Una vaquilla escapada del corral embiste contra siete personas en Vallecas
A Josefa S¨¢nchez, de 56 a?os, le gustan los toros. Desde ayer, no tanto. Ella y otros seis vecinos de la villa de Vallecas conocieron en su propio barrio lo que es la embestida de un astado. Al mediod¨ªa, dos vaquillas se escaparon de los establos de Te¨®filo Cobo, cerca de Mercamadrid, y llegaron hasta la M-40. Una de ellas, ya en el casco urbano, arremeti¨® contra siete viandantes. Todos sufrieron heridas leves y un susto morrocotudo. Al final, la misma res fue acorralada en un descampado cercano al Cerro de la Vaca, junto a la barriada de Santa Eugenia. All¨ª, un guardia jurado contratado por Renfe la abati¨® con cuatro tiros. La otra ya hab¨ªa regresado al corral sin inquietar a los vecinos.
Josefa sali¨® ayer, como todos los d¨ªas, a recoger peri¨®dicos en los contenedores de basura de la UVA (Unidad Vecinal de Absorci¨®n) de Vallecas. De repente, Su carrito vol¨® por los aires y se encontr¨® en el suelo. Una vaca la hab¨ªa embestido.Una ambulancia del Samur la traslad¨® a la casa de socorro del distrito, donde le cosieron dos puntos en la frente y le trataron de varias contusiones. "Cuando la vi intent¨¦ huir, pero no me dio tiempo; me vi en el suelo y pens¨¦ que me mor¨ªa", explica. Por la tarde a¨²n segu¨ªa alterada. En la sala de su destartalada casa tiene colgadas varias fotos taurinas.
Luego, a Valent¨ªn Moreno Mej¨ªas, de 71 a?os, y a Ana Galiano Alado, de 70, el bicho les pill¨® en un descampado de la calle de Sierra Gorda. En el sanatorio de la Virgen de la Torre curaron a ambos c¨®nyuges de sus lesiones leves.
Los otros heridos fueron la ni?a Azucena Pedraza Lorenzo, de 11 a?os, y Francisco Fern¨¢ndez Fern¨¢ndez, de 57. Fern¨¢ndez qued¨® ingresado en el hospital Gregorio Mara?¨®n con diversas erosiones y una costilla fracturada. Al cabo de varias horas sali¨® del centro sanitario con pron¨®stico leve, salvo complicaciones. Adem¨¢s, dos vigilantes jurados contratados por Renfe, Manuel Hern¨¢ndez Municio -quien mat¨® finalmente a la vaquilla- y su compa?ero A. Moral Soriano, tambi¨¦n sufrieron contusiones.
La dehesa de la M-40
Las cuadras de Te¨®filo Cobo est¨¢n situadas en la carretera de Villaverde a Vallecas, entre Mercamadrid y la colonia del Congosto. Por all¨ª pasan los camiones que llevan residuos al vertedero de Vallecas. La semana pasada, un volquete de gran tonelaje derrumb¨® el muro de cemento de la finca y algunas reses se escaparon. Tras recuperarlas, el ganadero instal¨® una valla provisional.El parche no funcion¨® y, en la ma?ana de ayer, se produjo una nueva fuga de vaquillas. En esta ocasi¨®n, las reses se alejaron m¨¢s del corral. Gran parte de la manada -formada por unas ocho reses- fue conducida de nuevo a los establos, pero a las 11.30, la Polic¨ªa Municipal recibi¨® una llamada: tres vacas correteaban a la vera de la M-40, cerca de Mercamadrid, como si fuese una dehesa. Una regres¨® pronto al redil. Pero dos coches patrulla acudieron para perseguir cada uno a los otros dos animales. Un segundo regres¨® al establo, pero la vaquilla que asust¨® a los vecinos de Vallecas se escap¨® a lo largo de la v¨ªa que bordea Vallecas-Villa.
Entonces comenz¨® una persecuci¨®n en la que un conductor, de nombre Santiago Becerra, ayud¨® a los agentes con su furgoneta Nissan, que fue abollada por la vaquilla.
Jorge, un vecino de Vallecas, a¨²n recuerda los cuernos del animal: "A pesar del cachondeo que se ha montado, las vacas infund¨ªan mucho respeto y ten¨ªan unas astas bastante peligrosas. Yo calculo que pesar¨ªan unos 200 kilos".
M¨¢s tarde, Miguel Arroyo, vecino de la Colonia Ulpisa, de 58 a?os, vio c¨®mo la vaquilla llegaba desde las v¨ªas del tren. Se mostr¨® impasible. "No hice nada, qu¨¦ iba a hacer, ?torearla?", explica; "adem¨¢s, las vacas y toros no se meten con uno si no se les provoca".
Pero el animal arremeti¨® contra siete personas en las calles de Sierra Gorda y Monte Montju?c, probablemente al sentirse acosado por la persecuci¨®n de los veh¨ªculos. Paco Fern¨¢ndez, de 36 a?os, sudaba la gota gorda mientras cavaba una zanja en la calle de Sierra Gorda. De repente la vio pasar ante sus narices. No se lo pod¨ªa creer. Por la zona no hay cosos taurinos.
En cuesti¨®n de segundos observ¨® c¨®mo el animal se arrancaba contra un matrimonio -Valent¨ªn Moreno y Ana Galiano- que volv¨ªa del mercado. En el suelo qued¨® desparramado un bote de garbanzos. Paco pudo parar un coche y evacuar a los heridos. "Menos mal que era lunes, porque los martes hay aqu¨ª un mercadillo donde se juntan centenares de personas", asegura.
Un hocico en la ventana
La vaquilla sigui¨® nerviosa su trayecto. Intent¨® entrar en el campo de deportes de una escuela. Estuvo a punto de ser atropellada por un cami¨®n. Y en una plaza cercana embisti¨® contra Josefa S¨¢nchez. Cien metros m¨¢s all¨¢ salt¨® una peque?a tapia y cay¨® de bruces frente a la ventana de Santiago Calero Tena, de 12 a?os. El chaval se qued¨® l¨ªvido: "Escuch¨¦ un ruido, mir¨¦ y me encontr¨¦ la cara de la vaca delante de la verja de mi ventana, con el morro herido y manchada de sangre".El animal continu¨® su trayecto, seguido de una nube de curiosos. Cruz¨® el camino Real de Arganda y lleg¨® a un descampado cercano al campo de f¨²tbol de La Torre, poblado de l¨ªneas de alta tensi¨®n. Este ser¨ªa su desolladero.
Entre tres coches policiales y una furgoneta la acorralaron. El guarda jurado Manuel Hern¨¢ndez Municio, contratado por Renfe, sac¨® su pistola reglamentaria y le dispar¨® cuatro tiros. Despu¨¦s, otra persona la remat¨® con un punz¨®n en el cuello. Esta muerte indign¨® a algunos testigos. "?Es que no pod¨ªan haberla cogido con una cuerda, ya que la ten¨ªan cercada?", se preguntaban. Para otros, su final fue el ¨²nico posible: "Estaba malherida, iba embistiendo a la gente", afirmaban. De all¨ª sali¨® en un remolque, todav¨ªa agonizante.
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