Maestra de guarder¨ªa en Katmand¨²
Una espa?ola dirige una escuela para hijos de familias humildes en Nepal
Tiene una historia de pel¨ªcula. Su vida real discurre a medio camino entre la del personaje de la misionera que encarnaba Ingrid Bergman en El albergue de la sexta felicidad y el de Andy MacDowell en Matrimonio de conveniencia. Todo empez¨® hace cinco a?os, cuando Vicky Subirana, una maestra de p¨¢rvulos de 33 a?os, lleg¨® a Katmand¨² (Nepal) en viaje tur¨ªstico. No pod¨ªa imaginar entonces que esas vacaciones iban a cambiar por completo el rumbo de su vida. La mirada triste de los ni?os que mendigaban por las calles de la capital nepalesa o malvend¨ªan fruta en los mercados fue el revulsivo. Vicky volvi¨® a su casa, en Ripoll (Gerona), obsesionada con una sola idea: devolver la sonrisa a esos peque?os. Y la ¨²nica forma de conseguirlo, pens¨®, era sacarlos de la calle.Pas¨® las siguientes vacaciones en Nepal y acab¨® de decidirse. As¨ª que, al cabo de un ano, dej¨® trabajo, casa, padres y amigos y se instal¨® en el pa¨ªs asi¨¢tico. Una vez all¨ª, busc¨® ayuda para su empresa: crear una escuela para p¨¢rvulos procedentes de familias sin recursos econ¨®micos.
Transcurrieron varios meses hasta que, finalmente, el director de un colegio privado crey¨® en ella. Le prest¨® un local y le facilit¨® dos ayudantes, j¨®venes nepalesas sin ninguna preparaci¨®n pedag¨®gica. De esta forma naci¨® el parvulario de Boudha-Nath, situado en la periferia de Katmand¨², a ocho kil¨®metros del centro urbano.
"Los principios fueron duros", cuenta Vicky. "Los ni?os, que pertenec¨ªan a, etnias distintas, tamang, gurung, sherpa, newar y tibetanos, no se entend¨ªan entre ellos y a m¨ª no me serv¨ªa de nada haber estudiado un a?o la lengua nepalesa". En esa ¨¦poca, la maestra ten¨ªa que recorrer todos los d¨ªas 30 kil¨®metros en bicicleta para acudir a la escuela.
Poco a poco, las cosas se fueron arreglando. Vicky se traslad¨® a vivir a la escuela, llegaban m¨¢s alumnos y hab¨ªa empezado a recibir desde Espa?a ayudas econ¨®micas y materiales did¨¢cticos. Pero la cancelaci¨®n por parte del Gobierno de Nepal de su visado de estudiante estuvo a punto de dar al traste con todo el trabajo hecho. Entonces, alguien aconsej¨® a la maestra que se casara con un nepal¨¦s para conseguir la nacionalidad y despu¨¦s se divorciara de ¨¦l. El destino le deparaba una sorpresa: la maestrilla acab¨® enamor¨¢ndose de su esposo de conveniencia, un sherpa, y hace cuatro meses tuvo su primer hijo.
Vicky Sherpa -as¨ª se llama ahora- ha logrado convencer a la organizaci¨®n Educaci¨®n sin Fronteras y a la Unesco para que se impliquen tambi¨¦n en la elaboraci¨®n de proyectos para montar dos escuelas m¨¢s en territorio de Nepal.
Por su parte, ella trabaja, moment¨¢neamente desde Barcelona, en otra idea: la fundaci¨®n de un colegio para 80 p¨¢rvulos, cuya educaci¨®n espera que sea costeada por espa?oles dispuestos a apadrinar a estos peque?os.
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