Bienvenidos a casa
Recorrido por el verano madrile?o con peque?as p¨ªldoras
Si quieren ustedes viajar por el verano reci¨¦n clausurado con el mismo esp¨ªritu con el que recorren las habitaciones de su casa al volver de vacaciones, no se detengan en el titular y pasen. El olor es lo primero que percibimos al abrir la puerta, pero tras ese rel¨¢mpago de identidad, y mientras avanzamos por el pasillo con la maleta en una mano y un nudo de incertidumbre en la mirada, sentimos que ese espacio, tan nuestro, pide que lo conquistemos de nuevo. Recorremos las habitaciones como las casillas del juego de la oca, temiendo -o deseando- encontrar algo que nos haga retroceder hasta la salida o, quiz¨¢, avanzar de golpe hasta el final. Conquiste de nuevo su ciudad, como su casa, recorriendo la existencia de Madrid desde el 15 de julio hasta el 31 de agosto a trav¨¦s de las noticias aparecidas en este suplemento. No hay en las l¨ªneas que siguen un orden cronol¨®gico, ni alfab¨¦tico, ni siquiera espacial: es un orden marcado por el olfato sentimental del que regresa y que, vaya usted a saber por qu¨¦, a lo mejor se asoma antes a la cocina o a un armario empotrado que al sal¨®n. Entre por un lado o por otro, hay un tejido secreto que le conducir¨¢ a lo esencial, como en su casa: en ese punto donde se produzca el reencuentro, usted volver¨¢ a ser el de antes.
Dinero grande. Si entra usted por el 15 de julio, lo primero con lo que se va a encontrar es con un asunto de dinero y con un problema de identidad. Quiero decir que en la primera p¨¢gina del suplemento Madrid de ese d¨ªa descubr¨ªamos que Mohedano ven¨ªa asesorando al potentado Pinto Font¨¢n desde 1974. Unos d¨ªas despu¨¦s del esc¨¢ndalo y de la dimisi¨®n de Mohedano por el Jaguar -o el cese, que todav¨ªa no sabemos si ha sido ni?o o ni?a-, el abogado y su patr¨®n emprenden existencias informativas diferentes: la del abogado se desvanece hasta hacerse invisible, como los perfumes caros que sin duda usa, mientras que la de Pinto Font¨¢n, m¨¢s basto, puede seguirse por el mal olor que deja tras de s¨ª. As¨ª, vuelve a aparecer con asuntos menores, tales como los casi 400 kilos de deuda que ha ido dejando por donde pasaba a modo de miguitas de pan, o de cagadas, para saber volver, a donde sol¨ªa; o la manera en que ha embarcado a sus socios en varios juicios de los que ¨¦l se ha quedado fuera. En agosto le vimos un par de veces m¨¢s: una por tropezar con un fot¨®grafo que le acus¨® de agresi¨®n, y, otra, porque los vecinos de Nuevo Versalles hab¨ªan decidido pedir justicia a trav¨¦s de un comunicado colectivo: los muy ingenuos no comprenden que alguien con semejante historial est¨¦ fuera de la c¨¢rcel. Desde entonces no le he vuelto a ver, pero he mandado ventilar todas aquellas p¨¢ginas en las que ha aparecido porque no hay quien pare dentro de ellas del olor que ha dejado. Dios le tenga en su gloria.
Dinero peque?o. ?Recuerdan lo de aquel taxista que devolvi¨® dos millones de pesetas a un cliente poco antes de que nos fu¨¦ramos de vacaciones? Pues, resulta que le han hecho un homenaje y que el due?o del dinero le ha mandado un cheque de 50.000 pesetas; o sea, el 2,5% de subida que propon¨ªa el Gobierno. Debe ser del PSOE. Por cierto, que el ejemplo de abandonar el dinero en bolsas dentro de los taxis ha cundido y, tambi¨¦n en agosto, volvemos a encontrar a un asalariado del sector devolviendo 880.000 pesetas a una clienta descuidada. Y, aunque no tiene nada que ver, otro taxista muri¨® cuando manipulaba un rev¨®lver con el que quer¨ªa ser el m¨¢s r¨¢pido del Oeste (para m¨¢s muertos, busque el apartado Muertos). Ignoramos c¨®mo consigui¨® el permiso reglamentario. Adem¨¢s de eso,. un guardia civil de paisano algo borracho dispar¨® un tiro a finales de agosto a otro taxista por una discusi¨®n de tr¨¢fico. Todav¨ªa una noticia m¨¢s sobre taxistas: una periodista extranjera cogi¨® a lo largo del verano 35 taxis y fue estafada en 23.
