El Barcelona enamora
El equipo azulgrana ahog¨® al Dinamo de Kiev en un partido memorable
En el d¨ªa de los Arc¨¢ngeles el Barcelona ascendi¨® al cielo en otra de sus noches m¨¢gicas, llenas de pasi¨®n y amor. Pero antes pas¨® por un purgatorio cruel, que super¨® a base de coraje, inteligencia y tes¨®n. El colectivo azulgrana demostr¨® que sabe dar la cara y aguantar el tipo en los momentos decisivos. En este Bar?a ya no tiene cabida el personaje mitol¨®gico de S¨ªsifo, que estuvo condenado por Zeus a empujar eternamente hasta la cima de una monta?a una roca enorme que, una vez arriba, volv¨ªa a caer.Superar el tropez¨®n de Kiev no era una tarea f¨¢cil. Las hemerotecas conservar¨¢n para siempre la decepci¨®n del anterior ejercicio frente al CSKA de Mosc¨². Johan Cruyff y sus hombres lo ten¨ªan muy presente cuando se acomodaron en el Camp Nou, repleto y en ebullici¨®n como en las grandes ocasiones. Hab¨ªa que tener la cabeza fr¨ªa y el coraz¨®n caliente. Las dos cosas se hicieron a la perfecci¨®n y la comuni¨®n con el p¨²blico fue instant¨¢nea.
Cruyff y sus ayudantes, que no quisieron desvelar qui¨¦n ser¨ªa el jugador extranjero descartado, lo tuvieron claro desde el principio. Su decisi¨®n fue coherente, l¨®gica y cerebral. Stoichkov ten¨ªa que ver el partido desde la grada por m¨²ltiples razones que despu¨¦s se pusieron de manifiesto sobre el terreno de juego. Las explicaciones que le dieron al b¨²lgaro fueron tan contundentes que el d¨ªscolo Hristo ni siquiera se enfad¨®, y una hora antes del inicio del encuentro pidi¨® un bocadillo para ver el espect¨¢culo con el est¨®mago lleno.
Laudrup ten¨ªa que estar sobre el campo. El juego del Barcelona gira en torno a la concepci¨®n futbol¨ªstica de este dan¨¦s elegante, que anoche se v¨ªsti¨® con el esmoquin. El brasile?o Romario tampoco pod¨ªa perderse el acontecimiento porque es la piedra filosofal de este nuevo Bar?a. Y Koeman no pod¨ªa faltar porque se necesitaba un hombre de su experiencia y frialdad. Los tres resultaron decisivos, acompa?ados por el resto de un colectivo que puso la fuerza y la raza.
El Bar?a tuvo una salida fulgurante, el¨¦ctrica, que dej¨® al equipo ucranio pr¨¢cticamente al borde de la muerte. Los hombres de Cruyff en tan s¨®lo 16 minutos marcaron dos goles y el brasile?o Romario estrell¨® dos balones en el poste. Todo parec¨ªa resuelto y en las gradas comenzaron a utilizarse t¨¦rminos taurinos cada vez que Laudrup cog¨ªa el bal¨®n. Pero, en un abrir y cerrar de ojos, Rebrov resucit¨® el fantasma del drama en el segundo remate a puerta
La piedra que tanto hab¨ªa costado subir, volvi¨® a rodar por la pendiente y el colectivo azulgrana acus¨® el golpe al igual que el p¨²blico. Fueron unos momentos decisivos que el Dinamo no supo aprovechar. Sigui¨® con su mezquindad, agazapado en su ¨¢rea y con enormes dosis de fortuna, adem¨¢s de la complacencia arbitral. Porque el italiano Amendolia se hizo el sueco en un agarr¨®n a Quique Estebaranz dentro del ¨¢rea y el meta Koutepov despejaba todo lo que llegaba a su cuerpo o en ¨²ltima instancia ten¨ªa al poste de aliado" como en un remate de Begiristain al filo del descanso.
Con Romario renqueante de una cadera y el amenazante 2-1 en el marcador, el socio cul¨¦ regres¨® mentalmente al victimismo de otras ¨¦pocas. Quiz¨¢ se olvidaba de que los chicos de Cruyff est¨¢n hechos de otra pasta y que siempre se crecen en los momentos decisivos, aunque luego tonteen en campos insospechados. Bakero, el capit¨¢n, sabe mucho de eso. Fue ¨¦l, no pod¨ªa ser otro, quien devolvi¨® a las gradas la ilusi¨®n con un gol tempranero de mejor dise?o que el que fabric¨® en colaboraci¨®n con Koeman frente al Kaisserslautern y que dio al Bar?a el billete para Wembley. Y fue, tambi¨¦n Koeman el encargado de poner las cosas en su sitio en el lanzamiento de una falta. El holand¨¦s no tir¨® a romper como en la final de la Copa de Europa, pero el tanto fue decisivo.
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