Un ni?o de siete a?os huye de casa, harto de las peleas y borracheras de sus padres

Emmanuel no pudo soportar la en¨¦sima pelea familiar. Cuando arreciaron los gritos, el chaval, de siete a?os, sali¨® corriendo del apartamento donde Mari Paz, su madre, y su compa?ero Carlos se dedicaban insultos. Unas adolescentes se apiadaron del chaval ya en la calle. La polic¨ªa fue alertada, a petici¨®n del propio ni?o. "Cuando se pelean, me pegan", dijo. La Polic¨ªa Municipal comprob¨® que la pareja estaba borracha y que no quer¨ªa saber nada del cr¨ªo. Emmanuel durmi¨® en un centro de acogida de la Comunidad de Madrid. ?se era su prop¨®sito.

Dice que ¨¦l mismo se lava la ropa en el bid¨¦ porque al lavabo no llega. Los vecinos cuentan que Emmanuel es un ni?o normal, quiz¨¢ espabilado en exceso porque no le hacen mucho caso. Rubio, pelo liso, sociable. Hace unos d¨ªas dej¨® con la boca abierta a unos se?ores del bloque de apartamentos de la calle del Coraz¨®n de Mar¨ªa: "?Vosotros no os peg¨¢is? Es que no se os oye". Y es que muchas noches los insultos y los golpes trascienden los muros del apartamento en el que viven Carlos, que dice que es piloto de avi¨®n, Mari Paz, el ni?o y su hermano, que no llega a un a?o. Tambi¨¦n se oyen a veces los exabruptos del chaval. No son nada finos.El lunes por la noche se escap¨®. En la calle, Carlos le persegu¨ªa, a insulto limpio. Fue cuando dos ni?as se acercaron. Les pidi¨® que le acompa?asen a casa de un amigo, pero el amigo no estaba, as¨ª que fue el padre de las peque?as quien se hizo cargo de la situaci¨®n. Con su esposa y unos amigos llev¨® a Emmanuel a un pub cercano.

Al due?o del bar le llam¨® la atenci¨®n la tranquilidad de aquel ni?o, que no habl¨® mal de sus padres, que s¨®lo apur¨® un vaso de leche manchado de caf¨¦ y dijo: "Llamen a la Polic¨ªa, que es mi salvaci¨®n. Quiero que me recojan ellos y, por lo menos, duermo tranquilo. Cuando ellos empiezan a discutir, te metes en medio y te dan una paliza". Desde all¨ª, dieron un telefonazo al 092 despu¨¦s de la medianoche. Mientras, el chico cont¨® que no era la primera vez que dorm¨ªa en un centro de acogida. "Paso unos d¨ªas bien y vuelvo a casa", dijo.

Dice el due?o del pub que el polic¨ªa que subi¨® encontr¨® el apartamento hecho una cuadra, con trastos rotos, la pareja borracha y un beb¨¦ llorando. "Su hijo quiere denunciarles por malos tratos", dijo el agente. "?C¨®mo? Quien va a denunciarle soy yo a ¨¦l", replic¨® la madre. "Es un sinverg¨¹enza. M¨¢s vale que se pierda por ah¨ª". Los polic¨ªas llevaron al cr¨ªo al Grupo de Menores de la Brigada de Polic¨ªa Judicial (Grume). Emmanuel se qued¨® all¨ª y durmi¨® en el centro de acogida de la Comunidad de Hortaleza.

Los padres de Emmanuel son j¨®venes y se mudaron en primavera al apartamento. Pero frecuentan mucho un quiosco de bebidas que est¨¢ cerca. Su aliento siempre huele a alcohol. Pero el cr¨ªo no suele estar sucio, dicen los conocidos, ni el lunes ten¨ªa moratones visibles.

En la conversaci¨®n del bar, un vecino record¨® algo que ocurri¨® en Semana Santa. Carlos y Mari Paz cruzaban un paso de cebra con el carrito del beb¨¦. Tambi¨¦n iba Emmanuel. Surgi¨® una disputa y empezaron a pegarse. Olvidaron el cochecito en medio de la calzada.