Y ya metidos en el dinero peque?o, no podemos dejar de anotar el precio que pag¨®. un se?or por una juerga en un apartamento del paseo de La Habana: 2.200.000 pesetas. El sujeto ha denunciado a la madama. A mano izquierda, seg¨²n sales de julio, hay un abogado que cobr¨® 4.000.000 de pesetas a un cliente por sacarlo de la c¨¢rcel. O sea, que el cliente est¨¢ fuera, pero al abogado lo han metido dentro. Por cierto, que un vidente de los que echan las cartas en el Retiro se puso en huelga de hambre para pedir a sus compa?eros que firmaran un c¨®digo deontol¨®gico del echador de cartas; los abogados lo tienen y a algunos no les va mal con ¨¦l (v¨¦ase el apartado Dinero grande). Adem¨¢s, un vidente intent¨® timar m¨¢s de medio mill¨®n a una endemoniada. Bueno, ¨¦l dice que la desendemoni¨®, y ella no dice que no, pero le parece caro. Esto debi¨® de ser un par de d¨ªas antes de la Virgen de agosto. Lo que m¨¢s sonaba en esas fechas eran los ruidos, a los que el Ayuntamiento llama decibelios.
Francotiradores. Nada, que un se?or de 50 a?os descarg¨® su escopeta de perdigones sobre los clientes de un bar de las Salesas. Es que no le dejaban dormir. Este verano ha habido mucha gente que no pod¨ªa dormir por el ruido (v¨¦ase El m¨¢s ruidoso) y a veces tambi¨¦n, por el calor, que para eso hemos tenido la noche m¨¢s calurosa del siglo (avance, si quiere, hasta la casilla El m¨¢s todo de todo). Siguiendo con lo de los perdigones, resulta que un chaval de 17 a?os hiri¨® con su escopeta a nueve mujeres. El muchacho confes¨® que se aburr¨ªa.
Anabel Segura. De ella no sabemos nada. Suerte.
Muertos. Saliendo de julio por el d¨ªa 28, y entrando en agosto por el 1, encontramos un cad¨¢ver peque?o, el de Juan Jos¨¦ Ferrer, de 10 a?os de edad, al que mat¨® presuntamente un amigo de 13. El ni?o asesino, apodado Nano, relat¨® su crimen mientras pasaba unos d¨ªas de acampada en Castilla-La Mancha. El caso es que dio tantos detalles del lugar donde hab¨ªa escondido el cad¨¢ver, que al final fueron los monitores y la polic¨ªa a ver si era verdad y se les apareci¨® el cuerpo corrompido de Juan Jos¨¦ Ferrer, ya digo, de 10 a?os. Nano le golpe¨® con una piedra en la cabeza cuando el otro le dijo que no ten¨ªa madre, lo que era m¨¢s o menos verdad, aunque se trataba de una carencia com¨²n a ambos. No sabe uno a qui¨¦n compadecer m¨¢s, si al ni?o muerto o al confeso y m¨¢rtir. Esta muerte ha oscurecido con su ruido a todas las dem¨¢s. Pero no ha conseguido atenuar el grito de las llagas.
