El 'caso Alkorta' rompe la paz entre Lertxundi y sus socios
Si Juup Heynckes no lo remedia, el s¨ªndrome Alkorta va a ser para el presidente del Athletic, Jos¨¦ Juli¨¢n Lertxundi, como la pertinaz sequ¨ªa. Tras un a?o de reconciliaci¨®n entre el equipo y los aficionados y entre ¨¦stos y la directiva, el traspaso de Rafael Alkorta al Real Madrid ha roto el armisticio entre las partes.Lertxundi afronta un a?o tempestuoso del que ya ha vivido los primeros ejemplos de conflictividad social. Bajo tal desencuentro subyace una cuesti¨®n m¨¢s preocupante: la situaci¨®n econ¨®mica del Athletic amenaza ruina. Por vez primera, la entidad reconoce p¨²blicamente la quiebra de uno de sus baluartes morales.
Durante d¨¦cadas el Athletic ofreci¨® una imagen tridimensional: aut¨¢rquico en lo filos¨®fico, copero en lo deportivo y mod¨¦lico en lo econ¨®mico. La autarqu¨ªa sigue inc¨®lume e indiscutible, pero deportivamente se ha vuelto abstemio y las cuentas econ¨®micas lucen ahora en rojo.
El traspaso de Alkorta ha destapado la caja de los truenos. "El Athletic necesita aumentar las cuotas un 50% para acabar con los problemas econ¨®micos", ha se?alado Lertxundi para a?adir que "la inyecci¨®n de este traspaso [375 millones de pesetas] asegura la cuenta de resultados de los pr¨®ximos tres a?os". El mensaje es b¨¢sico: o los socios pagan m¨¢s o el Athletic deportivamente cada vez valdr¨¢ menos.
Respuesta negativa
Los socios dijeron no a la subida de cuotas solicitada en el presupuesto 1992-93, derrumbando las expectactivas de los dirigentes del Athletic para hacer frente a los gastos financieros que acosan al club. La respuesta a aquella negativa ha sido el traspaso de Alkorta y la reacci¨®n social no se ha hecho esperar. Pintadas en Ibaigane (sede del club) y San Mam¨¦s; zarandeos al coche del presidente y a, la comitiva de directivos tras la rueda de prensa para confirmar el traspaso prologaron la reacci¨®n de los aficionados.El primer acto tuvo como escenario San Mam¨¦s durante la presentaci¨®n el lunes de la plantilla rojiblanca. Lertxundi no pudo hablar ante la ensordecedora pita que le dedicaron los 10.000 aficionados que asistieron al acto, que le despidieron con una lluvia de tomates y monedas. Las previsiones ante la asamblea de septiembre son tormentosas. Lertxundi pretende acallar a los socios con una subida simb¨®lica de cuotas y un presupuesto aseado.
Sin embargo, los compromisarios m¨¢s organizados le esperan en el terreno deportivo, en el incumplimiento del programa y le acusar¨¢n de mala gesti¨®n para explicar los n¨²meros rojos del balance econ¨®mico.
De momento el caso Alkorta no ha dejado t¨ªtere con cabeza. Unos y otros -incluido el jugador- han declinado la responsabilidad del traspaso. Alkorta dijo sentirse empujado por el presidente y acus¨® de desidia al entrenador; el presidente endosa la operaci¨®n a la racaner¨ªa de los socios y el entrenador entiende las razones del presidente y advierte de nuevos traspasos si el Athletic no entra en Europa.
El Athletic ha acudido al cr¨¦dito bancario para resolver su falta de liquidez y sufragar el incremento de las n¨®minas. Retener a, jugadores como Guerrero o Valencia, adecuar a los j¨®venes m¨¢s prometedores, pagar ordenadamente a sus figuras consolidadas y responder a una lista de fichajes m¨¢s que discutibles le ha supuesto una carga de intereses tremenda: no menos de 400 millones a corto plazo.
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