Los jud¨ªos del rey Hassan
El monarca alau¨ª ha confiado siempre en la influyente comunidad hebrea de Marruecos
Serge Berdugo, de 55 a?os de edad, es el primer ministro de confesi¨®n jud¨ªa en un Gobierno de Hassan II. Con este nombramiento el monarca alau¨ª no hace m¨¢s que seguir la tradici¨®n de su padre, el rey Mohamed V, quien durante su reinado se convirti¨® en un protector de la comunidad hebrea, incluso en momentos de fanatismo antijud¨ªo, y que cont¨® tambi¨¦n en 1957 con un ministro jud¨ªo.El nombramiento de Serge Berdugo es un verdadero ejercicio de prestidigitaci¨®n pol¨ªtica que permite al rey Hassan II avanzar con facilidad en el di¨¢logo que mantiene con el Gobierno de Israel, con el que trata de establecer relaciones diplom¨¢ticas. Pero el nombramiento es tambi¨¦n una clase pr¨¢ctica de relaciones internacionales que el monarca imparte a la oposici¨®n democr¨¢tica con la que pretende dejar sentado que s¨®lo ¨¦l es capaz de impulsar la pol¨ªtica exterior y evitar que Marruecos caiga en el aislamiento. El soberano vaticin¨® recientemente en un discurso que si la oposici¨®n democr¨¢tica se hiciera cargo de la pol¨ªtica exterior del reino, Marruecos quedar¨ªa aislado.
El nuevo ministro ha sido calificado como un hombre afable, cari?oso, de generosa complexi¨®n f¨ªsica -sin duda el m¨¢s fuerte y voluminoso de los miembros del Gabinete-, pero que a la vez sabe ser discreto, reflexivo y diplom¨¢tico, tal y como se demostr¨® el pasado 14 de septiembre con ocasi¨®n del encuentro hist¨®rico del primer ministro israel¨ª, Isaac Rabin, con el rey Hassan II en el palacio real de Sjirat, al d¨ªa siguiente de que se firmaran en Washington los acuerdos de paz entre Israel y la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina.
Hombre de negocios
Este influyente hombre de negocios preside la comunidad jud¨ªa de Marruecos, formada por unas 12.000 personas, y dirige tambi¨¦n la Agrupaci¨®n Mundial del Juda¨ªsmo Marroqu¨ª, una asociaci¨®n internacional creada en 1985 en la ciudad canadiense de Montreal para establecer un puente de comunicaci¨®n entre la comunidad israelita de origen marroqu¨ª (unos 600.000 ciudadanos) y la monarqu¨ªa alau¨ª.
Berdugo acompa?¨® al primer ministro israel¨ª, Isaac Rabin, en su primera estancia p¨²blica en Marruecos, con la que cerr¨® un cap¨ªtulo de viajes clandestinos realizados por diferentes l¨ªderes israel¨ªes, como el efectuado por el propio Rabin diecisiete a?os atr¨¢s, o los dos de Moshe Dayan, el, h¨¦roe de la Guerra de los Seis D¨ªas, el primero en 1977 y el segundo al a?o siguiente, o los tres que efectu¨® Sim¨®n Peres en 1978, 1981 y, sobre todo,, en 1986 a Ifr¨¢n.
Pero el nombramiento de Berdugo para ocupar la cartera de Turismo no es un hecho aislado, ya que Hassan II ha tenido especial cuidado en los ¨²ltimos a?os en rodearse de representantes de esta poderosa e influyente comunidad minoritaria en Marruecos, como lo demostr¨® el nombramiento como consejero real de Andr¨¦ Azulay, un jud¨ªo de Mogador.
Azulay fue nombrado consejero real para asuntos econ¨®micos y financieros el 24 de octubre de 1991, en el transcurso de una corta ceremonia celebrada en el palacio de Marrakech, muy cerca de su Essauira o Mogador natal. Se oficializaba de esta manera una labor y unos contactos mantenidos en los ¨²ltimos a?os entre el pol¨ªtico y el monarca. Azulay, como Berdugo, ha venido tambi¨¦n trabajando sin descanso en favor del di¨¢logo entre las dos comunidades (¨¢rabes e israel¨ªes), utilizando para ello la asociaci¨®n Identidad y Di¨¢logo, que fund¨® en 1976 en Par¨ªs, o el Centro Internacional de la Paz, del que es vicepresidente desde 1982.
Pero la principal cualidad del consejero Azulay es que es un perfecto comunicador, no en vano ha trabajado durante muchos a?os en el mundo de la prensa y cogestiona la empresa Eurocom, el primer grupo franc¨¦s de publicidad. Fue uno de los cerebros del viaje del rey a EE UU, donde el monarca pudo reencontrar a los s¨²bditos perdidos, vinculados a esta comunidad jud¨ªa. Azulay se mueve con agilidad y su sombra se proyecta en todo el mundo, incluso en Espa?a.
La comunidad jud¨ªa en Marruecos ha expresado en numerosas ocasiones su agradecimiento a Hassan II por la defensa de sus intereses, seg¨²n recordaba recientemente un observador pol¨ªtico en un minucioso estudio sobre la contribuci¨®n del monarca a la reconciliaci¨®n de las dos comunidades. No en vano en Hassan II confluyen una serie de circunstancias, personales y pol¨ªticas, que le han permitido asumir el papel de conciliador: gobernante de un pa¨ªs isl¨¢mico, pero el m¨¢s occidental entre ellos, presidente del Comit¨¦ Al Qods (Santos Lugares); educado en una universidad francesa y, al mismo tiempo, descendiente del Profeta y Comendador de los Creyentes.
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