Llagas. A la habitaci¨®n de las llagas se entra por el martes, 27 de julio, a trav¨¦s de una fotograf¨ªa en la que un hombre acaricia la cabeza de una mujer consumida en una cama que le viene grande. A esa mujer todo le viene grande ya, incluso la vida, que quiz¨¢ lamenta no haber perdido tras permanecer un a?o en una residencia de ancianos, de la que sali¨® milagrosamente a la superficie con el cuerpo lleno de llagas de las que los especialistas llaman escaras; o sea, gangrena pura y dura. Se llama Melchora, tiene 96 a?os, y c¨®mo ser¨ªan sus llagas y las fotograf¨ªas de sus llagas que el peri¨®dico renunci¨® a publicarlas. Siguiendo el pasillo marcado por las residencias de ancianos nos enteramos que desde abril de 1992 hasta mayo de este a?o fueron localizadas en la Comunidad de Madrid 60 residencias de ancianos clandestinas, o sea, sumergidas, como la econom¨ªa esa que no se ve, de la que sale el dinero negro que luego se deja uno olvidado en los taxis. Sesenta. Parece que ninguna reun¨ªa condiciones, que es lo mismo que llamar decibelios a los ruidos. O sea, que no es que no reunieran condiciones, sino que en su mayor parte eran una mierda. Mierda para los jubilados, cuyas pensiones ya est¨¢n amenazadas por otros eufemismos que el Gobierno ha puesto en marcha este verano. Hay en la regi¨®n 600.000 personas con m¨¢s de 65 a?os. Unas 4.000 est¨¢n en Estas de espera para ingresar en alguna de las residencias p¨²blicas. Constituyen un material excelente para convertirse en carne de residencia clandestina, en carne de llaga, en pustulante met¨¢fora de un mundo en cuyas arrugas anidan sarajevos min¨²sculos como la cabecita de Melchora. Vale. Aunque el caso es que el 16 de agosto fallece una mujer, esta vez llamada Mercedes, en otra residencia de ancianos de El Plant¨ªo (si quiere m¨¢s muertos, salte al apartado anterior y tambi¨¦n al de Dinero peque?o). Hab¨ªa encendido un cigarro y se olvid¨® de apagar la colilla, que produjo un incendio tan breve como lo que le quedaba de vida. La gente que no apaga la colilla de la vejez a tiempo est¨¢ expuesta, como ven, a cualquier cosa, de ah¨ª lo que predican de la eutanasia. Seg¨²n el testimonio de los bomberos, hab¨ªa rejas cerradas con candados tanto en la ventana de la habitaci¨®n como en la puerta de acceso a la terraza. Y es que los viejos cuando no se te mueren se te escapan. O sea, que son incordio y por eso, quiz¨¢, han decidido privatizarlos aunque la vejez no sea una empresa p¨²blica. Efectivamente, a finales de agosto salt¨® en este suplemento la noticia de que el Ayuntamiento ha decidido regalar suelo municipal a quienes lo empleen en construir residencias de ancianos, medida que en este caso apoya tambi¨¦n la Comunidad. Lo que pasa es que a los viejos -a menos que sea en condiciones de clandestinidad- no los quiere ya ni el capital privado, pues hasta el momento s¨®lo dos empresas se han presentado al concurso. Todo esto no es raro en el mundo que vivimos; lo raro es que con semejante panorama existan tantas trabas para la pr¨¢ctica privada de la eutanasia.
Aguas. Lo del agua sigue mal, aunque el ahorro dom¨¦stico ha sido espectacular, m¨¢s del 20%. Resulta que los ciudadanos entienden las cosas cuando se les explican: un golpe para el despotismo ilustrado dominante.
Los chinos. Los chinos inmortales contin¨²an apareciendo con inquietante regularidad en las p¨¢ginas de este suplemento. Me los encontr¨¦ el 19, el 23 y el 27 de julio, y el 21 de agosto, pero hice como que no los ve¨ªa para a?adir a su inmortalidad la calidad de invisibles. De todos modos, la noticia m¨¢s curiosa es aqu¨¦lla seg¨²n la cual 600 chinos se corporeizaron de una sola vez ante la Direcci¨®n de Trabajo alentados por el rumor de que se iban a conceder permisos de trabajo a aquellas personas que primero llegaran, como si la vida fuera ya, definitivamente,
una prolongaci¨®n de los concursos de la televisi¨®n p¨²blica.
