Una investigaci¨®n asocia los pl¨¢sticos con c¨¢nceres y desarreglos sexuales
Cient¨ªficos de la Universidad de Boston abren otra v¨ªa de estudio
La confirmaci¨®n, de que los pl¨¢sticos liberan bajo determinadas condiciones unas mol¨¦culas que se comportan como hormonas y pueden alterar los caracteres sexuales secundarios va a abrir una l¨ªnea de investigaci¨®n distinta a la actual -concentrada en las hormonas naturales- y que puede explicar el aumento del c¨¢ncer y de desarreglos sociales, seg¨²n los investigadores Carlos Sonnenschein -que est¨¢ en Granada- y Ana Soto.
Ambos cient¨ªficos, de la universidad de Tufts (Boston) atribuyen algunos c¨¢nceres, como los de mama y pr¨®stata, y la ca¨ªda del n¨²mero de: espermatozoides en el hombre y otros desarreglos sexuales, a una de estas mol¨¦culas estrog¨¦nicas, el nonyl-phenol.Sonneschein advierte del riesgo que pueden suponer los contaminantes pl¨¢sticos esparcidos por toneladas en el mundo, y que pr¨¢cticamente se encuentran en contacto con todo tipo de materia -agua, alimentos y casi todos los envasados en recipientes de pl¨¢stico del tipo de los poliestirenos y los policarbonatos-, aunque es cauto a la hora de evaluar la envergadura de la toxicidad.
Sonnenschein cree que la lucha contra la contaminaci¨®n se debe incardinar al estudio y la prevenci¨®n de los eventuales peligros derivados de los residuos pl¨¢sticos.
Nonyl-plienol
Un editorial de la revista Endocrinology, el pasado mes de junio, se preguntaba sin alarmismo, pero con rotundidad, sobre los efectos de estas mol¨¦culas sobre la reproducci¨®n de la especie humana.El descubrimiento del nonylphenol por parte del equipo del profesor Sonnenschein fue casual. "Un d¨ªa, despu¨¦s de cuatro a?os repitiendo con ¨¦xito la experiencia", relata, "tratamos de reproducir un ensayo biol¨®gico consistente en purificar una sustancia en el suero humano que inhibe las c¨¦lulas mamarias. No conseguimos nuestro objetivo, y nos preguntamos qu¨¦ habr¨ªa ocurrido. ]Finalmente atribu¨ªmos el problema a los tubos de pl¨¢stico de centrifugar, donde se hallaba el suero. Intentamos averiguar si los fabricantes hab¨ªan alterado la composici¨®n de los tubos, pero nos negaron esa informaci¨®n".
En los tubos encontraron el nonyl-phenol, que hab¨ªa sido el causante del error. Seg¨²n datos de la revista Endocrinology, en 1976 la producci¨®n anual de nonyl-phenol en el mundo supuso 45.000 toneladas.
M¨¢s duro fue lo que le ocurri¨® al profesor David Felman, de la Universidad de Stanford. Despu¨¦s de dedicar 15 a?os a investigar el efecto del estr¨®geno en la levadura de cerveza, descubri¨® que en realidad tal mol¨¦cula se generaba cuando el dep¨®sito plastificado donde crec¨ªa la levadura se somet¨ªa a un proceso de esterilizaci¨®n en autoclave.
Esta nueva mol¨¦cula estrog¨¦nica se identific¨® como bisphenol, que tambi¨¦n demostr¨® tener una funci¨®n biol¨®gica similar a las hormonas sexuales femeninas.
"Nadie sospechaba que el bisphenol fuera un estr¨®geno, porque los tests de identificaci¨®n estrog¨¦nica eran inadecuados para esa mol¨¦cula. A partir de ahora, en lugar de identificar como estrog¨¦nicas aquellas mol¨¦culas con apariencia de estr¨®genos, habr¨¢ que fijarse en sus efectos biol¨®gicos", se?ala. "Todo est¨¢ contaminado por los pl¨¢sticos. El propio tejido adiposo del organismo vivo es probable que almacene esas sustancias contaminantes. De hecho, cuando se clasificaron los grupos de riesgo a sufrir c¨¢ncer de mama, se observ¨® una tendencia entre las personas que segu¨ªan una dieta rica en grasas.
Al principio se pens¨® que era la dieta la que aumentaba el peligro. Ahora se sospecha que no son las grasas, sino los contaminantes de ¨¦stas los que exponen a contraer el rnal", agrega Sonnenschein.
Las sustancias contaminantes se hallan en los detergentes, en los productos espermicidas de los preservativos y en las tintas de las fotocopiadoras. Sin embargo, se desconoce bajo qu¨¦ circunstancias se puede producir en cada caso la contaminaci¨®n. Lo que el hallazgo debe hacer cambiar, a juicio de Sonnenschein, es la l¨ªnea de investigaci¨®n y asimismo las medidas precautorias consiguientes.
El ya citado editorial de Endocrinology afirmaba que los efectos sobre la salud humana de los pl¨¢sticos "son inquietantes", pero luego apostillaba: "A¨²n no hay nada probado".
Con todo, hay motivos suficientes de preocupaci¨®n. En Estados Unidos, en la regi¨®n de los Grandes Lagos, uno de los lugares m¨¢s golpeados por la contaminaci¨®n, muchos animales cuyo sexo gen¨¦tico era masculino aparecieron despu¨¦s con caracteres femeninos.
Peces y aves
El fen¨®meno afecta sobre todo a los peces, que, como parte de una cadena biol¨®gica, podr¨ªan haber afectado a las aves que se nutren de ellos. De hecho, se han detectado problemas de reproducci¨®n en las ¨¢guilas.El riesgo, sin embargo, no se concentra en un lugar determinado. Lo mismo que sucede en el caso del DDT, que ya s¨®lo se usa en ?frica para tratamiento de choque contra la extensi¨®n de las ¨¢reas pal¨²dicas, los contaminantes degradan cualquier zona del planeta, al precipitarse al suelo en forma de lluvia.
"El mundo es una peque?a aldea, y los problemas ya no son exclusivos de aquellos lugares donde esos productos qu¨ªmicos son manufacturados", se?ala Carlos Sonnenschein.
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