El Tratado de Uni¨®n Europea fuerza el consenso entre el Gobierno y los partidos de la oposici¨®n

La pol¨ªtica hacia la Comunidad Europea vuelve a suscitar consensos. El presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, expuso ayer ante el Pleno del Congreso de los Diputados lo tratado en la cumbre europea extraordinaria del viernes pasado, y todas las fuerzas de la oposici¨®n, excepto Izquierda Unida, celebraron con ¨¦l al un¨ªsono la entrada en vigor, el lunes, del Tratado de Maastricht. El presidente del Partido Popular, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, hizo incluso propuestas, parcialmente aceptadas, para preparar conjuntamente los siguientes pasos a dar en la construcci¨®n comunitaria.

"En el futuro, con m¨¢s perspectiva, el 1 de noviembre pasar¨¢ a la historia como un momento decisivo", declar¨® Gonz¨¢lez refiri¨¦ndose a la puesta de largo de la Uni¨®n Europea. Minutos despu¨¦s, Aznar destac¨® a su vez que, con el tiempo, ese d¨ªa ser¨¢ considerado "como una fecha hist¨®rica", una expresi¨®n que tambi¨¦n emplearon los portavoces de Converg¨¦ncia i Uni¨®, Joaquim Molins, y del Partido Nacionalista Vasco, l?aki Anasagasti.La oposici¨®n lo ten¨ªa f¨¢cil. Pod¨ªa haberse ensa?ado con un Gobierno cuyo presidente anunci¨® que acud¨ªa a la cumbre de Bruselas con la intenci¨®n de obtener para Espa?a la sede de la Agencia de Medio Ambiente o la Agencia de Evaluaci¨®n de los Medicamentos. Tuvo finalmente que conformarse con dos instituciones menores: la Oficina de Marcas, con competencias ampliadas a dise?o y modelos, y la Oficina de Seguridad e Higiene en el Trabajo.

"Este hecho podr¨ªa merecer cr¨ªtica", afirm¨® Aznar, "pero prefiero hacer una reflexi¨®n". "Los fervores supuestamente europe¨ªstas( ... ) no se traducen en poder real dentro de la Comunidad". Tampoco los dem¨¢s oradores arremetieron contra la renuncia de Gonz¨¢lez, aunque los nacionalistas vascos s¨ª pidieron que una de las dos sedes de nueva creaci¨®n se instalen en su tierra.

Aznar hizo un discurso salpicado de propuestas en las que dio la impresi¨®n de compartir las preocupaciones del Ejecutivo. Recalc¨®, por ejemplo, que era necesario que "Espa?a pueda hacer valer su peso espec¨ªfico en el conjunto de la Uni¨®n" cuando ¨¦sta se ampl¨ªe a nuevos pa¨ªses miembros. Xabier Albistur, de Eusko Alkartasuna, advirti¨® incluso que el ingreso de nuevos miembros "no debe servir de coartada para convertir la Uni¨®n en un espacio de libre cambio". Gonz¨¢lez dej¨® claro que, antes del desembarco de nuevos Estados en la Uni¨®n -Austria, Suecia, Finlandia y Noruega son candidatos a la adhesi¨®n-, "habr¨¢ que hacer algunas reformas previas". Para Espa?a, lo importante "es preservar los actuales equilibrios", es decir, no perder peso. La cumbre europea ordinaria de diciembre en Bruselas debatir¨¢ sobre la oportunidad de adaptar las instituciones a lo largo de 1994.

Concretamente, Aznar hizo dos propuestas. Pidi¨® discutir en la Comisi¨®n Mixta Congreso-Senado para la CE la aportaci¨®n espa?ola, entregada el 7 de octubre, al Libro Blanco que prepara el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, sobre una estrategia de crecimiento de la competitividad y del empleo. El libro ser¨¢ el plato fuerte de la pr¨®xima cumbre. Gonz¨¢lez replic¨® que ser¨ªa mejor debatir el conjunto de las ideas recogidas en el Libro Blanco y no s¨®lo las espa?olas.

Revisar Maastricht

La segunda proposici¨®n de Aznar tuvo m¨¢s ¨¦xito. El l¨ªder popular inst¨® al Gobierno y a los grupos parlamentarios a preparar conjuntamente la conferencia intergubernamental de 1996 que deber¨¢ revisar el Tratado de Maastricht. Los objetivos a defender consisten, seg¨²n ¨¦l, en fortalecer el car¨¢cter confederal de la Uni¨®n Europea, preservar el peso de Espa?a en la toma de decisiones y mejorar el control democr¨¢tico de las instituciones otorgando un mayor papel a los Parlamentos nacionales. Tambi¨¦n habr¨¢ que revisar los plazos y criterios de convergencia para alcanzar la uni¨®n monetaria.

"Convendr¨ªa una reflexi¨®n a nivel parlamentario" sobre estas cuestiones, reconoci¨® Gonz¨¢lez en su respuesta, y abog¨® a continuaci¨®n por que la Comisi¨®n Mixta se re¨²na con una periodicidad m¨¢s breve. Dio la impresi¨®n de desear un consenso sobre esta materia. Admiti¨® tambi¨¦n que para rematar la uni¨®n monetaria "hay ahora obst¨¢culos que no hab¨ªa en el momento de la firma del tratado". Record¨® que el calendario acordado prev¨¦ dos fechas para la plena uni¨®n monetaria, y que, si no se logra el objetivo en 1997, habr¨ªa una segunda oportunidad en 1999.