Trompas. Resulta que el 12 de Octubre ven¨ªa pidiendo a las mujeres que se quer¨ªan ligar las trompas una autorizaci¨®n de su marido. Como suena. Sin embargo, a los hombres no les ped¨ªan nada cuando se quer¨ªan esterilizar. O sea, que el centro hospitalario manten¨ªa relaciones asim¨¦tricas con sus pacientes, lo que seguramente es anticonstitucional. Ya est¨¢ arreglado; puede usted ligarse las trompas cuando quiera.
Delegado. Aunque me temo que no les interesa nada, debo decirles que en el tr¨¢nsito de julio a agosto estren¨¢bamos nuevo delegado del Gobierno. Ya s¨¦ que la mayor¨ªa de ustedes no sabe para qu¨¦ sirve un delegado del Gobierno, yo tampoco, pero desde el punto de vista local es una noticia y hay que darla. Se llama Arsenio Lope Huerta; tiene barba, como la mayor¨ªa de los calvos, y usa gafas grandes. Dicen que es un socialista renovador y parece que tiene mano izquierda y buen talante. Mand¨® investigar enseguida una carga policial algo chapuza contra los vecinos de Villaverde, que no quer¨ªan que les cerraran la Casa de Socorro: 11 heridos; al inspector responsable se le ha ca¨ªdo el pelo (v¨¦ase el apartado Lluvia de estrellas). El Gobierno tampoco sabe para qu¨¦ sirven los delegados del Gobierno, adem¨¢s de para abrir investigaciones; de hecho, Madrid ha tenido tres en los dos ¨²ltimos a?os, lo que es un modo de decir que da igual que est¨¦n en un sitio que en otro. El ¨²ltimo, Miguel Solans, ha durado ocho meses: no ha tenido tiempo ni para visitar La Celsa, que no la conoc¨ªa, pese a haber sido responsable de una cosa antidroga. Ahora est¨¢ de delegado del Gobierno en Barcelona y sale mucho en la tele con un traje claro. Bueno, pues a Miguel Solans le han dado una despedida para se?alar que lo ha hecho muy bien, aunque los autores del homenaje, a los postres, s¨®lo han podido decir que en su gesti¨®n ha empleado mucho el di¨¢logo, que es lo mismo que decir de un pelotari que ha utilizado el brazo durante el partido: una tonter¨ªa. Porque, adem¨¢s, que no sirva p ara nada no quiere decir que sea un bestia o un maleducado. Pues eso es lo ¨²nico que se puede predicar del anterior delegado del Gobierno, que no es mucho, la verdad; es como cuando se dice de alguien que es un buen chico. Lo peor que pueden afirmar de ti es que eres un buen chico: quiere decir que no te han encontrado otra cosa.
El m¨¢s todo de todo. El d¨ªa m¨¢s todo de todo fue el mi¨¦rcoles 28 de julio. No ha hecho tanto calor como en esa jornada en todo el siglo. Ese d¨ªa nos enteramos de lo de el Nano y Juan Jos¨¦, adem¨¢s de que la sangre de San Pantale¨®n se hab¨ªa licuado, lo que es un signo de normalidad, porque lo raro, con ese calor, es que no hirviera. Y lo milagroso habr¨ªa sido, que al dedo de cristal en el que se conserva el divino plasma le saliera un saba?¨®n (para m¨¢s milagros, regrese al apartado Aguas). Tambi¨¦n supimos que el 82% de las madrile?as mayores de 35 a?os no tienen estudios o son primarios, y que Julio Canteros, el echador de cartas de El Retiro, cumpli¨® los primeros 12 d¨ªas de huelga de hambre: ya saben, por lo del c¨®digo deontol¨®gico. Mucho calor, ya digo; se te pon¨ªa la sangre como a San Pantale¨®n, que en gloria est¨¦.
El m¨¢s ruidoso. Todos los d¨ªas del verano han sido los m¨¢s ruidosos del verano. Parece que ¨¦sta es la ciudad m¨¢s gritona del mundo despu¨¦s de Tokio, o algo as¨ª (lea el apartado Francotiradores). El peri¨®dico dedic¨® un d¨ªa la secci¨®n de Cartas al director a los ruidos de Madrid y daba pena leer lo que dec¨ªan los vecinos. Tambi¨¦n se puede decir poluci¨®n ac¨²stica en lugar de ruido, pero eso no ayuda a conciliar el sue?o (para m¨¢s eufemismos, acuda al apartado Llagas).
