El Doce de Octubre tiene una lista de espera especial para los pacientes 'enchufados'
J. A. HERN?NDEZ Operarse de cataratas en el hospital Doce de Octubre es una loter¨ªa. Tan abultada y larga resulta la lista de espera de esta especialidad (2.065 enfermos, seg¨²n fuentes sanitarias del centro, y alrededor de 1.500, seg¨²n el gerente) que algunos oftalm¨®logos han tenido que confeccionar una especie de listas paralelas -no oficiales- para atender a los recomendados.
El quir¨®fano, con o sin enchuf¨¦, es la ¨²nica soluci¨®n que hallan estos enfermos de cataratas. Cuando los m¨¦dicos deciden incluirles en la desesperada lista es porque su visi¨®n est¨¢ tan deteriorada que apenas ven. Ahora bien, los pacientes que tienen la suerte de encontrar alg¨²n enchufe saben que m¨¢s tarde o m¨¢s temprano (dentro de tres, cuatro o cinco meses) llegar¨¢n al quir¨®fano.
El futuro de los otros -los que no tienen a qui¨¦n acudir, la gran mayor¨ªa- es tan incierto como desconsolador. "Como esto no cambie, los que se est¨¢n apuntando ahora no podr¨¢n operarse nunca; al menos, veo muy dificil que puedan llegar al quir¨®fano antes de cinco o seis a?os", explica el citado oftalm¨®logo.
El gerente del hospital, Ram¨®n G¨¢lvez, no desminti¨® ayer la existencia de tal lista paralela. "Esta casa [cerca de 6.000 trabajadores en plantilla] es muy grande", aclar¨® el gerente.
PASA A LA P?GINA 3
El hospital anuncia que reducir¨¢ la lista de espera para cataratas
VIENE DE LA P?GINA 1Trabajadores del propio hospital y sus familiares o amigos conforman la singular lista de espera de los recomendados. Pero incluso ¨¦stos sufren los avatares de las esperas. "La lista que yo tengo (unos 50 pacientes)", explica el citado oftalm¨®logo del Doce de Octubre, "es de cuatro meses".
El gerente de este centro sanitario, Ram¨®n G¨¢lvez, reconoci¨® ayer que las esperas para ser intervenido de cataratas son importantes. "Hay que echar toda la carne en el asador" para atajarla. De los 1.500 enfermos que seg¨²n ¨¦l forman hoy la lista, unos 600 llevan m¨¢s de seis meses aguardando que les avisen para operarse.
Carmen Avila, adjunta al director m¨¦dico, admiti¨® tambi¨¦n que hoy d¨ªa la demanda de pacientes [de cataratas] es superior a nuestras posibilidades". Para solventar esta situaci¨®n, el gerente anunci¨® ayer su intenci¨®n de poner en marcha de forma inminente un programa que alivie los retrasos.
El problema es que la lista de cataratas sigue en ascenso. Casi todos los d¨ªas surgen nuevos casos de pacientes acuciados por llegar al quir¨®fano para mejorar su calidad de vida. "Como apenas ven, no pueden desarrollar una vida normal", argumenta el mismo oftalm¨®logo.
Los enfermos de cataratas no enchufados soportan la incertidumbre del quir¨®fano, pese a todo, con gran resignaci¨®n. Aunque hay excepciones: "El hijo de una enferma que falleci¨® antes de llegar al quir¨®fano [se cay¨® al suelo debido a su mala visi¨®n]", cuenta el citado oftalm¨®logo, "se present¨® en el hospital y coloc¨® una navaja en el cuello a un responsable del servicio". "Tambi¨¦n, hace apenas un mes, un enfermo golpe¨® con ulla garrota a otro sanitario", agrega.
Programa antidemoras
El aumento de las esperas se precipit¨® cuando en marzo del a?o pasado concluy¨® el programa ideado por el Insalud para contrarrestar las demoras. Gracias a estas medidas,. los retrasos en la intervenci¨®n de cataratas se redujeron casi un 24% con respecto a 1992, seg¨²n el gerente.
El programa (el cirujano cobraba unas 17.000 pesetas por cada intervenci¨®n) propici¨® que mensualmente pasaran por el quir¨®fano entre 250 y 300 enfermos. G¨¢lvez esta convencido de que ahora, con "una buena organizaci¨®n", se pueden reducir sustancialmente las esperas.
Jacinto Garc¨ªa Pascual, representante m¨¦dico del Doce de Octubre, confirm¨® ayer que existen listas de enchufados en su hospital; tambi¨¦n critic¨® la falta de medios que padece el servicio de oftalmolog¨ªa para combatir las demoras. Lo que ocurre ahora en este servicio corrobora su tesis: "Hace dos a?os , el ¨¢rea de oftalmolog¨ªa estaba considerada como un modelo". Pascual atribuye estos problemas a las autoridades sanitarias: "No s¨¦ si podr¨¢n dejar una sanidad p¨²blica decorosa; como esto no cambie, la dejar¨¢n totalmente destrozada", pronostica.
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