Vida cotidiana en la nave

Cuando Claude Nicollier, el astronauta europeo a bordo del Endeavour, acab¨® ayer su jornada de trabajo al mando del brazo articulado de la nave, estuvo cosiendo unas fundas, como gorros de ducha, junto al copiloto de la misi¨®n, Ken Bowersox. Con tijeras y cintas adhesivas, cortaron y pegaron los trozos de l¨¢minas doradas aislantes que sus compa?eros hab¨ªan retirado de instrumentos en la bodega abierta del Endeavour. Hoy, Jeffrey Hoffman subir¨¢ al telescopio (13,2 metros) para poner las fundas en los magnet¨®metros que han quedado desprotegidos.Mientras Nicollier hac¨ªa las fundas, Kathryn Thorriton y Tom Akers, que hab¨ªan salido al espacio para instalar el COSTAR, descansaban. Los turnos de trabajo est¨¢n organizados de manera que la pareja de astronautas que sale un d¨ªa fuera a trabajar se queda en la cabina en la siguiente jornada. Pero dentro de la nave hay mucho que hacer: los tripulantes toman fotograf¨ªas e im¨¢genes de v¨ªdeo, preparan las operaciones del d¨ªa siguiente... y est¨¢n siempre atentos para echar una mano a los dem¨¢s si hace falta.

Adem¨¢s, por supuesto, comen, duermen y arreglan la casa. Es decir, se dedican a las actividades de mantenimiento normales de la nave y del habit¨¢culo de la cabina donde viven. "Estamos flotando por aqu¨ª y nosotros no estamos dise?ados para flotar. Hay algo m¨¢gico, m¨ªstico en todo esto", ha comentado otro de los astronautas, Story Musgrave, en una entrevista. "El ser exploradores cuesta dinero y puede incluso costar vidas, pero estamos intentando entender nuestro universo", dice.

Ayer Akers bati¨® el r¨¦cord estadounidense de horas de paseos espaciales, al acumular un total de 29 horas y 40 minutos. La marca anterior, 24 horas, la ten¨ªa Gene Cerman desde 1972.