Los cr¨ªmenes
Los cr¨ªmenes cometidos en esta guerra han horrorizado al mundo y demostrado una brutalidad que los europeos cre¨ªan definitivamente desterrada de su continente. Ni?os reci¨¦n nacidos arrebatados de los brazos de sus madres y arrojados a hogueras; hombres obligados a arrancar los test¨ªculos a otros prisioneros; mujeres violadas y mutiladas antes de recibir el tiro de gracia; familias enteras encerradas en garajes antes de ser ¨¦stos rociados con gasolina e incendiados; fusilamientos masivos de prisioneros y degollamientos sistem¨¢ticos de ancianos, mujeres y ni?os... La galer¨ªa de los horrores de esta guerra es infinita.El odio tribal ha sido el principal motor del crimen. En su utilizaci¨®n como instrumento de las ambiciones pol¨ªticas y territoriales, fue Serbia la precursora. Sus ¨¦xitos en la guerra y la propia din¨¢mica del odio llevaron m¨¢s tarde a croatas primero y fuerzas bosnias de mayor¨ªa musulmana a utilizar los mismos argumentos y los mismos m¨¦todos criminales. La rentabilidad de los primeros cr¨ªmenes ha fomentado su proliferaci¨®n.
El objetivo de este masivo recurso al crimen como m¨¦todo de lucha ha sido ante todo, m¨¢s a¨²n que la derrota militar del enemigo, la humillaci¨®n y el terror que llevara a la poblaci¨®n civil del adversario a la huida. Es esto lo que, utilizando un t¨¦rmino ya antiguo en los Balcanes, pero reacu?ado por las fuerzas serbias en la primera fase, se ha dado en llamar limpieza ¨¦tnica.
Los mayores cr¨ªmenes se cometieron en la primera fase de la guerra en Bosnia, en la que grupos paramilitares serbios, apoyados por el Ej¨¦rcito serbio-yugoslavo, asaltaron grandes poblaciones de mayor¨ªa musulmana en Bosnia oriental y septentrional. Ciudades como Bijelina, Visegrad y Foca fueron escenarios del mayor terror racista habido en Europa desde la derrota del nacionalsocialismo alem¨¢n.
En el norte aparec¨ªan los primeros campos de concentraci¨®n donde prisioneros no serbios eran mantenidos en condiciones infrahumanas, en parte tan s¨®lo a la espera de la muerte. Sin embargo, desde entonces, aunque con menor intensidad, el asesinato y la tortura de combatientes y civiles se ha extendido por toda la rep¨²blica, y aquellos primeros verdugos, desde la impunidad y el triunfo, han encontrado ¨¦mulos en todas las partes contendientes.
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