El Madrid C se salt¨® las jerarquias
El segundo filial blanco gana al primero rojiblanco
CARLOS MARCOSLas canteras estaban en juego. Los filiales de los dos principales equipos de Madrid se enfrentaban en el llamado miniderby. Claro que para aclararse hay que echar mano del abecedario. El Real Madrid de Seguda Divisi¨®n B es el tercero de la casa. Por eso le ponen la C al final. Por contra, el Atl¨¦tico de esta misma categor¨ªa es el segundo de la entidad que preside Jes¨²s Gil. Un caso pr¨¢ctico: Arteaga, delantero centro del Madrid C, tiene dos cogotes delante: el de Morales (Madrid B) y el de Zamorano (primer equipo). El goleador rojiblanco, Israel, s¨®lo cuenta con el obst¨¢culo del mexicano Luis Garc¨ªa. Adem¨¢s de esta jerarquizaci¨®n, los rojiblancos contaban con otro dato positivo. Su posici¨®n en la tabla (30) por la de los blancos (150) abrumaba a los aficionados madridistas. La l¨®gica, por tanto, otorgaba m¨¢s posibilidades de triunfo para los rojiblancos. No fue as¨ª.
El conjunto de Jos¨¦ Antonio Grande sali¨® apretando los dientes tras el varapalo de la pasada jornada (1-4 frente al Sanse). Los rojiblancos, mientras, viv¨ªan de la teor¨ªa. Una t¨¢ctica err¨®nea. Los delanteros blancos comenzaron desde los primeros minutos a sentirse c¨®modos en los pasillos del fort¨ªn rojiblanco. Javi L¨®pez desperdici¨® dos clar¨ªsimas oportunidades. Son de esas que al final siempre se dice: "Claro, si es que hemos perdonado". El equipo contrario, por entonces, ya se ha adelantado en el marcador. Tuvo suerte el delantero blanco Javi L¨®pez porque su compa?ero Arteaga acert¨® en una jugada muy bien trenzada por la delantera blanca.
El Atl¨¦tico s¨®lo mostr¨® un recurso incomodo para los blancos. Valle, el carrilero que ha jugado alg¨²n partido en el primer equipo, era la ¨²nica alternativa de un equipo anestesiado. Valle era, adem¨¢s, el argumento de los visitantes para este partido: experiencia. Cada vez que cog¨ªa el bal¨®n una idea rondaba a los blancos: "Cuidado, que ha jugado en Primera". No hubo lugar a la alarma. Aunque Valle brind¨® alg¨²n pase desde su banda izquierda, los blancos le taponaron con solvencia.
En la recta final, y debido a la impotencia visitante, el Madrid prob¨® el contraataque pero sin mucha convicci¨®n. Lo ten¨ªan claro los hombres de Jos¨¦ Antonio Grande. Tras varios resultados negativos es mejor defender un golito que tentar el empate.
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