Honores a Mir¨®
Los a?os ochenta dieron paso a una difusi¨®n casi masiva del arte contempor¨¢neo, a una entronizaci¨®n de la figura del artista y a una proliferaci¨®n de j¨®venes cuyas producciones eran autom¨¢ticamente ensalzadas por el hecho de ser hechas por j¨®venes. Mi escepticismo no ha de ser confundido con aquellas posiciones retr¨®gadas que a¨²n sostienen que Mir¨® o Duchamp son tonter¨ªas. Simplemente digo que la falta de rigor intelectual de los ochenta llev¨® a una permisividad conceptual en la que todo resultaba, gracias al mercado y a la esclavizaci¨®n y autoalienaci¨®n de la cr¨ªtica, art¨ªsticamente valioso.Los j¨®venes lo tienen dif¨ªcil hoy d¨ªa porque poco m¨¢s puede hacerse que reinterpretar o releer las propuestas de las vanguardias cl¨¢sicas. Esta muestra se inscribe en el conjunto de exposiciones que las galer¨ªas barcelonesas han organizado para homenajear a Mir¨®. De la totalidad, que mantienen un nivel digno, destaca ¨¦sta en la galer¨ªa Salvador Riera. Sus protagonistas proceden de la renovada Escuela Massana y han sido seleccionados por el artista Ignasi Aball¨ª.
Excursus
Galer¨ªa Salvador Riera (Consejo de Ciento, 333). Barcelona.
Fotograf¨ªa ampliada
Quiz¨¢ una de las obras m¨¢s destacables sea la de Carme Saumell: una de ellas es la fotograf¨ªa, ampliada, de una familia de Dubrovnik que muri¨® en el bombardeo del 6 de diciembre de 1991. Otra es la imagen de dos ancianos vistos tras las estanter¨ªas de un armario. Poseen una gravedad pompeyana y una suerte de nostalgia que recuerda -con otros medios- a la de Anto?ito L¨®pez. Tambi¨¦n es nost¨¢lgico el trabajo de Maite Vieta: fotos antiguas, una delante de la otra, en cajitas met¨¢licas y con lentes de aumento. Recuerda a Boltanski, pero posee suficiente calidad como para tenerla en cuenta.Es interesante constatar la presencia de extranjeros, que pertenecen a este grupo de profesionales que se sintieron atra¨ªdos por la vivacidad y el clima art¨ªstico de la ciudad. Hay que saludar como un excelente s¨ªntoma el que se los muestre como a los artistas aut¨®ctonos. El chileno Fernando Prats toma el tema de la crucifixi¨®n como motivo, destacando el dibujo -sutil y expresivo- de una especie de Piet¨¤. La artista de origen suizo Evelina Cajacob ha colocado una acumulaci¨®n de ovillos de cuerda, de forma oblonga, en un ¨¢ngulo de la galer¨ªa. No es innovador, pero es sumamente po¨¦tico. David Aparicio, en cambio, juega a utilizar elementos tecnol¨®gicos en su evidentemente ir¨®nica Inmaculada.
La obra de Bego?a Montalb¨¢n -fotograf¨ªas con un ¨®valo recortado- siempre posee ambig¨¹edad y un tratamiento interesante de los materiales. M¨¢s mim¨¦tica es la obra, para finalizar, de Paquita Ballar¨ªn. Pero si hemos de hacer balance, ¨¦ste es positivo: dar a conocer a gente joven, de los cuales tal vez uno perdurar¨¢, y que de momento muestran obras perfectamente visibles. Ya es mucho.
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