Entre la resignacion y la esperanza
Ante nuestros ojos, en la vida diaria se desarrolla una lucha dur¨ªsima, pero silenciosa. Desde el "status establecido", plasmado en el bloque PSOE, PP, CiU, PNV, CEOE y medios de comunicaci¨®n, se alzan en pretendida posesi¨®n de la verdad, en dogma de fe, afirmando y describiendo con palabras, mostrando con im¨¢genes, una ¨²nica realidad posible. Todo aquello que escapa a su posibilismo va en perjuicio del pa¨ªs y en contra del Parlamento. Se nos dice que la huelga del 27 de enero no se encuentra dentro de "lo establecido", y por tanto, los que la promueven y apoyan, amparados en el derecho constitucional, carecen de legitimidad.El primer elemento, que se utiliza como una vacuna que penetra en cada individuo, es el des¨¢nimo, la desesperanza, la sensaci¨®n de inutilidad, y se dice: "La huelga no sirve para nada; el Gobierno no va a cambiar; es una irresponsabilidad". A continuaci¨®n, en segundo lugar, la ceguera, la resignaci¨®n: "No hay alternativas; ¨¦sta es la ¨²nica salida posible; ante la crisis hay que ser realistas; en Europa se est¨¢ haciendo lo mismo". Con el tercer objetivo se intenta neutralizar el ¨²nico oponente pol¨ªtico, la izquierda, y se afirma: "Izquierda Unida s¨®lo sabe oponerse; IU carece de propuestas; IU est¨¢ fuera de la realidad". Y por ¨²ltimo, el cuarto objetivo, que toca de lleno a la Constituci¨®n espa?ola. Cuando se afirma que "la huelga del 27-E va contra el Parlamento", o que "la mayor¨ªa de las fuerzas pol¨ªticas democr¨¢ticas no apoyan la huelga", se est¨¢ ocultando una operaci¨®n de proceso involutivo de aquellos art¨ªculos que desarrollan y concretan los enunciados del art¨ªculo de nuestra Constituci¨®n.
Respecto al primer punto, efectivamente la huelga no resuelve el problema y, claro est¨¢, no crea puestos de trabajo; pero es que nunca una huelga ha tenido esos objetivos. Bien al contrario, la huelga es un acto de protesta, de defensa, de concienciaci¨®n, de identidad y prevenci¨®n. Creemos que una huelga general es un acto necesario, pero no ¨²nico; no puede ser un hecho aislado, tiene que ir acompa?ado de un trabajo constante en los d¨ªas y los meses posteriores para garantizar que lo que se est¨¢ demandando al final se cumpla. La huelga en Espa?a se produce como consecuencia de toda una l¨®gica que encierra la actitud de un Gobierno que practica una pol¨ªtica con grandes contenidos conservadores; y quien va en esa direcci¨®n es responsable del avance social y pol¨ªtico de la derecha.
La contrarreforma del Estatuto de los Trabajadores es una de las piezas clave en la desregulaci¨®n del mercado de trabajo junto a las nuevas modalidades de contrataci¨®n, los denominados por su carencia de derechos "Contratos basura" y el establecimiento de las agencias privadas de colocaci¨®n. ?Qu¨¦ es lo que se pretende?
En un pa¨ªs que pasa del doble en asa de desempleo a la media comunitaria, con la asa m¨¢s alta de precariedad y con un escaso esfuerzo inversor en investigaci¨®n que cuestiona su propio futuro se apuesta por la quiebra del modelo de relaciones laborales, desequilibrando as¨ª la incipiente democracia dentro de las empresas. Los nuevos contratos y la desregulaci¨®n del despido promueven una rotaci¨®n laboral perversa en la naturaleza misma de la empresa, provocando efectos contra producentes. Las empresas, en lugar de basar su actividad en buenos productos hechos por una mano de obra cualificada y bien remunerada que participe en la gesti¨®n de la empresa, se desviar¨ªan hacia un proceso basado en productos de baja calidad, de escasa salida en el mercado y que situar¨ªa a este pa¨ªs en un modelo que ya cre¨ªamos superado.
El recorte de las prestaciones sociales, la congelaci¨®n de sueldos de los empleados p¨²blicos, la venta del sector p¨²blico rentable, la especulaci¨®n y el despilfarro como filosof¨ªa de vida son algunas de las pinceladas de la pol¨ªtica del Gobierno que hoy d¨ªa quieren ser instaladas en nuestra sociedad. El resultado final de la desregulaci¨®n laboral que promueve el Gobierno no tiene parang¨®n con la legislaci¨®n europea. Ante esto tenemos dos opciones: nos quedamos quietos sin decir nada o nos defendemos. Si evidentemente la opci¨®n que tomamos es la defensa, ¨¦sta tiene que articularse en torno a otro modelo, donde la econom¨ªa est¨¦ al servicio de la persona.
