Acorde¨®n o bandone¨®n
La clave del saneamiento es reducir o no el capital
"Hoy quer¨ªa decir a los accionistas cu¨¢l es el valor real de sus acciones de Banesto", declar¨® el martes el ex presidente de Banesto, Mario Conde a la cadena de televisi¨®n estadounidense CNN, dejando claro que en su opini¨®n las acciones de Banesto no deb¨ªan sufrir ning¨²n recorte. "El valor intr¨ªnseco de la acci¨®n es cero", declaraban los nuevos gestores de Banesto: al cabo de los primeros d¨ªas de estancia en el banco. Y no dudan en se?alar que el desfase patrimonial detectado por la inspecci¨®n del Banco de Espa?a se ver¨¢ aumentado tras estas semanas de an¨¢lisis m¨¢s. profundo. En la pr¨¢ctica totalidad de los casos de bancos en crisis, los accionistas han perdido toda su inversi¨®n porque el capital se ha reducido a cero. En el caso de Banesto muchas fuerzas, aunque distintas, coinciden en tratar de impedir esta medida."El principio de que quien la hace la paga debe respetarse", dice sin dudar una persona vinculada al sistema financiero, anticip¨® activamente en y que parte la mayor parte de los dise?os de las operaciones de reflotamiento de los bancos en crisis. "La Ley de Sociedades An¨®nimas es muy clara", a?ade y contin¨²a diciendo que, 1os responsables son los gestores de las sociedades, los consejos de administraci¨®n que nombran a estos gestores y los accionistas que a?o. tras a?o nombran en las juntas a los miembros de los consejos". "Y la forma de que los accionistas sientan que se enfrentan a sus errores es que se reduzca el valor de su inversi¨®n", termina.
El plan de saneamiento, cuyas l¨ªneas generales se conocer¨¢n casi contada seguridad durante la pr¨®xima semana, se elaborar¨¢ una vez se conozca con relativa exactitud el importe exacto del desfase patrimonial de Banesto y que oscilar¨¢ entre los 503.000 millones de pesetas detectados por la inspecci¨®n del Banco de Espa?a y una cifra superior por las investigaciones posteriores del nuevo equipo de Banesto.
Una parte del plan consistir¨¢ en la utilizaci¨®n de las reservas de la entidad por importe de 180.000 millones de pesetas para dotar provisiones. Otra parte surgir¨¢ de las ayudas del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos mediante la compra de activos morosos; otra parte ser¨¢ aportada por la gesti¨®n de Banesto en a?os sucesivos, ya que provisiones como las necesarias para el fondo de pensiones gozar¨¢n de un calendario, como ya ten¨ªan hasta ahora.
La utilizaci¨®n de las reservas supone de hecho una p¨¦rdida para los accionistas por cuanto el valor de las acciones se ver¨¢ afectado por la desaparici¨®n de las reservas. Pero el desfase superar¨¢ con creces al volumen de ¨¦stas. En ocasiones anteriores ello ha representado que los accionistas han visto como el nominal de sus acciones se reduc¨ªa a cero. Y de esta forma el sistema financiero y los contribuyentes, los otros dos palos que han aguantado las crisis anteriores, pon¨ªan el resto que hac¨ªa falta para reflotar una entidad.
En el caso de Banesto las cosas podr¨ªan ir por otros derroteros. El nuevo equipo de gesti¨®n se?ala que existe un temor institucional "a que una reducci¨®n total del capital represente un riesgo internacional para el propio banco, para el resto del sistema y para la econom¨ªa en general". Pensamiento al que no es ajeno el Ministerio de Econom¨ªa y que sin embargo es rechazado de plano en la banca. "No entendemos porqu¨¦ se preocupan de algo que no nos preocupa a nosotros" se se?ala en medios bancarios. "Es justo lo contrario" a?aden, "ya que si se ha perdido el capital y se asume, daremos sensaci¨®n de ser un sistema fuerte y que opera normalmente". "Abrir excepciones es siempre muy peligroso" apostilla un importante personaje del sistema financiero.
Si las repercusiones internacionales son discutibles para mantener el capital, una raz¨®n a favor de reducirlo se encuentra en el volumen del agujero y en el hecho de que los gestores y el consejo de administraci¨®n ten¨ªan una parte importante de dicho capital. Los inversores institucionales que entraron en la ¨²ltima ampliaci¨®n y los consejeros sab¨ªan que "se trataba de una inversi¨®n de alta rentabilidad y, por tanto, alto riesgo", se se?ala en medios de la Administraci¨®n. "No pueden sorprenderse de perderlo".
Pero junto a este n¨²cleo duro de Ieccionistas existen dos colectivos q los que la nueva gerencia de Banesto quiere defender dentro de lo posible: los empleados, que tienen cerca del 9% del capital, y los clientes que se convirtieron en accionistas gracias a cr¨¦ditos en condiciones favorables y tienen un porcentaje similar. Es dif¨ªcil jur¨ªdicamente tratar de forma diferente a los accionistas en virtud de su importancia. Por ello un trato favorable a empleados y clientes se traducir¨ªa en igual para el anterior consejo.
El porcentaje de las viudas [es decir, el de los peque?os accionistas] quiz¨¢s mereciera un cierto trato distinto frente a ?os grandes paquetes accionariales" se?ala un responsable del sistema financiero, "lo mismo que el de los empleados ya que ellos son la fuerza real del banco y tratar de reiniciar un proceso de reflotamiento sin su apoyo decidido, parece bastante complicado", concluye.
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