Nuevo fracaso de las conversaciones sobre el futuro de Hong Kong entre Pek¨ªn y Londres
China y Reino Unido fracasaron de nuevo en la ¨²ltima ronda de las conversaciones comenzadas hace m¨¢s de siete meses para llegar a un acuerdo sobre la propuesta de Londres de democratizar los ¨®rganos representativos de Hong Kong antes de que la colonia brit¨¢nica, de seis millones de habitantes, revierta a China en 1997.
Pek¨ªn no ha respondido a¨²n a la propuesta de Christopher Hum, jefe de la delegaci¨®n brit¨¢nica, de continuar las reuniones, sobre cuyo contenido apenas se ha informado.El Reino Unido busca una salida democr¨¢tica al enclave, que pasar¨¢ a ser controlado por el Partido Comunista Chino (PCCh) como una regi¨®n administrativa especial. Semanas atr¨¢s, Londres advirti¨® que, de no alcanzarse un compromiso, el gobernador de Hong Kong, Chris Patten, proseguir¨ªa adelante con los planes anunciados hace m¨¢s de un a?o.
De aplicarse las propuestas de Patten, que provocaron el airado e inmediato rechazo chino por estimar que vulneran los acuerdos de 1984 sobre devoluci¨®n de la colonia y constituyen un atentado contra la pac¨ªfica transici¨®n, los habitantes de Hong Kong votar¨¢n directamente o indirectamente la mayor¨ªa de sus diputados en las elecciones locales del a?o pr¨®ximo y las legislativas de 1995. Se tratar¨ªa de la primera vez que esto ocurre en 150 a?os de colonizaci¨®n. La correlaci¨®n de fuerzas indica que la mayor¨ªa de los elegidos ser¨ªan opositores al r¨¦gimen chino.
Ninguna de las partes parece interesada, sin embargo, en una brusca interrupci¨®n de los contactos para evitar graves repercusiones en los mercados financieros del territorio.
"No hemos llegado a ning¨²n acuerdo sobre los asuntos fundamentales, pero hay otros muchos que queremos seguir discutiendo", subray¨® Hum, que hoy regresa a Londres para informar sobre los resultados de la decimos¨¦ptima ronda de negociaciones, calificada como "la m¨¢s importante" de todas.
Para el analista occidental George Hicks, las divergencias pol¨ªticas entre el Reino Unido y China, por muy ruidosas que sean, son aceptadas como inevitables por ambos contricantes, que deben emplearse as¨ª en satisfacer a sus respectivas clientelas. En esta tesis coinciden muchos otros al suponer que Londres aplicar¨¢ las reformas y Pek¨ªn eliminar¨¢ las que no le convengan cuando recupere Hong Hong.
Hicks asegura que existe "un acuerdo informal por el que los intereses fundamentales econ¨®micos de China y el Reino Unido en Kong Kong no ser¨¢n puestos en peligro por muy virulento que sea el tono de las acusaciones verbales".
Observadores chinos en Hong Kong consideran que no existe "ni una posibilidad" de que China acepte la democratizaci¨®n propuesta por el gobernador y sostienen que un movimiento de ¨²ltima hora del patriarca Deng Xiaoping puede desbloquear la situaci¨®n.
El profesor Joseph Cheng se?alaba que para ello alguien deber¨¢ persuadir a Deng de que sea m¨¢s flexible. "No veo a a nadie que est¨¦ dispuesto a intentarlo", agreg¨®.
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