Delors saca adelante su gran plan de obras p¨²blicas
Los Doce conf¨ªan a los ministros de Econom¨ªa la decisi¨®n sobre la emisi¨®n de obligaciones de la Uni¨®n
Jacques Delors se sali¨® con la suya, aunque s¨®lo a medias. El Consejo Europeo acogi¨® muy positivamente su Libro Blanco sobre el crecimiento, la competitividad y el empleo, y, m¨¢s en concreto, su abanico de ideas para crear empleo en un mercado m¨¢s ¨¢gil y flexible, as¨ª como su colosal proyecto de infraestructuras destinado a conectar, mediante una red de trenes r¨¢pidos y autopistas, gas y electricidad, Ias llanuras de Rusia con las costas mediterr¨¢neas o atl¨¢nticas. Pero no obtuvo el mismo consenso su idea de un enorme empr¨¦stito en obligaciones de la Uni¨®n Europea (8.000 millones de ecus al a?o 1,2 billones de pesetas), que ha sido remitido para su estudio a los ministros de Econom¨ªa, que en esta cumbre se han sentido puenteados por Delors.
El presidente de la Comisi¨®n consigui¨®, sin embargo, una victoria psicol¨®gica mucho m¨¢s importante: los dirigentes m¨¢s poderosos de Europa han consagrado una jornada entera a discutir c¨®mo crear empleos y frenar el paro. Delors es quien les ha permitido ofrecer una imagen de pol¨ªticos responsables preocupados por el principal problema que atormenta a nuestras sociedades, en vez de las incomprensibles y bizantinas cuestiones institucionales que suelen ocupar a las instituciones europeas.Delors hizo su habitual despliegue de fuerza de convicci¨®n ante los primeros ministros. El Libro Blanco, seg¨²n dijo, ha sido ampliamente consultado: dos debates en el Parlamento Europeo; una reuni¨®n del di¨¢logo social europeo (sindicatos y patronales), y dos consejos de ministros de Econom¨ªa lo han abordado, incluidas las cuestiones pol¨¦micas, como el plan de infraestructuras y el empr¨¦stito de obligaciones europeas. No hay raz¨®n pues, seg¨²n Delors, para que alguien se sienta puenteado y ofendido como parece haber sido el caso de los ministros de Econom¨ªa.
Delors respondi¨® tambi¨¦n a los argumentos que consideran la idea de las obligaciones como un reforzamiento de los poderes de la Comisi¨®n Europea. Ser¨¢ el Consejo Europeo quien decidir¨¢, actuar¨¢n los operadores p¨²blicos y privados (los constructores y los explotadores de las infraestructuras) y el financiador ser¨¢ el mercado. La Comisi¨®n ser¨¢ un puro intermediario y un elemento auxiliar. Tambi¨¦n las decisiones sobre las grandes redes de infraestructuras escapan a decisiones de la Comisi¨®n, seg¨²n Delors. Los esquemas directores, la declaraci¨®n de utilidad europea y los estudios de viabilidad deben ser aprobados por el Consejo de Ministros y en ning¨²n caso por la Comisi¨®n.
Ni uno s¨®lo de los doce primeros ministros y del ¨²nico Jefe de Estado (Fran?ois Mitterrand) contradijo a Delors sobre la necesidad del magno plan de infraestructuras. El presiden franc¨¦s fue el m¨¢s entusiasta defensor del plan y propuso, incluso, una toma de decisiones inmediata, con presencia de los ministros de Exteriores, en vez de una remisi¨®n al estudio posterior de los titulares de Econom¨ªa. En oposici¨®n diametralmente opuesta se situ¨® el primer ministro brit¨¢nico, John Major, quien puso en duda la validez de la idea de empr¨¦stito, pero no la del plan de Major pidi¨®, adem¨¢s, que no cifre el objetivo de reducci¨®n del paro (15 millones de empleos de aqu¨ª al 2000) para no crear m¨¢s frustraci¨®n.
