El Deportivo se grad¨²a
Un gol de Manjar¨ªn dej¨® sin opci¨®n alguna al Aston Villa
El Deportivo ha obtenido su graduaci¨®n en Europa. Lo que haga a partir de ahora en la Copa de la UEFA podr¨¢ a?adir muchos m¨¦ritos a su historial, pero ya nadie le quitar¨¢ el diploma logrado ayer en uno de los templos sagrados del f¨²tbol brit¨¢nico, el Villa Park de Birmingham, un escenario de pesadilla hasta para los equipos m¨¢s curtidos. El terror¨ªfico ambiente pareci¨® amedrentar al Deportivo en los primeros minutos, pero bast¨® que se adelantase en el marcador para tomar definitivamente el tim¨®n, que s¨®lo abandon¨® cuando el rival se lanz¨® a la desesperada al final. Fue una noche irrepetible. En el ¨²ltimo suspiro ofreci¨® incluso un espect¨¢culo asombroso: los ingleses desertaban por docenas de las gradas y s¨®lo se o¨ªan los c¨¢nticos de los seguidores gallegos.Ron Atkinson jug¨® al despiste. Los deportivistas esperaban un Aston Villa furibundo, dispuesto a intimidar a su adversario con un ataque sin cuartel. Pero los brit¨¢nicos hicieron exactamente lo contrario: entregaron sin recato el bal¨®n a los deportivistas y se armaron de paciencia para esperarles en el medio campo y buscar las punzantes penetraciones de Balian Atkinson y Daley, dos balas todav¨ªa humeantes por las v¨ªctimas que se cobraron en el encuentro de Riazor. La experiencia de ese partido fue probablemente lo que convenci¨® a Ron Atkinson para adoptar una actitud tan precavida. All¨ª, los brit¨¢nicos salieron con tres delanteros y s¨®lo la impericia del Deportivo ante la porter¨ªa impidi¨® que el Aston Villa estropease la eliminatoria en los primeros 1.5 minutos.
La cautela inglesa pareci¨® asustar al Deportivo. El bal¨®n se convirti¨® en una pesada carga para los blanquiazules, temerosos de irse del paseo a campo contrario y dejar abierta la puerta de su casa. Esta actitud colectiva tuvo su reflejo en inquietantes comportamientos individuales. Por ejemplo, el de Fran, siempre dispuesto a cargar con el trabajo de romper la primera l¨ªnea del adversario, pero extraordinariamente cohibido en el inicio.
Con los dos equipos empe?ados en vigilar la cartera, el partido deriv¨® en una especie de juego de a ver qui¨¦n perd¨ªa antes la paciencia. Tan g¨¦lido era el f¨²tbol sobre el c¨¦sped que incluso se fueron apagando progresivamente los sobrecogedores rugidos de la grada del Villa Park. En cualquier caso, tal y como estaban las cosas, parec¨ªa claro que s¨®lo una jugada providencial podr¨ªa hacer que uno de los dos equipos torciese el brazo y se decidiese a buscar abiertamente la victoria. Y el protagonista tuvo que ser Fran, quien finalmente pudo expiar la culpa de su inhibici¨®n inicial. Corr¨ªa el minuto 36 cuando el capit¨¢n blanquiazul recibi¨® un bal¨®n al borde del ¨¢rea. Con el rabillo del ojo, vio a Nando avanzar inconteniblemente por su banda, le puso la pelota en el pie de un toque suav¨ªsimo y el valenciano centr¨® al segundo palo, donde la cabeza de Manjar¨ªn hizo enmudecer al Villa Park.
Entonces empez¨® otro partido y el Deportivo fue claramente superior. Todo su miedo se desvaneci¨® al ver a su rival herido. Los coru?eses se lanzaron a por el bal¨®n con una voracidad ins¨®lita y s¨®lo dos minutos despu¨¦s del gol Bebeto pudo sentenciar.
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