"Dudo que EE UU pueda o quiera actuar como superpotencia ¨²nica"
J. J. NAVARRO ARISA, Steven J. Brams fue uno de los ni?os prodigio de la era Kennedy. Con apenas veinte a?os, trabajaba en un estudio ultrasecreto del Departamento de Defensa de EE UU sobre la intervenci¨®n de su pa¨ªs en Vietnam. Ese estudio era el n¨²cleo de lo que se conocer¨ªa como los papeles del Pent¨¢gono, pero cuando ¨¦stos salieron a la luz Brams, cada vez m¨¢s opuesto a la guerra, ya hab¨ªa pasado a la Universidad. Desde entonces se ha dedicado a introducir el razonamiento cient¨ªfico en el an¨¢lisis de los conflictos mundiales, especialmente a trav¨¦s de la aplicaci¨®n de la Teor¨ªa de los Juegos. Brams admite que su modelo te¨®rico no permite hacer predicciones de futuro, pero s¨ª introduce un elemento de rigor en la ciencia pol¨ªtica, que, a su juicio, "lleva unos veinte a?os de retraso respecto de la ciencia econ¨®mica". "De todos modos", dice, "antes de dar respuestas, debemos aprender a hacer las preguntas correctas".
El profesor Brams es autor de numerosos libros sobre la aplicaci¨®n de modelos de an¨¢lisis cient¨ªficos a los conflictos pol¨ªticos. El ¨²nico de ellos publicado en Espa?a es Teor¨ªa de juegos y seguridad nacional, editado en 1989 por el Ministerio de Defensa.
Dentro de poco aparecer¨¢ su ¨²ltima obra, Theory of moves (Teor¨ªa de los movimientos), en la que analiza cuestiones tan dispares como la crisis de los misiles cubanos, el resultado de las elecciones norteamericanas de noviembre, el bombardeo de Vietnam del Norte o el fracaso del intento de rescate de los rehenes norteamericanos en Ir¨¢n.
Como todos los te¨®ricos en asuntos internacionales desde la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, Steven Brams es extraordinariamente cauto a la hora de formular pron¨®sticos. Preguntado, por ejemplo, por si fue el rearme de Ronald Reagan o la prudencia de Mijail Gorbachov el factor que propici¨® el final de la guerra fr¨ªa, Brams dice: "No me inclino por ninguno de los dos procesos. Ambos contribuyeron. El rearme norteamericano influy¨® en la bancarrota sovi¨¦tica, pero la situaci¨®n de la URSS era ya muy mala; Gorbachov ten¨ªa motivos para desear las reformas, pero tambi¨¦n se vio obligado a emprenderlas".
"Del mismo modo", agrega, cabe apuntar que ya hab¨ªa en toda Europa del Este un proceso de separaci¨®n de la URSS y advenimiento de la democracia, con la fundaci¨®n de Solidaridad, el reformismo h¨²ngaro y el inicio de la descomposici¨®n del r¨¦gimen comunista en Alemania Oriental".
"Mi tesis principal", dice, "es que cierta aplicaci¨®n de la Teor¨ªa de los Juegos -el conocimiento m¨¢s detallado posible de cu¨¢les y cu¨¢ntos son los participantes, cu¨¢les son sus opciones y sus preferencias y qu¨¦ puede hacer cada cu¨¢l en funci¨®n de las opciones y elecciones de los dem¨¢s- es muy ¨²til para interpretar el pasado, y contribuye a pensar l¨²cidamente en el futuro. En s¨ªntesis, se trata de una interpretaci¨®n estrat¨¦gica de la historia, en la que cada participante en un conflicto o en una situaci¨®n no s¨®lo contempla sus propias opciones, sino tambi¨¦n las de sus adversarios".
El polit¨®logo norteamericano afirma que la ciencia econ¨®mica est¨¢ m¨¢s avanzada que la pol¨ªtica, "porque, por tradici¨®n intelectual, la Econom¨ªa tiende a tomar decisiones basadas en argumentos y en m¨¦todos de pensamiento racionales. ?Por qu¨¦ no trasladar esos instrumentos a cuestiones no econ¨®micas?". Al mismo tiempo, no est¨¢ de acuerdo en aplicar el t¨¦rmino "irracional" a algunas decisiones pol¨ªticas de la historia reciente.
"El que una decisi¨®n se tome en un arrebato de pasi¨®n o sin los elementos de informaci¨®n suficientes no quiere decir que sea irracional. Hitler, desde sus propias coordenadas, fue a veces un estratega racional; lo que sucedi¨® fue que sus errores de c¨¢lculo fueron cada vez mayores: crey¨® que pod¨ªa conquistar el Reino Unido y se equivoc¨®, pero estuvo a punto de lograrlo; crey¨® que podr¨ªa luchar con la URSS y EE UU simult¨¢neamente y se equivoc¨® tambi¨¦n, pero no fue irracional, porque previ¨® esa eventualidad".
Steven Brams no se aventura a se?alar el futuro de Rusia, por ejemplo, pero s¨ª vaticina un mundo menos estable. "Si hubiera una sola superpotencia que actuase como tal, deber¨ªamos esperar m¨¢s estabilidad, pero dudo mucho que EE UU pueda o quiera actuar como tal superpotencia. Ese modelo funcion¨® en el golfo P¨¦rsico, pero no funciona ni en Yugoslavia, ni en Somalia, ni siquiera en Hait¨ª. El mundo ser¨¢ quiz¨¢ m¨¢s inestable y violento; habr¨¢ guerras civiles y locales, pero los pa¨ªses no directamente implicados tender¨¢n a ignorarlas. Por ejemplo, es seguro que la guerra de Yugoslavia no afectar¨¢ a Italia y muy poco probable que afecte a Grecia o Turqu¨ªa".
?Ser¨¢ posible prever mediante alg¨²n tipo de modelo matem¨¢tico los acontecimientos pol¨ªticos del futuro, como sucede en las novelas de ciencia-ficci¨®n? Steven Brams se r¨ªe y afirma: "No lo creo, porque, para empezar, todav¨ªa no somos capaces de definir muy bien cu¨¢l es el juego, qui¨¦nes son los participantes y cu¨¢les son sus preferencias. Antes de hacer predicciones, de hallar respuestas, tenemos que aprender a hacer las preguntas correctas".
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