Nervios de estreno

Los nervios de un estreno se agarran al est¨®mago y estall¨¢n en una sonrisa hist¨¦rica tan incontrolable como reconocible. El martes por la noche, en la sala 1 del Palacio de la M¨²sica, Mariano Barroso no pod¨ªa evitar que se le reconociese como director de Mi hermano del alma. Al cineasta le ven¨ªa algo grande la chaqueta, pero el ¨¦xito se le qued¨¦ peque?o.La acogida del p¨²blico fue cari?osa, c¨¢lida, reconociendo la labor de un debutante con prometedor talento. Que la pel¨ªcula gust¨® mucho no s¨®lo se apreci¨® en los aplausos finales, se sent¨ªa en la fiesta que la productora ofreci¨® luego en Morocco. Y es que no hay peor trago que soportar un pesti?o y sufrir la fat¨ªdica pregunta: "?Qu¨¦ te ha parecido?" Superado ese trance, los ¨¢nimos se relajaron.

En Mi hermano del alma, Juanjo Puigcorb¨¦ es el hermano malo y Carlos Hip¨®lito, el triunfador. Entre ambos, Lydia Bosch es la mujer que abandona a uno para entregarse al otro. S¨®lo el tiempo cerrar¨¢ esa herida abierta con un plant¨®n en un bar de carretera.

La ausencia de Puigcorb¨¦ no lleg¨® a deslucir la fiesta porque Lydia Bosch (sin su marido, Miguel Molina, y saludando a su ex, I?aki Miram¨®n) y Carlos Hip¨®lito, dos estrellas de Clara Heymann, se trabajaron a fondo su papel de anfitriones.

Entre los focos no se vio a la la ministra de Cultura, Carmen Alborch, (tal vez acudi¨® al estreno de Los tres mosqueteros, y tampoco acudi¨® al de C¨®mo ser infeliz y disfrutarlo porque se present¨® en el de La edad de la inocencia), pero estaba Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, que para eso representa a todo el Gabinete.

Entre los artistas peor vestidos, premio a Enrique P¨¦rez Sim¨®n por una chupa negra que no daba la talla en un acto de glamour. Menos mal que se la quit¨® en Morocco, llena a rebosar (y m¨¢s oscura de lo habitual), en cuanto aparecieron Toni Cant¨®, Ana Gracia, Fernando Guill¨¦n Cuervo, Cristina Marcos, Fernando Colomo y los dem¨¢s.