Bill Clinton pone la sanidad al alcance de todos los norteamericanos
El presidente de EE UU presenta en un otivo discurso su reforma sanitaria'
."Esta noche, todos juntos vamos a escribir un cap¨ªtulo de la historia americana... Es hora de arreglar un sistema sanitario que est¨¢ fatalmente destru¨ªdo... Despu¨¦s de d¨¦cadas de falsos intentos tenemos que marcarnos como la m¨¢s urgente prioridad el dar a cada norteamericano atenci¨®n sanitaria, atenci¨®n sanitaria siempre, atenci¨®n sanitaria de la que nunca m¨¢s se le pueda privar", dijo Bill Clinton, en uno de los discurso m¨¢s profundos y de m¨¢s poder comunicativo que haya pronunciado en su vida.
Bill Clinton supo tocar el coraz¨®n de los norteamericanos, e inmediatamente encontr¨® encuestas que anucian que un 60% de la poblaci¨®n est¨¢ dispuesta a los sacrificios que exige este plan -m¨¢s impuestos- para permitir la reforma de un sistema sanitario que el presidente describi¨® como "el m¨¢s caro, el m¨¢s derrochador, el m¨¢s burocr¨¢tico y el m¨¢s ineficaz del mundo".
El plan sanitario del que Hillary Rodham -la estrella de la noche en el Capitolio- es autora ser¨¢ ahora discutido por el Parlamento en un largo y dificil debate que se prolongar¨¢, al menos, durante un a?o. Clinton emplaz¨® a los diputados a que "antes de que concluya el pr¨®ximo ciclo legislativo (el pr¨®ximo verano) ustedes habr¨¢n aprobado y yo habr¨¦ firmado un proyecto que pondr¨¢ la sanidad al alcance de todos los norteamericanos".
Reelecci¨®n
Ya se ha demostrado antes que Clinton es un presidente muy dado a marcarse plazos y violarlos despu¨¦s. Del cumplimiento de este puede depender su reelecci¨®n. Si Clinton llega al final de su primer mandato en 1996 con un convincente plan sanitario en marcha ser¨¢ muy dificil de batir, independientemente de lo que pase en Rusia, en Oriente Pr¨®ximo o en Bosnia.
El concepto de atenci¨®n universal, que es el eje de la reforma de Clinton, fue presentado de tal forma por el presidente que deja a la oposici¨®n republicana en una posici¨®n muy dif¨ªcil. Para los republicanos, la financiaci¨®n de ese plan por medio de mayores aportaciones de las empresas provocar¨¢ el hundimiento de muchos negocios y aumentar¨¢ el desempleo.
En varios momentos de su discurso expuso su disposici¨®n a ser flexible en la negociaci¨®n de los t¨¦rminos concretos del plan, no de sus principios. Dijo-saber que estaba acometiendo una de las mayores revoluciones abordadas nunca por EE UU y admiti¨® que su programa afecta a una s¨¦ptima parte del total de la econom¨ªa norteamericana. Pero record¨® que "este pa¨ªs atraviesa por momentos de cambio en los que los milagros son posibles". Clinton mencion¨® las transformaciones ocurridas en el mundo en los ¨²ltimos a?os y a?adi¨®: "Ahora es nuestro turno de apoyar a la libertad, a la libertad de los norteamericanos de vivir sin miedo del sistema de sanidad de su propio pa¨ªs".
Menos violencia
Clinton, hijo de una enfermera, explic¨® que la cobertura universal del sistema sanitario puede al principio provocar un aumento del presupuesto de salud, pero asegur¨® que, a medio plazo, permitir¨¢ ahorrar decenas del miles de millones de d¨®lares, ya que la mayor aplicaci¨®n de medicina preventiva evitar¨¢ los elevad¨ªsimos costes de la cirug¨ªa de urgencias, que es donde ahora se tratan las personas sin seguros.
Bill Clinton advirti¨® que la reforma que pretende no s¨®lo exigir¨¢ sacrificios a los que m¨¢s dinero ganan, sino que demandar¨¢ tambi¨¦n un gran cambio de mentalidad y de pol¨ªtica en todos los estamentos de la sociedad. El presidente mencion¨® como ejemplo que una de las causas que aumentan desorbitadamente los costes sanitarias es la violencia. "Este es el ¨²nico pa¨ªs del mundo en el que los adolescentes van por las calles con armas semiautom¨¢ticas m¨¢s potentes que las de la polic¨ªa", dijo.
En cuanto a las formas de financiaci¨®n del programa, una de ellas, seg¨²n dijo Clinton, es el aumento de los impuestos al tabaco, aunque no al alcohol. Otras son la fijaci¨®n de un l¨ªmite por encima del cual no podr¨¢n cobrar las agencias de seguros m¨¦dicos y la obligaci¨®n a los empresarios a contribuir al pago de los seguros de sus empleados. Las empresas con m¨¢s de 50 trabajadores pagar¨¢n el 80% de los costes, mientras que las m¨¢s peque?as aportar¨¢n el 50%, El Gobierno ha previsto una forma de subvenci¨®n para los peque?os negocios. Sin embargo, el principal cap¨ªtulo de financiaci¨®n vendr¨¢ del ahorro por la simplificaci¨®n del sistema sanitario.
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