Existen alternativas. La econom¨ªa se puede articular de otra forma desarrollando de manera audaz y moderna los art¨ªculos que sobre pol¨ªtica econ¨®mica y social contiene nuestra Constituci¨®n. Un sistema fiscal m¨¢s solidario, revitalizando el sector p¨²blico, haciendo m¨¢s democr¨¢tico el sistema financiero, regulando socioambientalmente el mercado, con mecanismos de planificaci¨®n participativa e integradora de recursos, democratizando las decisiones en el seno de la empresa, orientando la inversi¨®n hacia proyectos ecol¨®gicamente sostenibles y socialmente ¨²tiles. Todo ello ha tenido su reflejo en la actividad parlamentaria con la presentaci¨®n de iniciativas legislativas por parte de nuestro grupo en las Cortes. En concreto, frente a los ¨²ltimos proyectos del Gobierno en materia laboral hemos defendido textos alternativos que b¨¢sicamente recogen medidas que permitan articular una pol¨ªtica de gesti¨®n integrada de empleo, que contribuyan a procurar la estabilidad en el mismo y a restablecer el principio de causalidad en la contrataci¨®n temporal. Proponemos:
- La potenciaci¨®n del Inem en su labor de intermediaci¨®n en el mercado de trabajo y en la formaci¨®n profesional de los trabajadores.
- Medidas de reparto del empleo, racionalizando la jornada y estableciendo como duraci¨®n m¨¢xima las 35 horas, con el horizonte de alcanzar las 30, suprimiendo las horas extraordinarias (las estrictamente necesarias, compensadas con tiempos de descanso) y estableciendo progresivamente la edad de jubilaci¨®n a los 60 a?os.
- Fondos de inversi¨®n obligatoria "para canalizar una parte de los beneficios empresariales a la creaci¨®n de empleo, fomentando la formaci¨®n colectiva de capital" (como recog¨ªa textualmente el programa electoral del PSOE en las ¨²ltimas elecciones legislativas).
- Pol¨ªticas activas con participaci¨®n del sector p¨²blico empresarial, que integren, entre otros, un plan industrial que contemple procesos de producci¨®n "limpios", una reforma del Plan Energ¨¦tico Nacional que priorice las energ¨ªas renovables y el ahorro, un plan de infraestructuras que potencie modos de transporte colectivo de viajeros y mercanc¨ªas o un plan de construcci¨®n de viviendas sociales, fundamentalmente para el alquiler.
- Frente a los contratos de ,aprendizaje", contratos para la formaci¨®n. Fijar una retribuci¨®n nunca inferior al salario m¨ªnimo interprofesional. Debe alternarse la formaci¨®n pr¨¢ctica con la te¨®rica, que ocupar¨¢ un tiempo no inferior a un cuarto de la jornada. Al t¨¦rmino del contrato, el trabajador tendr¨¢ derecho a incorporarse a la empresa con. un contrato fijo.
Estas y otras propuestas de ley presentadas por Izquierda Unida han sido rechazadas en una atm¨®sfera de descalificaciones y desprecios a la fuerza pol¨ªtica que represento. Al no, querer discutir sobre la base de programas de propuestas concretas, se sit¨²a a la pol¨ªtica en el reino de la discusi¨®n teol¨®gica d¨¦ buenos y malos, distrayendo as¨ª al ciudadano de lo esencial de la cuesti¨®n.
Si democracia es la participaci¨®n de la sociedad en todos los asuntos de su autogobierno, y es tambi¨¦n la responsabilidad de los representantes democr¨¢ticos con la sociedad que los ha elegido, no se pueden operar cambios de semejante magnitud sin contar con el consenso, m¨¢s all¨¢ de la votaci¨®n cada cuatro a?os, de la soberan¨ªa popular. En este a?o se termina de definir un mapa pol¨ªtico con una acci¨®n concreta, dirigido hacia unos objetivos y situado claramente en una orilla, la derecha. Esto sucede as¨ª desde el momento en que las fuerzas pol¨ªticas que he citado al principio, junto a otros poderes, act¨²an con la base de un ¨²nico proyecto, con algunos matices, pero que en sus l¨ªneas b¨¢sicas operan de, la misma forma y con los mismos intereses. Este Gobierno, fuertemente apoyado, y en el contexto de una crisis internacional, sumada a su propio fracaso en pol¨ªtica econ¨®mica, nos conduce a un proceso de deterioro y de regresi¨®n hasta llevarnos a las puertas del siglo XIX. La interpretaci¨®n de la Constituci¨®n desde una filosofia conservadora y, en gran medida, la actuaci¨®n en pol¨ªtica al margen del texto constitucional hacen de la democracia un reducto de participaci¨®n distorsionado, pobre, donde se pierde el contacto entre las instituciones y la sociedad, donde la abstenci¨®n en la vida p¨²blica, la falta de inter¨¦s por una participaci¨®n activa en los asuntos colectivos, se convierte en costumbre, se hace cultura de inhibici¨®n.
Teniendo presente esta realidad, es necesario iniciar un largo proceso de rectificaci¨®n. Nos estamos enfrentado a una nueva era, no s¨®lo en Espa?a, sino en el resto del mundo, que est¨¢ provocando cambios en los h¨¢bitos de vida, cuestiona las estructuras y hace inviable los modelos que hasta ahora se ven¨ªan aplicando. Ante esta situaci¨®n, que es dif¨ªcil, venimos repitiendo una y otra vez que hay salida, es posible la esperanza. La construcci¨®n de esa esperanza, que es la alternativa, no es otra que el proceso de organizaci¨®n de la sociedad y de la participaci¨®n de la misma en su dise?o de futuro. Democracia es informaci¨®n, participaci¨®n y claridad.
La huelga del 27 de enero, y los d¨ªas posteriores, significa un acto democr¨¢tico, leg¨ªtimo y de participaci¨®n ciudadana.
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