El olor de la p¨®lvora y el suced¨¢neo
El director de Le Monde esboz¨®, entre los m¨²ltiples riesgos y limitaciones que padecen los periodistas en el ejercicio de su profesi¨®n, la teor¨ªa de la p¨®lvora. Y explic¨® que al igual que el olor de la p¨®lvora excita o emborracha al artillero, una informaci¨®n explosiva puede descontrolar el criterio de un periodista y llevarle a cometer errores, v¨ªctima de su entusiasmo.Pero si para el director del diario franc¨¦s est¨¢n claros los riesgos de los periodistas -de los que no excluye la posible falta de inteligencia o formaci¨®n para entender el acontecimiento sobre el que tiene que escribir- no lo est¨¢ tanto su identidad, cada vez m¨¢s borrosa ante el creciente n¨²mero de profesionales que se dedican a ese nuevo g¨¦nero en el que se mezcla informaci¨®n, propaganda y espect¨¢culo. Lesourne reconoci¨® que es muy dif¨ªcil trazar la l¨ªnea que separa a los verdaderos profesionales que se dedican al periodismo y a ese suced¨¢neo que puede ser una nueva estrella de la sociedad de la comunicaci¨®n.
Concentraci¨®n
En el debate posterior a la conferencia de Estefan¨ªa se suscit¨®, entre otros, el tema de la concentraci¨®n de los medios de comunicaci¨®n. En este punto, tanto el director de EL PA?S como Juan Luis Cebri¨¢n, consejero delegado del grupo, se?alaron que PRISA ocupa el puesto n¨²mero 42 de los grupos de comunicaci¨®n europeos, muy lejos de otros de entre ellos que tienen diarios en Espa?a.Cebri¨¢n, por su parte, se?al¨® que la suposici¨®n de que la concentraci¨®n mata el pluralismo no se sustenta emp¨ªricamente. Previamente, Estefan¨ªa hab¨ªa dicho que los beneficios que obtiene el grupo PRISA los reinvierte en otros medios de comunicaci¨®n y recalc¨® que es un grupo editor puro, mientras que en Espa?a -y esto har¨¢ cambiar el panorama- comienzan a invertir en los medios distintos grupos financieros.
El director de EL PA?S hab¨ªa recordado en su conferencia la necesidad que tienen los diarios de referencia de dotarse de los instrumentos necesarios para garantizar su calidad, solvencia y rigor informativo. Y como ejemplo de estos instrumentos cit¨® el Estatuto de la Redacci¨®n, el Libro de estilo y la figura del Ombudsman o defensor de los lectores.
Estefan¨ªa record¨® que cuando se aprob¨® el estatuto, en junio de 1980, que fija los derechos de los redactores y regula la cl¨¢usula de conciencia y el secreto profesional, un accionista del diario que vot¨® en contra del estatuto, declar¨®: "Este estatuto acaba con la libertad de prensa, a menos que se entienda como libertad de prensa lo que existe en Cuba". La experiencia ha sido la contraria, afirm¨®.
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