La ni?a rumana. En este punto hago trasbordo y me voy al 5 de agosto, donde he encontrado una noticia que he tomado del peri¨®dico entre los dedos ¨ªndice y pulgar, como si arrancara una flor de tallo muy fino: una ni?a rumana de seis a?os fue recogida por la polic¨ªa municipal, la noche del martes 3 de agosto. M¨®nica estaba pidiendo limosna en Pr¨ªncipe de Vergara. Sus padres, a los que se localiz¨® poco despu¨¦s, tienen dos hijos m¨¢s; llegaron a Espa?a como refugiados y viven en una furgoneta. Qu¨¦ mundo.
Obras p¨²blicas. La operaci¨®n asfalto, muy bien, gracias. A las casas por cuyas calles han pasado las betunadoras parece que les han puesto zapatos de charol. Lo que hace falta es que la piel que le acaban de poner a estas calles sea de buena calidad, porque la del faro de la Moncloa no tiene ni tres a?os y se cae a pedazos (v¨¦ase el apartado Faro). Pasa lo mismo que con las viviendas del ruedo, junto a la M-30, que ya est¨¢n llenas de ¨²lceras (si le interesa el tema de la vivienda, deje esto y acuda al apartado Trogloditas). Dec¨ªa el peri¨®dico el 29 de agosto que la Administraci¨®n es muy poco exigente con sus obras, pero yo creo que no es eso; lo que pasa es que a la Administraci¨®n lo que le gusta son los decorados, aunque sean horribles, y los decorados se caen enseguida.
Por cierto, que la M-50 se ha movido un poco y ya se puede circular por 10 de sus 116 kil¨®metros. Los 5 kil¨®metros inaugurados est¨¢n comprendidos entre la carretera de Galapagar y la de Boadilla. Atascos, todos, a pesar del verano, por culpa de las obras. O de los decorados, ya veremos. Pero quienes m¨¢s van a notar la fiebre asf¨¢ltica y urban¨ªstica del est¨ªo son los usuarios del antiguo embudo de la M-30 a su paso por Vallecas. Resulta que se han llevado el embudo y el nuevo puente se ha ampliado. Enhorabuena.
Trogloditas. Mientras las viviendas del ruedo se rajaban (v¨¦ase el apartado Obras p¨²blicas) y las del Plan 18.000 se entregaban con cuentagotas (hay algo en la p¨®cima de ese plan que no huele bien), el peri¨®dico descubr¨ªa en Caraba?a una colonia de trogloditas. O sea, que m¨¢s de 100 vecinos de ese pueblo viven en cuevas. Al no tener ventanas, est¨¢n asomados a s¨ª mismos todo el rato, y han sacado algunas conclusiones: han deducido, por ejemplo, que si el ¨²ltimo plan de realojo se inici¨® en 1979, pero las primeras viviendas no se adjudicaron hasta 1991, es mucho mejor hacerse a la idea de morir en la cueva. Sus usuarios son, por lo general, jornaleros y pastores jubilados (vuelva al apartado Llagas) que en algunos casos afirman que no cambiar¨ªan la cueva ni por un chal¨¦. Mejor solos que mal adosados. Es lo que van a acabar pensando los del Plan 18.000 como las cosas sigan a ese ritmo. Adem¨¢s, parece que en las cuevas -limpias como los chorros del oro- no hay ratas. Sin embargo, en Parla los vecinos de una urbanizaci¨®n se quejaron de que los roedores hab¨ªan salido a la superficie por culpa de unas obras. ?Incluir¨¢ el plan de convergencia con Europa alguna cl¨¢usula en relaci¨®n al derecho a una vivienda digna? El caso es que 50 marroqu¨ªes que viven desde hace m¨¢s de tres a?os en un establo de Majadahonda ha recibido una orden de desalojo y tienen que abandonar el establo enseguida. Cuando en la misma informaci¨®n se te mezclan las cuevas, las ratas, los establos y los inmigrantes, es porque la atm¨®sfera general no es muy habitable.
