La derrota de la sensatez
Despu¨¦s de las elecciones del domingo, los dem¨®cratas rusos tienen que sentirse como nos sentimos los dem¨®cratas polacos cuando, en 1990, el populista Stanislaw Tyminski, un hombre salido de la nada, logr¨® m¨¢s votos en las elecciones presidenciales que Tadeusz Mazowiecki y lleg¨® a competir por la jefatura del Estado, en la segunda vuelta, con Lech Walesa. En Rusia hoy, como ocurri¨® entonces en Polonia, la locura demag¨®gica ha asestado una dolorosa derrota al sentido com¨²n, a la sensatez.El triunfo conseguido por el Partido Liberal Democr¨¢tico de VIad¨ªmir Zhirinovski y el Partido Comunista de Guennadi Ziug¨¢nov significa que en Rusia crecen las tendencias que se basan en las ideolog¨ªas del fascismo y del comunismo. Ese fortalecimiento encierra un extraordinario peligro, en primer lugar, para la propia Rusia, pero tambi¨¦n para sus vecinos y para el mundo entero. No se debe olvidar que el nacionalismo granruso y el populismo bolchevique siempre produjeron una mezcla terriblemente explosiva.
Al analizar las causas de la derrota sufrida por las fuerzas democr¨¢ticas rusas hay que reconocer que, al menos en parte, se ha debido a su divisi¨®n, provocada, a su vez, por los conflictos existentes entre los l¨ªderes de las distintas agrupaciones. No obstante, es indispensable indicar que m¨¢s importancia que esa divisi¨®n han tenido, por un lado, la infundada esperanza de millones de personas de que los populistas podr¨¢n hacer el milagro que prometieron y, por otro, la anacr¨®nica nostalgia sentida por muchos por los tiempos en que Rusia era la "madre imperial" de decenas de pueblos.
El crecimiento de las fuerzas nacionalistas podr¨¢ convertirnos en testigos de algo totalmente parad¨®jico, transformaci¨®n de muchos rusos partidarios de la democracia en soportes de un poder autoritario. Si eligen ese camino ser¨¢, sin dudas, para tratar de romper definitivamente con el comunismo y sus secuelas, pero ?d¨®nde les conducir¨¢? ?Qu¨¦ tipo de r¨¦gimen saldr¨¢ de una sociedad tan machacada por el sovietismo? Podr¨¢ salir un r¨¦gimen basado en el compromiso democr¨¢tico, pero tambi¨¦n podr¨¢ imponerse el caos, que generar¨¢ una dictadura.
Una vez m¨¢s, el desarrollo de los acontecimientos demuestra cu¨¢n dif¨ªcil es el camino que conduce a la superaci¨®n de los reg¨ªmenes totalitarios y cu¨¢n grandes son los peligros y amenazas que empiezan a cobrar cuerpo y estar¨¢n presentes en la vida de Europa Central y del Este en los pr¨®ximos meses e incluso a?os.
Sin embargo, no hay que perder la fe en que la situaci¨®n en Rusia tenga un desenlace democr¨¢tico y hay que hacer cuanto sea posible para lograrlo. Se lo deseo de todo coraz¨®n a mis amigos rusos.
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