El caso Urra

El caso Urra, denunciado tambi¨¦n por Amnist¨ªa Internacional y por el Comit¨¦ para la Prevenci¨®n de la Tortura del Consejo de Europa, cuya convenio fue suscrito por Espa?a en abril de 1989, plante¨® bruscamente, a finales de enero ¨²ltimo, la extrema fragilidad de la teor¨ªa seg¨²n la cual ya no existen en Espa?a pr¨¢cticas de malos tratos. Kepa Urra fue encontrado por el m¨¦dico forense que le asisti¨® en los calabozos de La Salve en Bilbao "inconsciente, con heridas en la cara, ojos y mu?ecas, sangre reciente en la faringe, boca y nariz que le emped¨ªa respirar normalmente".Los responsables del arresto explicaron entonces lo que el ministro del Interior, Jos¨¦ Luis Corcuera, reiter¨® pocos d¨ªas despu¨¦s en el Congreso; a saber: que las heridas eran consecuencia de la resistencia ofrecida por el presunto activista cuando iba a ser detenido. Lo que ni el ministro ni los guardias explicaron es el origen de las muevas lesiones que el forense apreci¨® en Kepa Urra despu¨¦s de que ¨¦ste hubiera sido hospitalizado en el pabell¨®n penitenciario de Basurto (Vizcaya). Una pista la ofreci¨® al juez la enfermera Amaya D¨ªez. "O¨ª gritar a una persona pidiendo socorro, supuse que se trataba de Kepa Urra, ped¨ª a los agentes que abrieran inmediatamente la puerta y vi salir del interior de la habitaci¨®n a dos hombres".

Seg¨²n su testimonio, Kepa Urra le cont¨® que los dos hombres, tenientes del servicio de informaci¨®n de la Guardia Civil, le estaban interrogando y le hab¨ªan pegado.

Urra, presunto liberado del comando Vizcaya, ha afirmado ante el juez que nada m¨¢s ser detenido fue golpeado en todo el cuerpo y llevado al monte, y que los golpes, "a veces con las palmas de las manos y con porras acolchadas", se sucedieron igualmente en la comandancia.