Kohl admite por primera vez que la uni¨®n monetaria puede retrasarse "uno o dos a?os"
La realidad comienza a imponerse. Tras las turbulencias que obligaron a flexibilizar las reglas del Sistema Monetario Europeo (SME), el canciller alem¨¢n, Helmut Kohl, admiti¨® ayer por primera vez que el calendario para la uni¨®n monetaria fijado por el Tratado de Maastricht puede "retrasarse uno o dos a?os". Para Kohl es m¨¢s importante mantener las condiciones que los Doce se autoimpusieron para alcanzar esa uni¨®n que respetar el calendario acordado entonces. La peseta, entretanto, mantiene su estabilidad, aunque ayer se depreci¨® ligeramente frente al marco y al d¨®lar.
Helmut Kohl, que realiz¨® estas declaraciones en una entrevista concedida a una cadena de televisi¨®n alemana durante sus vacaciones en la localidad austr¨ªaca de Sankt Gilgen, expres¨® su deseo de que los dirigentes europeos se replanteen los plazos que fija el Tratado de Maastricht para la uni¨®n monetaria. Las informaciones procedentes de Alemania no detallaban si Kohl precis¨® a qu¨¦ fase de las previstas en el Tratado afectar¨ªa el retraso.El canciller lanz¨® la idea de convocar una cumbre extraordinaria en octubre para acordar un nuevo calendario.Kohl record¨® que el primer ministro franc¨¦s, ?douard Balladur, tambi¨¦n se ha expresado en el mismo sentido de replantear los plazos. El Tratado de Maastricht prev¨¦ la creaci¨®n de una moneda com¨²n y un banco central europeo en tres fases. En 1994, si se mantuviera el calendario, se iniciar¨ªa la segunda fase -banco central europeo-, que deber¨ªa culminar en 1997 ¨® 1999 como m¨¢ximo en la moneda com¨²n.
En estas primeras declaraciones p¨²blicas tras el terremoto monetario que forz¨® al SME a ampliar las bandas de fluctuaci¨®n, Kohl culp¨® a la falta de convergencia entre las econom¨ªas de los pa¨ªses miembros de la CE, y no a las tensiones cambiarias, del retraso que pueda sufrir la Uni¨®n Europea.
En consecuencia, razona, es imprescindible mantener el objetivo de las condiciones de convergencia que impone Maastricht -en s¨ªntesis, baja inflaci¨®n, un d¨¦ficit que no supere el 3% del PIB y una deuda p¨²blica inferior al 60% del PIB- para superar el bache por el que atraviesa la CE, en su opini¨®n. "De ninguna manera podemos aflojar las condiciones que prev¨¦ Maastricht para las econom¨ªas nacionales", dijo.
Situaci¨®n de Alemania
Con una inflaci¨®n que, situada alrededor del 4,5%, dobla a la francesa y con un d¨¦ficit p¨²blico que se ha disparado este a?o, Alemania ha visto en pocos meses como los indicadores fundamentales de su econom¨ªa se alejaban de los valores exigidos para entrar en la segunda, fase de la uni¨®n monetaria.La actual crisis monetaria ha proporcionado, pues, cierto al?vio a Alemania. "Si como consecuencia de ello, el calendario se retrasa uno o dos a?os -y esto no lo s¨¦ ni yo ni nadie-, me pregunto: ?Qu¨¦ es lo que cambia en lo fundamental?", reflexion¨® Kohl. Pero hay una cosa que evidentemente ya ha cambiado. Los pa¨ªses con monedas m¨¢s d¨¦biles en el SME (Espa?a, Portugal o Dinamarca), ya no pueden confiar en la credibilidad que hasta ahora ofrec¨ªa el paraguas protector de la futura uni¨®n monetaria para captar inversi¨®n extranjera.
"Ahora cada pa¨ªs depender¨¢ de la credibilidad interna que pueda ofrecer", asegura Daniel Manzano, de AFI. En el caso de Espa?a, la negociaci¨®n del pacto social y la presentaci¨®n del presupuesto del Estado para 1994 ser¨¢n las piedras de toque.
De momento, la peseta se mantiene con relativa estabilidad en los mercados de divisas. Ayer, se depreci¨® ligeramente frente al marco y el d¨®lar, y cerr¨® a 82,5 frente a la divisa alemana y a 140,0 frente a la estadounidense. El viernes pasado, un d¨®lar costaba 139,9 pesetas y un marco 82,0.
La estabilidad de la peseta en los mercados de cambios, a pesar del recorte del tipos que realiz¨® el Banco de Espa?a la semana pasada, contrasta con la relativa debilidad del franco franc¨¦s y la corona danesa en los ¨²ltimos d¨ªas. "Las tres devaluaciones de la peseta son el origen de su actual estabilidad, mientras que las monedas que no devaluaron -corona danesa, franco franc¨¦s y belga- son las que m¨¢s presi¨®n sufren", seg¨²n fuentes del mercado.
En Par¨ªs el Banco de Francia s¨®lo recort¨® modestamente el tipo a un d¨ªa -del 10% al 9,75%-, y dej¨® invariables los dem¨¢s. Esta prudencia del Gobierno franc¨¦s a la hora de bajar sus tipos de inter¨¦s -pese a que las empresas est¨¢n pidiendo el recorte a voz en grito- es la que permite que el franco se mantenga estable. Ayer, el franco cerr¨® a 3,505 marcos, frente a los 3,494 del viernes por la tarde.
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