Las otras Chinas
La rebeli¨®n de las minor¨ªas preocupa a Pek¨ªn tras el precedente de la URSS
La rebeli¨®n de las minor¨ªas nacionales y la violenta desintegraci¨®n de China, como ocurri¨® en Yugoslavia o en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, son supuestos temibles si el Partido Comunista Chino (PCCli) pierde el control de la situaci¨®n tras el fallecimiento de Deng Xiaoping. Los guardias rojos de Mao destruyeron miles de mezquitas y arrearon por las calles a los ?mames con cabezas de cerdos colgadas al cuello. En muchos de aquellos templos arrasados durante la Revoluci¨®n Cultural (1966-1976) y reconstruidos despu¨¦s se vuelve a conspirar contra el Gobierno y, en ocasiones, con violencia.Ilyas Shen Xiaki, presidente de la gubernamental Asociaci¨®n Isl¨¢mica de China, advirti¨® esta semana contra la rebeli¨®n en marcha. El patriarca denunci¨® que "una peque?a minor¨ªa musulmana, enemiga del PCCh, expande rumores, intriga en las mezquitas y ataca al Estado con intenciones subversivas". A?adi¨® que esa minor¨ªa fuerza a los musulmanes normales y a los imames a interferir en el proceso de reconstrucci¨®n nacional y atenta contra la unidad y estabilidad de Qirighai". Esta provincia, una de las mayores y m¨¢s pobres de China, sirve de emplazamiento para numerosas prisiones y es habitada en un 49% por musulmanes y tibetanos. La agencia oficial Nueva China inform¨® que el pasado d¨ªa 8, diversos grupos de personas ocuparon mezquitas en Xining, la capital de Qinghai, asaltaron locales oficiales y destrozaron veh¨ªculos.
Fuentes oficiales subrayan que no es posible una comparaci¨®n con la evoluci¨®n de la URSS porque en China 1as minor¨ªas integran s¨®lo el 8% de la poblaci¨®n y en la Uni¨®n Sovi¨¦tica este porcentaje: llegaba casi al 50%". Pero tan ciertos como estos ¨ªndices son los disturbios de T¨ªbet, y las revueltas de hace dos a?os, con 60 muertos, en XinJiang, provincia de mayor¨ªa musulmana y el lejano oeste para los chinos.
Un t¨¦cnico occidental con casi 20 a?os de residencia en Pek¨ªn indica que el Gobierno t rata de curarse en salud y por eso la televisi¨®n emite regularmente es cenas de la guerra en Bosnia, con ni?os muertos y miseria, y tambi¨¦n noticias sobre el hambre y la inestabilidad en Rusia.
"Al Gobierno le preocupa mucho que pueda prender el fundamentalismo en las regiones musulmanas y ciudades como Akto o Kashgar y trata de evitarlo como sea", indican fuentes diplom¨¢ticas en Pek¨ªn. La masiva entrada de han (chinos) en las provincias nacionalistas, que empez¨® en los a?os cincuenta, fue una de las medidas aplicadas, junto con una mayor atenci¨®n social y econ¨®mica, y m¨¢s libertad en la planificaci¨®n familiar. Los musulmanes, contrariamente a lo ocurrido con Mao Zedong, pueden viajar ahora a la Meca, y a las minor¨ªas se les facilita el acceso a la Universidad. Sin embargo, en la cadena de mando militar las minor¨ªas apenas est¨¢n representadas y el nivel de vida de las minor¨ªas es inferior a la media nacional.
A los funcionarios de Pek¨ªn les gusta recordar que "antes de la liberaci¨®n de 1950", a?o en que las tropas comunistas entraron en Tibet para acabar los lazos de esa regi¨®n con el derrocado Gobierno nacionalista, en T¨ªbet no hab¨ªa ninguna carretera. "Debido a ello, un autom¨®vil ingl¨¦s regalado al Dalai Lama tuvo que ser desmontado para poder ser trasladado con yacs a Lhasa, la capital. Hoy dispone de una red de carreteras de m¨¢s de 21.000 kil¨®metros. Adem¨¢s, el 95% de los tibetanos eran siervos que depend¨ªan del Gobierno, la aristocracia y los monjes, de generaci¨®n en generaci¨®n". El importante aparato policial y militar desplegado alent¨®, por el contrario, el separatismo tibetano y peri¨®dicamente se registran manifestaciones, protagonizadas principalmente por monjes y monjas.
"En el pasado, la mayor¨ªa sobreviv¨ªa sin m¨¦dicos, y para evitar las enfermedades o para curarlas se rezaba", dicen las fuentes oficiales.
Los "desvelos" del partido por sustituir las oraciones por la penicilina y la obediencia a Pek¨ªn no pudieron evitar los graves altercados de 1990 en Xinjiang. Esta provincia rica en uranio y petr¨®leo de 17 millones de habitantes tiene cerca de siete millones de uigures, 900.000 kazajos y 100.000 kirguizos, todos ellos m¨¢s pr¨®ximos a la cultura turcomana que a la china y de religi¨®n musulmana.
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