Las ayudas estatales y el futuro del libro enfrentan a los editores europeos
Lo audiovisual ser¨¢ un aspecto clave para la superaci¨®n de la crisis del sector
El futuro del libro, el panorama de la edici¨®n literaria, el papel de las administraciones p¨²blicas y la influencia de las nuevas tecnolog¨ªas fueron los temas que debatieron ayer representantes de las m¨¢s importantes editoriales europeas, en un curso de la Universidad Complutense en El Escorial sobre La edici¨®n en Europa, dirigido por Juan Cruz, director de Alfaguara. La nota m¨¢s optimista y positiva, dentro de un desolador panorama pintado por los editores, la dio Peter Mayer, presidente de la editorial Penguin, que alej¨® los fantasmas del miedo ante la tecnolog¨ªa y augur¨® un futuro prometedor ante la perspectiva del aumento de los lectores potenciales con mayor nivel econ¨®mico y m¨¢s tiempo libre.
Editores espa?oles como Jorge Herralde (Anagrama); Beatriz de Moura (Tusquets); Andreu Teixid¨® (Destino) y Juan Cruz (Alfaguara); escritores y poetas como Jos¨¦ Saramago, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, ?ngel Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo compartieron ayer con Peter Mayer (Penguin) y el franc¨¦s Jean Marie Laclaventine (asesor editorial de Gallimard) su experiencia y sentimientos de crisis en el mundo editorial.La invasi¨®n de las t¨¦cnica audiovisuales, el derrumbe del protagonismo social de la cultura y la manera de afrontar los problemas de la edici¨®n literaria centraron las intervenciones de los editores en el curso, que cont¨® con la presencia del director general del Libro, Federico Ib¨¢?ez, quien se convirti¨® en el blanco de todas las iras de los editores y en el protagonista acosado del coloquio.
A pesar de declararse incapaz, como Jorge Luis Borges, de imaginarse un mundo sin libros, Juan Cruz resalt¨® la ausencia del libro como referencia cultural, de ese libro nacido "de la imaginaci¨®n y la duda, de la melancol¨ªa, la torpeza y la soledad" y la sustituci¨®n "por ese otro libro", el best seller que "aparece en esa franja invasora del mercado con letras enormes y doradas". Cruz resalt¨® la necesidad de buscar un nuevo lenguaje com¨²n y una vecindad m¨¢s creativa entre las grandes y peque?as editoriales como ¨²nica manera de afrontar el futuro. "S¨®lo la uni¨®n, en cada naci¨®n y comunitariamente, nos permitir¨¢ ganar el futuro".
El director de Alfaguara incit¨® a las administraciones p¨²blicas a contribuir a resolver un problema que calific¨® de estatal. "Si aceptamos que los libros son un veh¨ªculo cultural de primera magnitud, no digamos que no estamos verdaderamente ante un problema de Estado, y es ¨¦ste el que nos debe, ayudar a superar los supuestos que hoy encarecen el libro y dificultan su expansi¨®n social", se?al¨® el director de Alfaguara.
Jean Marie Laclaventine, un hombre de 39 a?os que confes¨® su aborrecimiento por la televisi¨®n y el mundo audiovisual, abog¨® por la firme defensa de que los editores no cedan a las tentaciones comerciales -"los editores deben estar a la escucha del mundo y sus movimientos, pero sin dejarse seducir por las sirenas del comercio y su deinagogia"-, de conservar el papel de gu¨ªa y consejero de los libreros y de la intervenci¨®n del Estado para la soluci¨®n de los problemas.
Revolc¨®n ideol¨®gico
Por su parte, el din¨¢mico Peter Mayer dio un revolc¨®n ideol¨®gico al problema. Defensor de la econom¨ªa libre y de competencia, se declar¨® en contra de las subvenciones de todo tipo -"la cuesti¨®n es conseguir que los libros triunfen en una econom¨ªa libre"-; abog¨® por la mercadotecnia centrada en el lector y sus necesidades, y dijo a los editores que olviden la palabra crisis. "La cura frente a la crisis viene ¨²nicamente de la simplicidad y de la b¨²squeda del mayor ¨¦xito posible", dijo el presidente de Penguin, a quien no se le cayeron los anillos en su defensa de la cultura de masas. Mayer se?al¨® que hab¨ªa que utilizar la tecnolog¨ªa sin miedo, como manera m¨¢s econ¨®mica, f¨¢cil y r¨¢pida de llegar al mayor n¨²mero de lectores. Enemigo de la ¨¦lite de los libreros, el mensaje optimista de Mayer a los editores fue: "Hay que dejar de ser llorones y comemos el mundo con nuestra invenci¨®n".Si la nota optimista la puso Mayer, la de color, o m¨¢s bien de dolor, la puso el poeta Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo. Despu¨¦s de dormitar durante las intervenciones, con ca¨ªdas inevitables de cabeza incluidas, Goytisolo se desperez¨® e hizo lo Mismo con los presentes con un ataque directo a lo que ¨¦l llam¨® ediciones "vergonzantes" de las comunidades aut¨®nomas a costa del erario p¨²blico, "por parte de unos amiguetes que lo hacen para favorecer a otros amigue tes", dijo Goytisolo, quien pidi¨® al director del Libro un toque de atenci¨®n ante la edici¨®n de estas "verdaderas patra?as". "Que no los pague el Estado o las administraciones auton¨®micas; si quieren, que lo hagan las monjas de la Caridad", solicit¨® Goytisolo, a estas alturas absolutamente despejado.
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