Cultura para minor¨ªas

Mientras Javier Bergia (cantautor) actuaba en Pr¨¢dena del Rinc¨®n (102 habitantes) y Charo Centenera (cupletista) en Venturada (338 vecinos), el mago Loke animaba a las 18 personas que acudieron al sal¨®n de actos del Ayuntamiento de Alameda del Valle (166 residentes). Eran las tres primeras actuaciones del programa Oto?o Cultural 93, organizado por el Patronato Madrile?o de ?reas de Monta?a. La1niciativa intenta acercar espect¨¢culos musicales y teatrales a los peque?os pueblos de la sierra.A las ocho de la tarde, llov¨ªa con intensidad. En el sal¨®n de plenos del Ayuntamiento de Alameda todo estaba preparado para la actuaci¨®n programada a esa hora. La poblaci¨®n de Alameda es de por s¨ª escasa, pero en la sala s¨®lo hab¨ªa cuatro espectadores. El alcalde, Juan Carlos Sanz, estaba algo nervioso. "Es que a los vecinos les cuesta mucho salir de casa", se excusaba. "Vamos a esperar un poco m¨¢s", a?ad¨ªa Mario Vega, el animador sociocultural que organiz¨® el acto.

Loke (Jaime Mi?arro, malabarista y mago de 29 a?os) esperaba, encerrado en el despacho del alcalde, a que llegase m¨¢s p¨²blico. "Es la primera vez que voy a actuar en un sitio tan peque?o; espero que el p¨²blico reaccione bien", dec¨ªa.

Dieron las 20.20 horas: contando al alcalde, al concejal de Cultura y a algunos parientes, sumaban ya 15 personas. "Alcalde, vamos a comenzar, diga unas palabras al p¨²blico", ped¨ªa Mario Vega. "No, no estoy preparado para esto", respond¨ªa Sanz.

El reloj marcaba ya las ocho y media. Por fin el aforo se complet¨®: 18 personas, inclu¨ªdos tres ni?os. Loke comenzaba su actuaci¨®n. Risas. El p¨²blico se animaba. El mago comenzaba a ganarse a los asistentes. Los ni?os hab¨ªan dejado de correr en torno a las sillas vac¨ªas. Todos miraban at¨®nitos c¨®mo el artista reconstru¨ªa cuerdas cortadas ante ellos o c¨®mo era capaz de adivinar cartas. Chistes. Aplausos. Los tres j¨®venes que se hab¨ªan acercado para reventar la actuaci¨®n callaban. El mago jugaba con ellos. Se los hab¨ªa ganado. "No me romp¨¢is la actuaci¨®n, que ha venido la prensa a verme", bromeaba el mago.

?Ad¨®nde va, Isidro?

Un cuarto de hora despu¨¦s de las nueve cundi¨® la alarma. S¨®lo 17 personas en las butacas: faltaba un espectador. "?Ad¨®nde va, Isidro?", preguntaba Loke. "Al servicio", respond¨ªa ¨¦l. "Bueno, pero vuelve pronto, que aunque estemos en familia un asiento vac¨ªo se nota mucho". A las nueve y media, dos huecos: 16 personas en el local. El t¨ªo del alcalde (unos 70 a?os) se marcha. "Tengo que ir a hacer unas cosas", se excusaba al cruzarse con Isidro, que volv¨ªa del lavabo. Aplausos. "Lorena [dos a?os], si¨¦ntate y mira los malabares", exig¨ªa el concejal de Cultura. Chistes. Juegos. Bromas. Risas.

Loke, el artista que comenz¨® a trabajar hace siete a?os en el Retiro, conoce perfectamente su oficio. Se despide. Aplausos, muchos aplausos calurosos. "Es una pena que haya venido tan poca gente", se dol¨ªa el alcalde. Dieron las diez de la noche. Loke -un genio sin p¨²blico- merec¨ªa mejor suerte. En Alameda del Valle la lluvia remit¨ªa y las pocas luces encendidas empezaban a apagarse. Igual que en Venturada y Pr¨¢dena del Rinc¨®n.