entrada a la plaza y se pegaron a la pared.
Las reses permanecieron en el ruedo un minuto y s¨®lo una de ellas se decidi¨® a embestir a un mozo que se hab¨ªa introducido en sus querencias. Cuando quiso reaccionar resbal¨® y sali¨® volteado. Fue la ¨²nica ocasi¨®n que un pereztabernero se arranc¨® en los tres minutos que permanecieron sueltos. Un d¨ªa m¨¢s, los toros no fueron los peligrosos, sino los mozos los imprudentes.
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