Miseria a prueba de fuego

En el poblado magreb¨ª de Pe?a Grande, donde se amontonan 200 chabolas y 250 ni?os en edad escolar, encuentran refugio la miseria y el fuego. Desde agosto de 1992, el asentamiento ha sufrido cuatro incendios. Las causas nunca se han determinado con exactitud. Los motivos var¨ªan: desde la venganza de la que hablan los inmigrantes hasta el accidente que apuntan bomberos y polic¨ªas.El primer incendio arras¨® 31 chabolas y dej¨® sin hogar a 61 personas. Los marroqu¨ªes achacaron el fuego a la ira de un vecino espa?ol. El pasado 22 de mayo se registr¨® el segundo siniestro. Su origen sigue siendo un misterio, aunque los bomberos apuntaron que pudo deberse a un cortocircuito. Los vecinos volvieron construir sus casetas.

Pero sin mucha suerte: seis meses despu¨¦s, el 15 de noviembre, se desat¨® otro incendio. Esta vez se quemaron 14 chabolas. Volvieron a colgarle a un cortocircuito el cartel de culpable. Ayer, un portavoz de los bomberos reconoci¨® el "sospechosamente elevado" n¨²mero de incendios, aunque record¨® que los materiales y las conexiones el¨¦ctricas del poblado disparan el riesgo de incendios. "Aquello, arde como una tea", afirm¨®. Mientras, los precios de los chamizos han pasando de 100.000 pesetas a 250.000.