Psicosis Gonsales no tiene quien le insulte
El transformista presenta sus 'antifans'
El mi¨¦rcoles de madrugada tuvo lugar, en la sala Morocco, la presentaci¨®n del Anticlub de Fans de Psicosis Gonsales, uno de los transformistas m¨¢s asilvestrados del colectivo de los saurios rosas. Dado que la esencia de este artista es una ensalada de injurias, ultrajes y oprobios lenguaraces, el acto suger¨ªa barruntos de catarsis. Vana ilusi¨®n. El espect¨¢culo empez¨® con m¨¢s de una hora de retraso y se enfang¨® por las sendas de la chocarrer¨ªa gratuita.
Psicosis es un bigardo argentino tirando a potra de la Pampa. Por la noche se embute en una minifalda cimarrona, se encasqueta un peluc¨®n rubio-estropajo y se transforma en mula notablemente percherona. As¨ª ataviada, mancilla los escenarios suplicando al respetable que la insulte sin contemplaciones. Boquita de loba, lengua de cotorra corrupia, esgrime vituperios presuntamente excitantes, pero no domina el sublime arte del vilipendio. Tampoco su p¨²blico se esmera demasiado a la hora de eructar imprecaciones. No se crean situaciones de psicosis en la sala, ni siquiera de histeria, ni de zozobra, ni de perplejidad, ni de indignaci¨®n. Cuando un c¨®mico pide que le denigren y el p¨²blico se limita a escupir obviedades, tales como zorra, put¨®n, cerda y guarrindonga, algo falla en el c¨®mico o en el p¨²blico, o en ambos. Los ¨¢rbitros de balompi¨¦ y los picadores de toros provocan, sin pretenderlo, exabruptos mucho m¨¢s ricos de contenido, m¨¢s imaginativos, m¨¢s barrocos.. Los designios del anticlub son devastadores. Su presidente, Nacho Fresno, lleg¨® a la ceremonia vestido de kaiser de opereta y declar¨®: "Este anticlub no tiene socios, sino miembros de distintos tama?os a los que hay que juntar. Nuestra finalidad es humillar, hundir y masacrar a la artista, con cuidado de no hacer sombra a su propio descaro". Gonsales, por su parte, tras saludar a sus secuaces llam¨¢ndoles alcoh¨®licos, perversos y malos hombres, corrobor¨®: "No puedo vivir sin el insulto. Es como un orgasmo. Lo m¨¢s bonito que me ha. dicho un espectador es que se comer¨ªa una paella en mi co?o. No tiene ninguna gracia llamarme maric¨®n. Barriobajera y canalla, de furcia yo doy la talla. Tambi¨¦n me gusta la boller¨ªa fina". Y as¨ª, con esa lucidez, Psicosis fue desgranando un rosario de flores hediondas y ya muy olidas. Don Francisco de Quevedo bostezar¨ªa. Este espect¨¢culo precisa un severo examen de conciencia. No injuria quien quiere, sino quien puede y se lo trabaja.
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