Alemania mira al este
La reunificaci¨®n y la apertura de los antiguos pa¨ªses comunistas relega la apuesta por la moneda unica europea
Con un buen acuario todo el mundo sabe hacer una sopa de pescado. Lo contrario, reconstruir un acuario a partir de una sopa de pescado, es bastante m¨¢s dificil. La antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana es el caldo con el que los dirigentes pol¨ªticos alemanes se est¨¢n indigestando. La imagen la proporcionaba Friedhelm Ost, presidente de la Comisi¨®n de Econom¨ªa del Parlamento alem¨¢n, en una conversaci¨®n con periodistas espa?oles en Bonn. De los 478.000 millones de marcos (unos 38,2 billones de pesetas) del presupuest¨® alem¨¢n, 120.000 millones son transferencias netas a la ex RDA.La inmensa tarea que supone digerir los cinco nuevos l?nder (Estados federales), la visi¨®n del inmenso valle de posibilidades que se ha abierto entre Berl¨ªn y Mosc¨² y los cada vez m¨¢s notorios roces con sus socios comunitarios est¨¢n provocando que la CDU, la Uni¨®n Cristiano Dem¨®crata del canciller Helmut Kohl, pierda poco a poco su fe comunitaria. El proyecto de moneda ¨²nica para Europa puede ser la primera v¨ªctima.
"Personalmente, soy esc¨¦ptico respecto a la moneda ¨²nica, y creo que la mayor¨ªa de los diputados de la CDU, secretamente, tampoco creen en ella". La rotundidad de la opini¨®n de Klaus J¨¹rgen Hedrich, diputado del partido de Kohl en el Bundestag, el Parlamento federal, sobre el futuro de la uni¨®n monetaria contrasta con la proclamada fe europe¨ªsta del canciller.
?Por qu¨¦ el partido en el poder no se rebela entonces contra su jefe? Seg¨²n Hedrich, porque la actual crisis por la que atraviesa Alemania desaconseja enfrentamientos sobre temas que no sean absolutamente candentes. Y la Uni¨®n Monetaria y Econ¨®mica de la CE no parece ya serlo, despu¨¦s de que el propio Kohl sugiriese que todo el proceso bien podr¨ªa sufrir un retraso de un par de a?os. Una opini¨®n que sirvi¨® para tranquilizar, en primer lugar, a sus propias huestes.
Las declaraciones de Kohl no hicieron m¨¢s que sancionar a nivel pol¨ªtico la realidad: en Europa no s¨®lo son los pol¨ªticos los que hacen pol¨ªtica. La negativa del Bundesbank a reducir sus tipos de inter¨¦s el 29 de julio, en su ¨²ltima reuni¨®n antes de las vacaciones estivales, provoc¨® la crisis final del Sistema Monetario Europeo (SME). La nueva banda de fluctuaci¨®n del 15% de que disfrutan las monedas en el sistema desde entonces impide, seg¨²n el esp¨ªritu de Maastricht, proseguir con la uni¨®n monetaria en los plazos previstos.
El sue?o de los justos
"Va a costar mucho m¨¢s de lo que se piensa volver a las bandas estrechas [del SME]", seg¨²n fuentes de la direcci¨®n del Bundesbank en el land de Berl¨ªn. Sin bandas estrechas -es decir, sin estabilidad de tipos de cambio-, cualquier proyecto de moneda ¨²nica o de uni¨®n monetaria tendr¨¢ que dormir el sue?o de los justos hasta bien entrado el siglo que viene.
Las priioridades, por lo tanto, han cambiado. Destacados miembros de la CDU comienzan a expresar en voz alta sus discrepancias respecto a la firme posici¨®n alemana de compromiso con el proceso de uni¨®n monetaria. "La uni¨®n pol¨ªtica y de seguridad tiene prioridad sobre la econ¨®mica", afirma el presidente de la Comisi¨®n Econ¨®mica del Parlamento alem¨¢n, Ost.
Para el portavoz del grupo parlamentario de la CDU en el Bundestag, Karl Lamers, "los vecinos de Alemania est¨¢ n resentidos por la situaci¨®n dominante de Alemania y el Bundesbank tras la reunificaci¨®n". Las discusiones que se avecinan entre Francia y la RFA sobre el cap¨ªtulo agr¨ªcola, y en general sobre la liberalizaci¨®n del comercio mundial, no parece que puedan contribuir a calmar los ¨¢nimos.
"Los ¨²ltimos coletazos causar¨¢n irritaciones", dice Bernd Schinidbauer, ministro de la Canciller¨ªa, hablando de las fricciones con Francia, que exige el apoyo de la CE para revisar el acuerdo agr¨ªcola con EE UU.
La crisis amenaza con explotar precisamente hoy, durante el Consejo de Ministros de Exteriores y Agricultura de la CE, a pesar de que, como confirma Schmidbauer, Alemania y Francia llevan discutiendo sobre el acuerdo de Blair House, en reuniones confidenciales, desde el 1 de septiembre. Aparentemente sin ning¨²n resultado: los intereses son demasiado divergentes "Los amigos franceses quieren erigir un muro de protecci¨®n en Europa. Pero Europa es muy peque?a. Necesitamos el mercado mundial", dice Friedhelm Ost Todos los dirigentes de la CDU consultados coinciden en se?alar que el cap¨ªtulo agr¨ªcola -y el eventual bloqueo de las conversaciones del GATT- son casus belli con Francia.
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