Ense?anzas
Una de las ventajas de las conmociones financieras es que se pueden sacar ense?anzas ocultas hasta ese momento. Por ejemplo, despu¨¦s de asuntos como los de KIO o Banesto podemos deducir con escaso m¨¢rgen de error que el tama?o del agujero que suelen dejar los gestores es directamente proporcional al de sus yates. Si hasta ahora no se encontraba relaci¨®n alguna entre los dos conceptos desde finales del a?o pasado basta medir la eslora de los barcos de recreo de Javier de la Rosa o de Mario Conde para calcular el grado de devastaci¨®n de sus empresas.Sin embargo no siempre es tan sencillo encontrar nuevas reglas de comportamiento de la realidad. ?C¨®mo explicar el que tras m¨¢s de 70 a?os de gobierno de la izquierda ortodoxa los ciudadanos rusos -lo que los manuales describ¨ªan como el Hombre Nuevo- voten mayoritariamente a un remedo de Gil y Gil? ?C¨®mo comprender desde la otra orilla que en las postrimer¨ªas del siglo XX las sociedad m¨¢s desarrolladas muestren su incapacidad para satisfacer las demandas de empleo, pensiones y asistencia sanitaria de quienes han contribuido decisivamente con su trabajo e impuestos a conseguir dicho grado de desarrollo?
Frente a tanta duda los expertos, en su infinita sabidur¨ªa, crearon hace, tiempo el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos, los planes de salvaci¨®n y las arcas del Estado para superar las torpezas de la realidad. Es probable que una vez conseguido se' empa?e algo el nombre del pr¨®cer pero por lo menos se salvar¨¢ su fortuna particular, lo que a su vez permitir¨¢ superar el desagradable lema de "quien la hace la paga" m¨¢s propio de los menesterosos y asalariados que de la clase dirigente. Una nueva demostraci¨®n de la capacidad del ser humano para avanzar por el camino del progreso.
?C¨®mo no comprender ante tanta innovaci¨®n social los arrebatos de solidaridad con, los parias de la Tierra manifestados desde el confort occidental? Hoy es Chiapas, ayer Somalia o Iraq, ma?ana cualquier lugar... La conciencia cr¨ªtica recurre a la abstracci¨®n (el sistema es el culpable) en busca del acierto en el diagn¨®stico. La nueva norma, por el contrario, remite a magnitudes tangibles: tantos cientos de miles de millones bajo tierra, tantos metros desde el codastre a la roda de la embarcaci¨®n.
Ambrose Bierce, como es sabido, decidi¨® unir su destino al de los originarios zapatistas. Otros, con igual legitimidad, han considerado suficiente atacar al neoliberalismo desde la reflexi¨®n por mas que gracias a la agresividad comercial y al est¨ªmulo del consumismo puedan disfrutar de unos excelentes derechos de autor quienes lo denuncian. Es a ellos a quienes les ofrezco el descubrimiento de la nueva regla.
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