"La democracia prevalecer¨¢"
Grigori YavIinski, un economista de 41 a?os, es la alternativa. Su lista electoral se ofrece como relevo democr¨¢tico al grupo yeltsinista, Opci¨®n de Rusia, y reclama el voto de los que "est¨¢n con el mercado, la democracia y la reforma, pero no con esta reforma". ?l, personalmente, se ofrece como algo m¨¢s: como sucesor de Bor¨ªs Yeltsin. "Si se convocan unas elecciones justas a la presidencia, presentar¨¦ mi candidatura", asegura ante sus seguidores. "?Le votar¨¦ como presidente de Rusia!", clam¨® un simpatizante al acabar su acto del barrio moscovita de S¨®kol. YavIinski asegura que se ha pasado el tiempo del autoritarismo y que "el futuro ser¨¢ democr¨¢tico".Para hacerse un hueco en la pol¨ªtica rusa, YavIinski ha elegido un camino dif¨ªcil: el de la limpieza y la transparencia absolutas. S¨®lo su bloque electoral acept¨® el reto del semanario Novedades de Mosc¨² y publica cada semana en ¨¦l la lista de ingresos. Adem¨¢s, para que quede patente que no hay ninguna financiaci¨®n extra?a, ha renunciado a la propaganda pagada en televisi¨®n. "Yo no puedo gastar 2.000 d¨®lares el minuto para decirles que voten por m¨ª". Y sus seguidores aplauden con entusiasmo, igual que sus oponentes pol¨ªticos, m¨¢s conscientes que ¨¦l del papel decisivo de la televisi¨®n.
Dos d¨ªas de seguimiento de la campa?a del l¨ªder permitieron constatar que Yavlinski tiene una gran capacidad de conectar con sus votantes, con los que no elude el di¨¢logo y bromea sin cesar. Su elector tipo parece ser un ruso culto que odia la persistente corrupci¨®n, que quiere tener voz en las cuestiones pol¨ªticas y que desea que Rusia llegue a ser una democracia normal. A ¨¦l le dice: "Rusia siempre ha estado gobernada desde el autoritarismo, desde Iv¨¢n el Terrible a Mija¨ªl Gorbachov, pasando por Pedro el Grande, pero eso se ha acabado. La democracia prevalecer¨¢ en Rusia".
Vanidoso, como el que m¨¢s, Yavlinski no duda en atribuirse buena parte de los m¨¦ritos de la reforma econ¨®mica en marcha. En su Programa de los 500 d¨ªas -primero aceptado y luego rechazado por Gorbachov- "se sentaban las bases de toda la reforma, aunque luego haya venido [Yegor] Gaidar y la haya empezado al rev¨¦s", afirma. "Gaidar trata de liberalizar la econom¨ªa que se ha edificado durante los 70 anos de comunismo , mientras que lo que yo propongo es liberar a la sociedad de esa econom¨ªa". ?se es el punto clave de su discurso pol¨ªtico.
YavIinski siempre ha dicho, y ahora no hace m¨¢s que recordarlo, que la privatizaci¨®n y la lucha contra los monopolios -aspectos b¨¢sicos para crear un mercado que realmente se regule por las leyes de la competencia-, deber¨ªan haber sido pasos previos a la liberalizaci¨®n de los precios, origen de la gran inflaci¨®n que ha padecido Rusia desde enero de 1992. Ahora ya no se puede volver atr¨¢s, pero Yavlinski insiste en lo mismo: "No vamos a ganar la batalla de la inflaci¨®n mientras no logremos que haya un fuerte sector privado y la competencia se imponga".
El ataque directo a los monopolios y al mantenimiento de un Estado burocratizado donde medra la corrupci¨®n es para YavIinski algo imprescindible para garantizar el futuro de la democracia. Al no haberse actuado con firmeza en esos ¨¢mbitos, se ha permitido que Ios comunistas recuperen terreno" -despu¨¦s de haber desaparecido pr¨¢cticamente desde el golpe de Estado de agosto de 1991 hasta el oto?o de 1992- y que aumente el apoyo a fuerzas de cariz fascista como el partido de VIad¨ªmir Zhirinovski. "Han sabido aprovechar nuestros errores", afirma, hablando en nombre de todo el espectro reformista.
Su deseo de proyectarse como el palad¨ªn de la defensa de la democracia le ha llevado a criticar con dureza el procedimiento de elaboraci¨®n de la Constituci¨®n que Yeltsin somete a refer¨¦ndum. "Al borrador que se hab¨ªa acordado le agregaron unas enmiendas no se sabe d¨®nde y lo han sometido a refer¨¦ndum", dice. "Es malo que se haya adoptado la actitud de que el fin justifica los medios".
Su grupo ha dado libertad de voto en el refer¨¦ndum, y ¨¦l, "particularmente", ha optado por la abstenci¨®n: "Coger¨¦ una papeleta y me la llevar¨¦ a casa. Pero ustedes tomen individualmente la opci¨®n que les parezca mejor despu¨¦s de leer el texto", insiste en un mitin. Y si finalmente vence el s¨ª, "ser¨¢ nuestra Constituci¨®n", proclama, apoyando as¨ª su posici¨®n de leal opositor que se limitar¨¢ a propugnar la modificaci¨®n del texto seg¨²n los procedimientos que ¨¦ste establece.
Su punto m¨¢s d¨¦bil es quiz¨¢ la endeblez del grupo que dirige, que ni siquiera ha sido capaz de adoptar un nombre y se denomina Manzana, jugando con las primeras letras de los nombres de sus tres principales dirigentes: el propio Yavlinski, el conocido luchador contra la corrupci¨®n Yuri B¨®ldirev y el diplom¨¢tico VIad¨ªmir Luk¨ªn. Tampoco es bueno para sus aspiraciones presidenciales el haber nacido en Ucrania y no ser de etnia rusa. Seg¨²n ¨¦l mismo explica, su madre "es jud¨ªa y ucrania", mientras que elude decir la etnia de su padre, que "pas¨® la infancia en un, orfanato".
Para contrarrestar sus or¨ªgenes, una afirmaci¨®n y una pregunta: "Yo siento muy profundamente mi pa¨ªs. ?Para qu¨¦ voy a irme al extranjero si all¨ª viven bien sin m¨ª y aqu¨ª puedo ser ¨²til a mi pa¨ªs?"
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