Debilidad y paz
Es peligroso intentar hacer la paz desde la debilidad y por debilidad. ?se es el riesgo del plan de paz entre Israel y la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) que fue dado a conocer la pasada semana. Tanto Isaac Rabin y Sim¨®n Peres, en Israel, como Yasir Arafat, en T¨²nez, se ven amenazados por su propio electorado. Es una carrera contrarreloj pol¨ªtica para los dos: el tiempo de cada uno se ha ido consumiendo implacablemente.Gaza-Jeric¨® primero es un plan astuto porque se salta el problema m¨¢s dif¨ªcil e "irreversible", que conducir¨¢ al surgimiento de nuevas realidades: una forma de soberan¨ªa / autonom¨ªa palestina aceptable para las dos partes; una ampliaci¨®n de la soberan¨ªa / autonom¨ªa palestina a los otros territorios ocupados; seguridad para las poblaciones de los territorios y para Israel; una forma aceptable de soberan¨ªa doble o compartida en Jerusal¨¦n; y por ¨²ltimo, una reconciliaci¨®n m¨¢s general entre ¨¢rabes e israel¨ªes.
Con esto, Yasir Arafat probablemente se juega su ¨²ltima carta. La delegaci¨®n de la OLP en las conversaciones de paz de Madrid y Washington estuvo a punto de dividirse debido a la hostilidad de los delegados de los territorios ocupados hacia las concesiones que el mando de Arafat estaba negociando. La propia OLP est¨¢ resquebraj¨¢ndose a causa del enfrentamiento entre los que est¨¢n dispuestos a ceder y los que no aceptan condiciones; y el movimiento se ve sometido a fuertes presiones por parte de los extremistas musulmanes que afirman que los palestinos no han sacado ning¨²n provecho de las d¨¦cadas de liderazgo de la OLP. Arafat tambi¨¦n cometi¨® un error garrafal en 1990 al apoyar a Sadam Husein frente a Kuwait, Arabia Saud¨ª y los pa¨ªses ¨¢rabes del Golfo, hasta aquel momento principales apoyos financieros de la OLP.
Tal vez no sea la ¨²ltima carta que les quede por jugar al primer ministro Rabin y al ministro de Asuntos Exteriores Peres, dado que gracias al sistema proporcional de votaci¨®n israel¨ª los pol¨ªticos de ese pa¨ªs son pr¨¢cticamente inmortales; pero sin duda es una apuesta decisiva de este Gabinete. El Gobierno de Rabin fue elegido por una estrecha mayor¨ªa para hacer la paz, y los sondeos de opini¨®n indican que tiene el mandato de la opini¨®n p¨²blica para un plan de paz que ceda territorio a los palestinos.
Sin embargo, la oposici¨®n israel¨ª a cualquier concesi¨®n territorial a los palestinos es fuerte, y si este plan fracasara, no habr¨ªa paz durante mucho tiempo. Aquellos que en Israel -y entre los partidarios de Israel en Estados Unidos- se oponen a los acuerdos de Rabin y Peres creen que este pa¨ªs debe (y puede) imponer la paz mediante la represi¨®n de los palestinos, en vez de hacer la paz llegando a un acuerdo con ellos. Por consiguiente, parece que ¨¦sta es la ¨²ltima oportunidad para el acuerdo que permita a Israel un futuro en el que los valores democr¨¢ticos y pluralistas prevalezcan frente al sectarismo de su pol¨ªtica. La alternativa es un corruptor programa pol¨ªtico de represi¨®n, exclusi¨®n o expulsi¨®n de la minor¨ªa ¨¢rabe.
Si el actual plan de paz fracasara, los fundamentalistas isl¨¢micos militantes se ver¨ªan enormemente reforzados en la comunidad palestina. La OLP habr¨ªa terminado. Y el mundo ver¨ªa una vuelta al est¨¦ril terrorismo del Oriente Pr¨®ximo del pasado.
En todo esto hay un aspecto del que pocos parecen darse cuenta. Esta lucha, en un principio, no tuvo nada que ver con Oriente Pr¨®ximo, los ¨¢rabes o el islam. El conflicto ¨¢rabe-israel¨ª es producto del nacionalismo rom¨¢ntico europeo del siglo XIX, igual que la lucha actual de los serbios con los croatas, y de los serbios y los croatas contra la. ¨²nica sociedad ex yugoslava que quiere ser un Estado moderno pluralista y secular: la de los bosnios.
El sionismo fue el ¨²ltimo de los nacionalismos rom¨¢nticos europeos. Su fundador, Theodoro HerzI, un periodista h¨²ngaro, reaccion¨® contra el antisemitismo europeo que puso de manifiesto el caso Dreyfuss cuando fund¨® el movimiento sionista, pero tambi¨¦n actuaba dentro del contexto de un movimiento europeo general, especialmente poderoso en Austria-Hungr¨ªa, de afirmaci¨®n nacional y reivindicaciones de autonom¨ªa nacional.
Seg¨²n Herzl, si los h¨²ngaros, checos, rumanos, eslavos del sur, albaneses, ten¨ªan cada uno su propio Estado, tambi¨¦n deber¨ªan tenerlo los jud¨ªos. El sionismo no era un movimiento religioso, aunque hubiera en ¨¦l un importante elemento de milenarismo religioso secular. Herzl propon¨ªa que el Estado jud¨ªo se creara en Argentina. Una minor¨ªa considerable de los miembros del movimiento en 1905 estaba dispuesta a ir a Uganda, que Gran Breta?a hab¨ªa ofrecido extraoficialmente.
Golda Meir, que estuvo entre los fundadores de Israel, neg¨® en cierta ocasi¨®n que existiera el pueblo palestino. Sus adversarios lo tomaron como un acto de agresi¨®n intelectual. Dentro de su contexto, lo que Golda Meir dijo de hecho era que Palestina nunca hab¨ªa existido como naci¨®n en el sentido moderno de la palabra, lo cual es verdad. Siempre hab¨ªa habido una "Palestina" de fronteras inciertas, que inclu¨ªa los territorios entre el Mediterr¨¢neo y el r¨ªo Jord¨¢n, pero no se limitaba a ellos, y hab¨ªa un pueblo palestino que viv¨ªa all¨ª. Pero no hab¨ªa una "naci¨®n" palestina. Palestina s¨®lo se convirti¨® en una entidad pol¨ªtica moderna como territorio bajo mandato brit¨¢nico entre la Primera Guerra Mundial y 1948.
A ra¨ªz de la implantaci¨®n de un Estado jud¨ªo en Palestina, en 1948, naci¨® una naci¨®n palestina, compuesta b¨¢sicamente por los palestinos que huyeron o que fueron expulsados durante y despu¨¦s de la guerra de ese a?o. Por consiguiente, era una nueva naci¨®n en busca de un territorio, como lo hab¨ªan sido los sionistas antes de 1948.
Hab¨ªa y hay una tragedia sim¨¦trica de dos pueblos sin territorio enfrentados, ambos v¨ªctimas de acontecimientos que tuvieron su origen en las ideolog¨ªas racistas y nacionalistas de la Europa de mediados del siglo XIX. Ya es hora de que concluya esta tragedia, de poner fin a los horrores, de lograr por fin la catarsis. El que parezca que estemos m¨¢s cerca que nunca de ese final es raz¨®n para sentirnos agradecidos. Pero sigue habiendo dudas porque lo que pudo haberse hecho cuando los l¨ªderes eran fuertes no se hizo, y ahora los l¨ªderes est¨¢n debilitados.
es experto estadounidense en pol¨ªtica internacional.Copyright 1993, Los Angeles Times Syndicate.
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