El alumbramiento de una naci¨®n
Jeric¨® siente que merece ser la semilla del Estado palestino'
Jeric¨® fue ayer el lugar m¨¢s feliz del mundo. En su plaza central miles de palestinos bailaron durante horas e hicieron bailar sus banderas y las fotos de Arafat. Desde ventanas y balcones cientos de personas les animaron con palmas, prolongados yuy¨²s y gritos de ?Yala, yala!. En el balc¨®n del ayuntamiento se sucedieron los oradores que se felicitaban por el acuerdo de Washington y afirmaban que es s¨®lo "el primer paso para la creaci¨®n de un Estado palestino con Jerusal¨¦n como capital".Un hilo directo uni¨® Washington y Jeric¨®. El s¨ªmbolo de ese hilo fue el hecho de que CNN retransmitiera en directo y simult¨¢neamente desde EE UU y desde el oasis cisjordano. El hombre m¨¢s poderoso del planeta, el presidente Bill Clinton, apadrinaba en la Casa Blanca el apret¨®n de manos entre Isaac Rabin, el primer ministro israel¨ª, y el l¨ªder palestino Yasir Arafat. El apret¨®n de manos significaba para la ciudad de Jeric¨® la inminente liberaci¨®n tras 26 a?os de ocupaci¨®n militar israel¨ª.
En otras partes de Tierra Santa la jornada de ayer se vivi¨® con una combinaci¨®n de alegr¨ªa, esperanza, miedo e ira; en Jeric¨®, como la mayor fiesta popular de sus 7.000 a?os de historia. La plaza del ayuntamiento fue un hormiguero de sonrientes vecinos que llevaban ramos de olivo, palmas con la foto de Arafat y banderas palestinas.Signo de la victoria
Ni?as con los cabellos cubiertos con velos blancos lo fotografiaban todo con c¨¢maras baratas; sus hermanos posaban para las televisiones extranjeras haciendo el signo de la victoria.
"Ya veremos si la naci¨®n palestina llega a la edad adulta, por el momento estamos celebrando su alumbramiento", dijo Faruk, un exportador de d¨¢tiles. "Jeric¨® es el primer trozo de nuestra tierra que conseguimos liberar. Demos gracias a Dios y a la sabidur¨ªa de Abu Amar [Arafat]".Un muro m¨¢s poderoso que el que Josu¨¦ derribara con sus trompetas cay¨® ayer en Jeric¨®. La paz no ser¨¢ f¨¢cil de aplicar. Correr¨¢ sangre israel¨ª y palestina, los irreductibles de uno y otro lado librar¨¢n feroces batallas y el mundo temblar¨¢ por el giro amenazador que presentar¨¢n en m¨¢s de una ocasi¨®n los acontecimientos. Pero, como dec¨ªa Faruz repitiendo la consigna de las gentes de buena voluntad de uno y otro lado, "esto tiene que funcionar y va a funcionar".
No todos los vecinos del oasis participaron en la fiesta. Jaled, un joven taxista, no sali¨® a la calle. "Mi t¨ªo est¨¢ todav¨ªa en una c¨¢rcel israel¨ª", dijo. "No puedo estar contento hasta que lo vea de nuevo en casa. Deber¨ªan haber liberado a los presos antes de firmar este acuerdo". Pero Jaled no quer¨ªa amargar a sus vecinos. "La gente de Jeric¨® es feliz,' muy feliz. Se lo merec¨ªa".
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