Faro. El faro de la Moncloa no ha dejado de dar disgustos desde que naci¨®. Cost¨® m¨¢s que una operaci¨®n asfalto y todav¨ªa no sabemos para qu¨¦ sirve (para ampliar informaci¨®n sobre cosas que no sirven, vuelva al apartado Delegado). La cosa es que sigue teniendo problemas dermatol¨®gicos, agudizados por el calor, y se le cae la piel a tiras. Hubo que cerrarlo al p¨²blico y acordonar la zona porque de repente empez¨® a soltar unas costras de m¨¢s de 80 kilos. Si ustedes recuerdan, el Faro pretend¨ªa ser el s¨ªmbolo del Madrid del a?o 2000. O sea, que el siglo XXI viene con psoriasis. Que no lo abran, que los s¨ªmbolos, por dentro., son muy asquerosos.
Masturbaci¨®n. El 22 de agosto, despu¨¦s del concierto de Prince en Las Ventas, un sujeto de 24 a?os fue detenido por obligar a una joven a que le masturbara, aunque no era manco.
Metro. M¨¢s de 37 atracadores han sido detenidos a lo largo del verano en el Metro (para m¨¢s atracos, v¨¦anse los apartados Dinero grande y Dinero peque?o).
Lluvia de estrellas. Ya son seis los hoteles que han perdido una estrella en lo que va de a?o. Por la crisis. A los restaurantes, sin embargo, se les caen los tenedores (para m¨¢s ca¨ªdas, acuda a los apartados Obras p¨²blicas y Faro). Sin embargo, al inspector que dirigi¨® la carga policial contra los vecinos de Villaverde se le ha ca¨ªdo el pelo: lo han cesado (vuelva a la casilla titulada Delegado).
Ovejas. Siete ovejas murieron atropelladas en La Celsa por un cami¨®n.
Hipermercados. Me dan ganas de no mencionar este asunto porque es largo y pesado, pero, en fin, la cuesti¨®n es que en este recorrido por los papeles del verano he tropezado m¨¢s de media docena de veces con ¨¦l. El asunto es que la construcci¨®n de estos centros ha desatado una guerra urban¨ªstica entre municipios y Comunidad. Mientras la Comunidad pretende que estas catedrales de nuestra ¨¦poca se instalen en torno a los cruces estrat¨¦gicos de carreteras, los ayuntamientos cambian licencias por beneficios econ¨®micos.
A pesar de la crisis, da la impresi¨®n de que la gente est¨¢ loca por comprar lo que sea. Y eso que El Corte Ingl¨¦s ha reducido sus beneficios en un 22% frente al ejercicio anterior. En fin, no podemos entender todo lo que pasa. Ni ganas.
Cines. Entretanto, el cine Infantas, que estaba cerrado por reformas, ha salido del reformatorio convertido en un supermercado de la cadena D¨ªa (v¨¦ase el apartado anterior). Los del PP dicen que todo es legal porque el cine no estaba considerado como tal. ?C¨®mo estar¨ªamos considerados los que ¨ªbamos a ese cine que no era un cine? Misterios de Madrid. Pero no todo es malo para esta actividad, pues hemos sabido que a finales de octubre nacer¨¢ la gran v¨ªa del cine en versi¨®n original, con 17 salas, en Princesa, 3.
Las vacas. Pues nada, que se escaparon unas vacas de unos establos de Mercamadrid y llegaron hasta la M-40 atropellando a siete transe¨²ntes. Resulta que mientras la ciudad avanza hacia Vallecas suprimiendo embudos y reorganizando el tr¨¢fico, Vallecas avanza hacia la ciudad con sus ganader¨ªas. La frontera entre el espacio rural y el urbano da m¨¢s cornadas que el hambre.
Final. Agosto termin¨®. Visto desde septiembre, el verano madrile?o parece un caser¨®n con muebles y espacios que resultan familiares y ajenos a la vez. Cuando el tel¨¦fono suene por primera vez y pregunten por nosotros, estaremos al fin seguros de haber vuelto a casa. Bienvenidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.