Entre los m¨¢s entusiastas con las ideas de Delors se cont¨® al presidente del Gobierno espa?ol Felipe Gonz¨¢lez, que felicit¨® a la Comisi¨®n por su diagn¨®stico y plan de acci¨®n. Gonz¨¢lez denunci¨® como "falsas soluciones" a la crisis el aumento del proteccionismo, el incremento de la presi¨®n fiscal y la reducci¨®n generalizada del tiempo de trabajo. Asegur¨®, sin embargo, que debe discutirse m¨¢s los instrumentos financieros para los planes de infraestructuras.
El militante m¨¢s activo contra el Libro Blanco fue el ministro de Econom¨ªa brit¨¢nico, Kenneth Clarke, que aprovech¨® el deba de ayer por la tarde sobre orientaciones de pol¨ªtica econ¨®mica de la UE para arremeter una vez m¨¢s contra la propuesta de empr¨¦stito europeo, contra la tasa sobre el anh¨ªdrido carb¨®nico y contra la idea misma del plan de infraestructuras. No sucedi¨® lo mismo con el ministro de Econom¨ªa alem¨¢n, Theo Wagel, de quien Delors tem¨ªa tambi¨¦n alg¨²n ara?azo.
Aunque los ministros de Econom¨ªa fueron puenteados por Delors, el margen de decisi¨®n que han dejado los primeros ministros en sus manos les permitir¨¢ el lunes pr¨®ximo empezar a aguar el vino de Delors, tal como sucediera, ahora hace exactamente un a?o, a partir de la cumbre de Edimburgo, con la Iniciativa de Crecimiento para Europa, antecedente del plan de inversiones presentado ayer.
A la sombra del GATT
Los sherpas que han desbrozado el camino de la Cumbre han tenido buen cuidado en evitar que alguno de los numerosos problemas espinosos se sit¨²e en el centro de la reuni¨®n. No hay ning¨²n mensaje m¨¢s negativo para los ciudadanos europeos que el espect¨¢culo de una pelea descomunal entre los Doce por un reparto del pastel econ¨®mico. La negociaci¨®n de la Ronda Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio), que se halla en una delicada y esperanzadora recta final, ni tan siquiera estuvo en el orden del d¨ªa de la Cumbre. Fueron los ministros de Exteriores quienes despacharon discretamente con el corsario y negociador europeo, Leon Brittan, ayer por la noche, en la cena que les reuni¨® en un grupo separado de los primeros ministros.Los primeros espadas realizaron s¨®lo incursiones espor¨¢dicas en la negociaci¨®n del GATT durante la ma?ana, con motivo de la discusi¨®n del Libro Blanco sobre el Crecimiento, la Competitividad y el Empleo. El portugu¨¦s Anibal Cavaco Silva, por ejemplo, defendi¨® la necesidad de que la UE se dote de unas armas de defensa comerciales adecuadas ante la terminaci¨®n de la Ronda Uruguay.
Otras intervenciones se refirieron a la Ronda en id¨¦ntica direcci¨®n a como se trata en el Libro Blanco, en tanto que incentivador de la actividad econ¨®mica y del crecimiento. El dan¨¦s Poul Nyrup Rasmussen, en cambio, minimiz¨® los efectos de euforia econ¨®mica que pod¨ªa producir la liberalizaci¨®n en la UE, donde el 90 % de las mercanc¨ªas las absorbe el Mercado Interior europeo.
El objetivo tanto de la Comisi¨®n Euopea como de los sherpas gubernamentales era evitar que los espinos del GATT pincharan la Cumbre y as¨ª ha sido hasta ahora. El reparto interior de las compensaciones y del gasto por el acuerdo agr¨ªcola ser¨¢ tratado en un Consejo de Ministros de Asuntos generales (Exteriores) despu¨¦s de la Cumbre y en otro de Agricultura la semana pr¨®xima. No ha habido as¨ª peleas poco ejemplares por los 3.000 millones de ecus (450.000 millones de pesetas) que va a costar el arreglo final del GATT.
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