Juegos en el ordenador

S¨®lo al final del encuentro, un Michael Ende hablador y relajado confiesa lo que desde hace a?os se ha convertido en su verdadera pasi¨®n: los juegos de ordenador. Durante dos horas diarias, se enfrenta a la soluci¨®n de batallas y aventuras electr¨®nicas que pueden durar hasta un a?o y en las que se mezclan princesas, dragones y tesoros.Y como si de un verdadero juego electr¨®nico se tratara, Michael Ende ha escrito su primera ¨®pera, ya estrenada en un teatrillo alem¨¢n con m¨²sica de Wilfrid Hiller, basada en la archiconocida historia de El flautista de Hamel¨ªn.

Ende ha cambiado el cuento. En Hamel¨ªn, hay ricos que celebran misas negras con el fin de que un demonio cague todo el dinero que necesitan. S¨®lo hay una peque?a pega: cada vez que del culo del demonio sale dinero, algo en el mundo, ya sea un ni?o, un bosque o un manantial, debe morir. La dependencia de los ricos del demonio es tal que, una vez casi desahuciada la ciudad de Hamel¨ªn, van en busca de otros parajes. Las bandas de ni?os que aparecen entonces en la villa del cuento se topan con el flautista, a quien piden ayuda. &te les pone como condici¨®n que le entreguen al demonio, pero los ni?os no quieren ni pueden hacerlo. El flautista, a los sones de La danza de, la muerte, se lleva a los ni?os para salvarlos. ?Ad¨®nde los lleva? "No se sabe. El futuro es incierto", dice el autor.