El Rey dice al Parlamento israel¨ª que la paz pasa por el derecho de autodeterminaci¨®n de Palestina

ENVIADO ESPECIAL No hubo ning¨²n murmullo, pero no todos aplaudieron. As¨ª reaccionaron los cerca de 120 diputados de la Kneset (Parlamento israel¨ª) al primer discurso que pronunci¨® en ese hemiciclo un rey, el de Espa?a. Don Juan Carlos insisti¨® en el derecho de los palestinos a la autodeterminaci¨®n como condici¨®n para conseguir la paz e inst¨® a Israel a adoptar medidas de confianza en materia de derechos humanos en Cisjordania, y Gaza. En una alocuci¨®n equilibrada, elogi¨® tambi¨¦n la vitalidad de la democracia en el Estado israel¨ª y tuvo adem¨¢s un recuerdo emocionado para los jud¨ªos sefard¨ªes y su aportaci¨®n a la cultura espa?ola. Hablar ante la Kneset es un privilegio del que muy pocos han disfrutado.

Al primer ministro israel¨ª, el laborista Isaac Rabin, le correspondi¨® hablar antes que el Rey. Un hombre aparentemente fr¨ªo hizo, curiosamente, un discurso casi po¨¦tico. Con la visita de los Reyes, dijo, "los sue?os se hacen realidad". Evoc¨® la edad de oro de los jud¨ªos en Espa?a y acab¨® pidiendo a sus hu¨¦spedes espa?oles que desarrollen "el papel de puente con nuestros vecinos ¨¢rabes".Le toc¨® entonces el turno al l¨ªder de la oposici¨®n de derechas, el Likud. Benjamin Netanyahu tambi¨¦n quiso aportar sus elogios, que esta vez estuvieron dedicados a la tenacidad del pueblo espa?ol. "El pueblo de Israel es el ¨²nico que se asemeja al de Espa?a ( ... ) en su lealtad a su patria aun despu¨¦s de haberla perdido", afirm¨®.

En el discurso m¨¢s largo e importante de su visita a Israel, don Juan Carlos dej¨® claras dos premisas para cubrir el largo camino hacia la paz. La primera, que satisface a sus anfitriones, es "el derecho de todos los Estados a la existencia dentro de fronteras seguras y reconocidas intemacionalmente". La segunda, que les gust¨® menos, consiste en "garantizar a todos los pueblos de la regi¨®n el pleno ejercicio de sus derechos y libertades fundamentales, incluido el derecho a la libre autodeterminaci¨®n del pueblo palestino".

A rengl¨®n seguido mencion¨® por segunda vez -lo hab¨ªa hecho la v¨ªspera ante el presidente del Estado de Israel, Ezer Weizman- las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad, que, recalc¨®, "siguen siendo el marco de una soluci¨®n permanente del conflicto". Ambas resoluciones, nunca acatadas por Israel, exigen la retirada israel¨ª de los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza, aunque tambi¨¦n reconocen su derecho a disfrutar de fronteras seguras.

"Es necesario", prosigui¨® el Monarca, "establecer unas medidas de confianza que tomen como gu¨ªa el respeto de los derechos humanos y evitar as¨ª acciones que provoquen el comportamiento violento de los sectores radicales". "As¨ª se podr¨¢ ir creando una atm¨®sfera de tolerancia y di¨¢logo indispensable para afrontar pac¨ªficamente el futuro". "Como dijo una voz de vuestro pueblo: 'Sed valientes", unas palabras que pronunci¨® primero en hebreo. Don Juan Carlos inst¨® veladamente al Gobierno israel¨ª a liberar a presos palestinos y a acabar con las arbitrariedades que padecen para desactivar acciones extremistas.

Al terminar el discurso pronunciado en espa?ol, fueron sobre todo los diputados religiosos que llevaban la kipa (gorro religioso jud¨ªo) los que, a juzgar por su actitud, menos apreciaron la alocuci¨®n. El Likud y parte de los partidos religiosos se oponen el acuerdo de paz suscrito entre Rabin y el l¨ªder de la OLP, Yasir Arafat, y rechazan la autodeterminaci¨®n.

En realidad, el Rey reiter¨® en su discurso los principios tradicionales de la pol¨ªtica exterior espa?ola para Oriente Pr¨®ximo formulados exhaustivamente en una declaraci¨®n publicada en 1986 con motivo del establecimiento de relaciones entre ambos pa¨ªses. Para hacer m¨¢s aceptable la repetici¨®n de esta doctrina, el discurso estuvo salpicado de alabanzas sinceras a la vida pol¨ªtica en Israel, caraterizada por "el respeto y la defensa de los valores democr¨¢ticos y del pluralismo de una sociedad libre".

A la salida del Parlamento, Sim¨®n Peres, ministro de Exteriores, destac¨® que el discurso. del Rey hab¨ªa sido "positivo" y que el hemiciclo "estaba pr¨¢cticamente lleno de diputados".