J¨²bilo serbio al paso de las tropas rusas

Las mujeres colgaban flores en los parabrisas de los veh¨ªculos todoterreno. Los hombres ofrec¨ªan botellas de brandy. Los ni?os brincaban jubilosos, subi¨¦ndose a los carros blindados. El paso del batall¨®n ruso por Pale, sede pol¨ªtica de los serbios en Bosnia, fue espectacular. Los soldados se dirig¨ªan, en su calidad de cascos azules, hacia las posiciones serbias en las afueras de Sarajevo para controlar las bater¨ªas que sitian la ciudad.Centenares de personas esperaban a los rusos, aliados tradicionales de los serbios, sobre el puente que conduce a la aldea de Pale. El sol invernal encend¨ªa las caras de los j¨®venes soldados, perplejos ante tanta alegr¨ªa y tanta c¨¢mara de televisi¨®n. Su paso lento lo aprovecharon los ni?os, los fot¨®grafos y los reporteros de televisi¨®n para subirse a los techos de los transportes blindados de tropas y mezclarse con los soldados.

Los rusos sonre¨ªan, saludando con el signo serbio de la victoria: tres dedos alzados en alto. Los pueblos ortodoxos se persignan con tres dedos. Algunos soldados, como en las viejas pel¨ªculas rusas sobre la II Guerra Mundial, se asomaban por las ventanas para estrechar las manos de los hermanos serbios. Otros besaban a los ni?os. Algunos gritaban de d¨®nde eran: de Mosc¨², de los Urales... Sonrisas de los soldados y sonrisas de los serbios.

Una mujer grit¨®: "Ustedes s¨ª que acabar¨¢n con Alia [Izetbegovic]". No hubo respuesta. El triunfante paso de los rusos parec¨ªa el desfile de un ej¨¦rcito libertador. El paso del ¨²ltimo convoy coincidi¨® con la ca¨ªda de la noche. Faltaban tan s¨®lo seis horas para el vencimiento del ultim¨¢tum de la Alianza Atl¨¢ntica.