Jubilados prematuros
La Asociaci¨®n PM-40 agrupa a 800 parados mayores de 40 a?os
"Perder el empleo pasados los 40 es como una condena a la jubilaci¨®n prematura". La sentencia la comparten los 800 parados mayores de esa edad que han formado en M¨¢laga la Asociaci¨®n PM-40 y que comparten una experiencia com¨²n: alguna vez han sido rechazados para un empleo por razones de edad. "A media vida te das cuenta de que est¨¢s fuera del mercado laboral y acabas asumiendo que a esta edad lo m¨¢s probable es no volver a encontrar un trabajo", dice su presidente, Jos¨¦ Luis Segu¨ª.La plaga del paro ya no s¨®lo no distingue por razones de edad y de experiencia, tampoco lo hace por cualificaci¨®n, si bien es cierto que entre los pocos miembros de PM-40 que han encontrado trabajo en el ¨²ltimo mes hay un economista y un abogado. Gregorio Arribas, de 50 a?os, ha trabajado como directivo en varias empresas de hosteler¨ªa de la Costa del Sol.
Ahora casi no duerme pensando c¨®mo pagar¨¢ la matr¨ªcula de su hija en la Universidad o c¨®mo har¨¢ frente a la boda del mayor de sus tres hijos. De momento, ya consigui¨® frenar la subasta de su vivienda. Pero hay algo contra lo que se muestra impotente: el rechazo social a los desempleados. "Hay vejaciones tremendas, incluso los vecinos te rechazan, y por eso la gente tiene miedo o verg¨¹enza a contar sus problemas. Ser un parado es como la peste, pero nadie se da cuenta de que ma?ana le puede tocar a ¨¦l".
lldefonso Mancera, de 45 a?os, va a cumplir ya 10 en el desempleo.
En la Caja Rural lleg¨® a dirigir una sucursal, pero tras un turbio asunto en el que se vio envuelta la anterior directiva fue uno de los 100 empleados despedidos. A pesar de la documentaci¨®n que acredita su correcta conducta profesional, nunca m¨¢s consigui¨® trabajar en la banca. Pero tampoco un empleo "digno" en otra cosa. Con cuatro hijos a su cargo de entre 12 y 18 a?os, su mujer volvi¨® a trabajar como ATS. Vendi¨® parte de su patrimonio y hasta ahora ha subsistido gracias a las comisiones que le han dejado la venta de seguros y propiedades, pero desde hace alg¨²n tiempo "no hay nada que vender".
Recuerda c¨®mo en una ocasi¨®n un directivo de una empresa le dijo que no pod¨ªa emplearlo porque si lo hac¨ªa tendr¨ªa que levantarse y cederle su puesto. Su labor ahora es dom¨¦stica, y vive con la duda de lo que pensar¨¢n de ¨¦l en su entorno.
"Cuando mis hijos cuentan que estoy en paro, a lo mejor piensan que soy un vago o un in¨²til". Pero a¨²n se siente afortunado. "Conozco gente a la que esta situaci¨®n le ha costado el matrimonio o que ni pueden pagar el tel¨¦fono".
Marisa Gonz¨¢lez, mujer de un ex trabajador de Intelhorce, ratifica las dificultades familiares que acarrea el desempleo, y que son "incluso peor" en lo psicol¨®gico que en lo econ¨®mico. "En a?o y medio hemos tenido m¨¢s discusiones que en los 23 de matrimonio", y cuenta que su marido "es otro hombre". "Lo peor es que anda todo el d¨ªa de mal humor y ha dejado muchas aficiones que ten¨ªa. Cada d¨ªa lo veo m¨¢s negro".
Remedios Corral tiene 41 a?os y hace tres perdi¨® su ¨²ltimo empleo como agente inmobiliario. El paro le lleg¨® un a?o despu¨¦s de separarse. Tiene una hija de 17 a?os a su cargo que durante la semana vive con sus abuelos paternos para compartir gastos. Cuando no le qued¨® m¨¢s que la ayuda familiar -42.300 pesetas mensuales, que ya se le agotaron en agosto- se fue a vivir a casa de su madre, ya que en ninguna de las cuatro veces que lo ha solicitado le han concedido una vivienda social. "Estoy segura de que si tuviera menos edad estar¨ªa trabajando, pero en las tiendas s¨®lo quieren a ni?as de 17 ¨® 18 a?os y sin experiencia"
Remedios se muestra a s¨ª misma como " un ejemplo de la poca protecci¨®n que tenemos los de 40 a?os", reclama al Gobierno un mayor esfuerzo en la promoci¨®n de viviendas y se queja de que los cursos de formaci¨®n que convocan el Inem y la Junta de Andaluc¨ªa "sean siempre para menores de 24 a?os".
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