Los proxenetas exig¨ªan a cada rusa una "caja" diaria de 60.000 pesetas
Los proxenetas implicados en la captaci¨®n de mujeres rusas para dedicarlas en Madrid a la prostituci¨®n exig¨ªan a ¨¦stas, bajo amenazas, coacciones y alguna que otra paliza para las indisciplinadas, que todos los d¨ªas hiciesen una caja, vendiendo sus cuerpos, de 60.000 pesetas como m¨ªnimo: Al menos, eso han declarado casi todas las rusas interrogadas en Madrid, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n.Estas chicas (cuyas declaraciones han ayudado al desmantelamiento de la trama, en mayo pasado) aseguran sentir miedo a las posibles represalias que puedan sufrir por parte de los miembros de la red, que se extiende tambi¨¦n a varias ciudades espa?olas, entre ellas Barcelona. Varias de estas chicas han negado, en cambio, haber recibido amenazas de la banda y confiesan que su presencia en Espa?a es voluntaria.
De momento, dos personas se encuentran encarceladas en Madrid por su presunta participaci¨®n en esta trama. El Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1 se ha hecho cargo de la investigaci¨®n, seg¨²n fuentes policiales.
200 mujeres afectadas
La polic¨ªa cree que en los ¨²ltimos dos a?os han sido introducidas en Espa?a unas 200 mujeres rusas por tres hombres que contaban con la colaboraci¨®n de la agencia rusa Ol¨ªmpica Panomara (v¨¦ase El P?IS del 2 de julio).La investigaci¨®n comenz¨® a finales de abril, cuando, durante la ejecuci¨®n de algunas redadas, la polic¨ªa advirti¨® la presencia de un nutrido grupo de rusas esbeltas que se dedicaban a la prostituci¨®n en locales de la capital.
Las captaban mediante enga?os y les facilitaban pasaportes que eran gestionados en Rusia por miembros de la red, seg¨²n las citadas fuentes. Los miembros del clan que actuaban en Rusia indicaban que el motivo del viaje a Espa?a de las chicas era para trabajar de bailarinas o deportistas. En cambio, a ellas les dec¨ªan que una vez en Madrid se les har¨ªa un contrato para ejercer de modelos, escoltas de ejecutivos, secretarias.
Llama la atenci¨®n a los investigadores el hecho de que en algunos contratos, sin llegar a mencionar el t¨¦rmino prostituci¨®n, se deje entrever "de una forma m¨¢s o menos clara" el oficio para el que iban a ser contratadas.
Las chicas se daban cuenta luego, una vez en Espa?a, cuando les mostraban el contrato, que el trabajo de escolta prometido consist¨ªa en realidad en estar uno o m¨¢s d¨ªas a merced de los deseos de un cliente.
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