Canes civilizados
C¨®mo hacer del perro un madrile?o ejemplar
Un ciudadano de Madrid se puede llamar Bobby o Canelo. No paga impuestos ni vola, pero tiene que cumplir sus obligaciones como todo madrile?o: dejar la basura dentro de los contenedores, no agredir a nadie ni hacer ruido durante la noche. Pero son los due?os quienes son responsables de que respeten las normas c¨ªvicas. Si no recogen las bo?igas de sus chuchos, la sanci¨®n puede llegar a las 15.000 pesetas, pero s¨®lo se han tramitado 10 multas el a?o pasado. El propietario tambi¨¦n tiene algunos derechos: puede llevar al perro en taxi o a un caf¨¦, siempre que lo acepte el conductor o el camarero. El Ayuntamiento de Madrid ofrece a partir del martes cursos para ense?ar a los propietarios de los 100.000 canes que viven en la ciudad a educarlos de modo que no molesten a los dem¨¢s vecinos.
Nadie lo duda. Un perro aprende a ser limpio si se le ense?a correctamente. ?C¨®mo? "Con pa ciencia", responde Jos¨¦ Antonio Villarrubla, uno de los responsa bles del curso que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Madrid. "El cachorro est¨¢ dispuesto a obedecer y a aprender todo; es muy sencillo", explica. Lo ideal ser¨ªa que los canes tuviesen retretes (c¨¦sped o tierra) cerca de casa donde puedan aliviarse a gusto sin ensuciar la suela del viandante. No siempre es as¨ª y el Ayunta miento no prohibe que los perros se agachen en las aceras. Eso s¨ª, eldue?o que no recoja la bo?iga puede ser multado y su desidia le puede costar hasta 15.000 pese tas. Para recoger las cacas se ex tender¨¢n a casi toda la ciudad ex pendedores de bolsas de pl¨¢stico y contenedores. "Los perros pueden aguantar las ganas bastantes hora!",afirma el veterinario Miguel Angel Mart¨ªnez. "Para ense?arle es fundamental indicarle qu¨¦ sitios son adecuados y cu¨¢les no, y sobre todo no consentirle nunca y se:r constante", a?ade.En lo que se refiere a limpieza, Mart¨ªnez afirma que no existen diferencias raciales. "Unos aprenden antes que otros, pero su capacidad es bastante simila1r", matiza. Si se le apura, el vete:cinario recuerda que hay tipos de perros ,menos controlables", como los teckel de pero duro, caniches y pequineses, "que son tan inteligentes que saben buscarle las vueltas al due?o y le torean".
Pero el perrero tiene otras obligaciones con su chucho y con sus vecinos. Todos los canes deben estar vacunados contra la rabia, a pesar de que muchos veteririarios cuestionan la utilidad de esta medida, ya que esta enfermedad est¨¢ pr¨¢cticamente erradicada en Espa?a. Aunque ninguna norma lo exige, es importante dar al can el tratamiento preventivo del quiste hidat¨ªdico, ya que se puede contagiar el par¨¢sito al hombre. El due?o debe ponerse en contacto con las autoridades sanitarias (puede hacerlo a trav¨¦s del veterinario) si el animal, contrae alguna enferrredad contagiosa grave (rabia y leishmaniasis, entre otras).?]Le molesta?
Todos los dec¨¢logos parten de una misma m¨¢xima: el perro no debe molestar a los vecinos. Algo muy relativo si se tiene en cuenta que hay quien teme a los canes o simplemente no le gusta encontr¨¢rselos en la escalera. No hay reglas fijas. Las ordenanzas municipales no consideran molestias fundadas las que se derivan de la naturaleza' misma del animal.
El director del Laboratorio Municipal, Jaime G¨®mez Mascaraque, explica que evidentemente un perro ladra de vez en cuando y eso no lo puede evitar inadie. "Otra cosa es que no deje dormir a los vecinos; lo mismo rige para las personas: no se puede poner m¨²sica a todo volumen a las tres de la madrugada", aruye. Tampoco se puede imponer compartir el ascensor con el can y se debe esperar a que se quede libre si el vecino as¨ª lo pide.
Otra de las obligaciones del amante de los canes se refiere a su identificaci¨®n. Hay que censar al perro en los servicios municipales correspondientes y dotarle de un carn¨¦ de identidad que lleva permanentemente. Hasta el momento se tatuaba un n¨²mero en la cara interior del muslo obrazo del animal, pero ahora el mercado ofrece un microchip que se introduce bajo la piel del can sin dolor con un aparato similar a una pistola. Otro mecanismo lee los datos registrados en ese bot¨®n. En caso de que el perro se pierda o sea abandonado y llegue a la perrera municipal, se puede localizar a su due?o e imponerle una sanci¨®n si se demuestra que le hab¨ªa despedido.
Adem¨¢s de no abandonarle, el propietario de un perro debe tratar correctamente a un animal: una cosa es consentir todo y otra maltratarle. Pero la pol¨¦mica surge cuando se trata de establecer si determinadas pr¨¢cticas (cortarles las orejas o el rabo) constituyen una mutilaci¨®n reprobable. G¨®mez Mascaraque es contrario a estas costumbres, prohibidas en el Reino Unido. "Si los perros tienen las orejas largas, por algo ser¨¢", afirma, "pero, por otra parte, lo que se corta no son partes vitales, sino cart¨ªlagos, y las operaciones suelen ser poco dolorosas".
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