La vida
En oto?o llegaron las lluvias. Varias zonas de la ciudad se inundaron (hubo fotos en los peri¨®dicos) y los bomberos tuvieron que realizar numerosas salidas. Sin embargo, las reservas hidrogr¨¢ficas de la urbe aumentaron escasamente.S¨ª aumentaron los problemas de circulaci¨®n viaria, agravados por la costumbre de aparcar en doble Fila. Parec¨ªa que no hab¨ªa soluci¨®n a esto del tr¨¢fico, y la velocidad disminuy¨® apreciablemente, seg¨²n los medios de comunicaci¨®n.
Hubo importantes estrenos cinematogr¨¢ficos, algunos precedidos de grandes campa?as publicitarias.
Hizo fr¨ªo aquel invierno, pero ni mucho m¨¢s ni mucho menos que en otros a?os. Se sucedieron los partidos de f¨²tbol profesional, cada tino precedido de gran expectaci¨®n y de detallado an¨¢lisis por parte de los especialistas. Asimismo se analiz¨® la situaci¨®n de los Gobiernos de la naci¨®n, de la comunidad y de la ciudad, y las estrategias de los partidos de la oposici¨®n; se dieron opiniones para todos los gustos.
Hubo varias manifestaciones callejeras para, reivindicar diversas causas. Las acostumbradas muestras art¨ªsticas y editoriales se celebrar¨ªan sin mayores sobresaltos. Durante muchos d¨ªas, el aire de la ciudad estuvo contaminado, pero no era necesario ver las fotos, bastaba tan s¨®lo con mirar a tu alrededor.
Se informar¨ªa de que aquel a?o murieron en la ciudad cierto n¨²mero personas por sobredosis, que varios reci¨¦n nacidos fueron encontrados, sanos y salvos en la basura (se presentaron voluntarios para adoptarlos), que algunos edificios fueron derribados sin permiso y otros construidos sin tener todos los papeles en regla.
Con la primavera lleg¨® el buen tiempo, aunque hubiera muchos d¨ªas inestables. Si bien los carteles de la magna feria taurina fueron bastante flojos, todos los d¨ªas se llen¨® la plaza y las corridas no eran mejores ni peores que otros a?os.
Se supo que se acercaba el verano cuando un peri¨®dico public¨® en portada una foto de supuestos chorizos forcejeando a la puerta de una residencia particular (en realidad eran dos empleados del peri¨®dico fotografiados de espaldas), y se supo que hab¨ªa llegado el verano de verdad cuando en el mismo diario sali¨® una foto de una c¨¦ntrica calle casi desierta.
Un residente de la ciudad sin posibilidades de abandonarla durante el est¨ªo se dedic¨® a se guir en la prensa los veraneos de los famosos. Y de repente era agosto. Suele hacer menos calor aqu¨ª en agosto, que en julio, observ¨® el hombre.
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