Espiritu latino

El ba?o m¨ªstico de Santana alcanz¨® cotas moderadas. Hizo falta paciencia en la anterior visita del chicano: en el mismo escenario propin¨® tres horas de tost¨®n bajo la excusa del jazz. Ahora, por fortuna, fue una velada con el Santana de siempre, el que ha enriquecido el rock con feliz aportaci¨®n latina.Lo latino es cosa en alza y el autor de Abraxas es un ejemplar sobresaliente en la tarea de la integraci¨®n musical. Pero prefiere volcarse sobre lo que llama "el mensaje positivo" y hablar de un "mejor futuro para la humanidad" en vez de reclamar un patriarcado sobrado de m¨¦ritos. Fue la ¨²nica alocuci¨®n de la jornada. La m¨²sica gan¨® en protagonismo y brot¨® en largos desarrollos al modo del Milagro, ¨²ltimo ¨¢lbum presentado bajo nueva etiqueta discogr¨¢fica y con la dedicatoria p¨®stuma a Miles Davis.

M¨¢s que la guitarra de Santana, el lucimiento fue de la percusi¨®n. Con Armando Peraza al frente, "mi verdadero hermano", seg¨²n el l¨ªder, las intervenciones de los percusionistas se ganaron ovaciones. Black Magic Woman fue reconocida y los cuerpos entraron en movimiento al comp¨¢s de Oye como va. En la reanudaci¨®n surgi¨® la belleza de Europa, la pieza m¨¢s renombrada de su repertorio, pero m¨¢s celebrada fue Jingo. Santana toco con la libertad que ha preconizado en 25 a?os de constante tr¨¢nsito.