La m¨¢s joven de las encausadas afirma que el duque de Feria le prometi¨® hero¨ªna si raptaba a la ni?a
El testimonio de Sandra ?lvarez fue demoledor. La joven prostituta, procesada y principal testigo de cargo, aplast¨® al duque de Feria. Sandra asegur¨® que el noble sab¨ªa que ella era menor de edad, que le facilit¨® droga y la vej¨®. Acus¨® a Rafael Medina de haberla inducido al rapto de la ni?a Ana Mar¨ªa a cambio de hero¨ªna. Mercedes Almeida e Isabel Saltares dieron una de cal y otra de arena: confirmaron que el duque les pag¨® sus servicios con droga, pero rebajaron la participaci¨®n de ¨¦ste en los delitos sexuales. El tribunal no acept¨® que se leyera la declaraci¨®n de Ana Mar¨ªa, "por respeto a su intimidad".
El juicio que ayer se inici¨® en Sevilla contra el duque de Feria se interrumpi¨® a las 21.45, tras el interrogatorio de Sandra ?lvarez. Esta verti¨® durante dos horas un torrente de acusaciones contra el principal inculpado, que escuchaba cabizbajo el relato descarnado de la muchacha.La joven comenz¨® diciendo, a preguntas de la fiscal Dolores Villalonga, que el arist¨®crata conoc¨ªa que era menor de edad y que ya desde su primer encuentro le facilit¨® coca¨ªna y hero¨ªna. Con rotundos s¨ªes, corrobor¨® que ella pos¨® desnuda en posturas libidinosas -"abierta de piernas y sentada sobre un bal¨®n"- mientras el duque se masturbaba o dejaba que ella lo hiciera.
Me lleg¨® a pegar con una correa en el muslo y a¨²n tengo una cicatriz, mientras me insultaba llam¨¢ndome 'basura' y 'escoria'. Me oblig¨® a arrodillarme delante de ¨¦l para que le pidiese perd¨®n cuando me hac¨ªa una foto y no posaba como ¨¦l quer¨ªa", relat¨® Sandra. La secuencia de acusaciones fue interrumpida por el presidente del tribunal, Antonio Gil Merino, para que la joven jurase decir la verdad siempre que le preguntaran en calidad de v¨ªctima, pese a estar ella misma procesada.
L¨¢grimas
La toxic¨®mana reconoci¨®, al serle mostrada una foto parcialmente recortada, que las manos que tocaban sus pechos correspond¨ªan a Medina. La contemplaci¨®n de la imagen hizo aflorar las l¨¢grimas a los ojos de Sandra, hasta entonces serena.Sandra lanz¨® un torpedo contra el principal procesado: "Rafael le daba el dinero a Mercedes para que comprara hero¨ªna porque de m¨ª no se fiaba. Yo fui con ella a veces a comprar. Luego, ¨¦l guardaba la droga y, cuando yo se la ped¨ªa, me la daba... aunque no siempre". Y la fiscal abund¨®: 11 ?Se la daba siempre para que posara y realizara esas escenas que hemos relatado?". Un s¨ª seco restall¨® en la sala.
El duque, seg¨²n la joven, le pidi¨® a ¨¦sta que el 4 de marzo de 1993 fuera en busca de Ana Mar¨ªa, de la que le mostr¨® una foto. "Me levant¨¦ con el s¨ªndrome [de abstinencia]. Le ped¨ª droga y me dijo que no ten¨ªa, pero que me dar¨ªa dinero si le hac¨ªa un recado", explic¨®. El recado consist¨ªa en ir a recoger a Ana Mar¨ªa, de cinco a?os, a la que Sandra conoc¨ªa porque hab¨ªa vivido unos d¨ªas en el domicilio de la peque?a.
"La ni?a y yo estuvimos unos diez minutos en la ba?era, mientras [Rafael Medina] nos hac¨ªa fotos. Luego la sequ¨¦ y le puse un albornoz grande. Entonces, me mand¨® a comprar ropa para la ni?a. Un conjuntito, me dijo ¨¦l. Y carretes para la c¨¢mara fotogr¨¢fica. Me di¨® 15.000 pesetas para eso y para que comprara droga", explic¨® ?lvarez.
El abogado del duque, Francisco Baena, intent¨® restar credibilidad al testimonio de Sandra, quien no contest¨® a una pregunta sobre la identidad de un supuesto polic¨ªa due?o de un piso donde ella vivi¨® con otras prostitutas. Neg¨® que hubiera posado desnuda, sobre una moto negra y sobre s¨¢banas oscuras y con un cirio, para "una fot¨®grafa francesa" y otro sevillano.
La vista se hab¨ªa iniciado por la ma?ana con el interrogatorio de la secretaria de Rafael Medina, Mercedes Almeida, que se declar¨® primero estudiante, para m¨¢s tarde reconocer que comenz¨® a trabajar en 1992 en el club Payaso, un local de la avenida de Ram¨®n y Cajal, de Sevilla.
La secretaria reconoci¨® que el duque le proporcionaba dinero para droga y que Medina consum¨ªa coca¨ªna, aunque ¨¦l nunca la invit¨® a probar "su coca¨ªna". Agreg¨® que ¨¦ste le mandaba contratar prostitutas -"siempre hab¨ªa hab¨ªa alguna chica en el apartamento"- y que todas posaban para que las fotografiara desnudas, tras maquillarse, ponerse lencer¨ªa, ligueros, tangas... Tambi¨¦n dijo que ve¨ªan v¨ªdeos y revistas pornogr¨¢ficas y que el anfitri¨®n les indicaba las poses que m¨¢s le gustaban.
Cara de pena
La fiscal inquiri¨® entonces: "?Le hizo tocarse a usted con otra mujer para fotografiarla?". "No", contest¨® Mercedes, a la que tambi¨¦n se conoc¨ªa por Raquel en los ambientes de prostituci¨®n y a la que el duque llamaba Caradepena. "?Le hizo besarse en la boca con otra mujer?". Un nuevo "no". "Se limitaba a mirar, sacar fotos, excitarse y masturarse respondi¨® Mercedes.Despu¨¦s, la secretaria verti¨® el testimonio m¨¢s favorable para su compa?ero de banquillo: "Me dijo que buscara chicas j¨®venes para fotografiarlas". Cuando la acusadora hizo leer una declaraci¨®n en la que Almeida hablaba de "ni?as", aquella repregunt¨®: s"?Chicas de 15 a?os?". "No. S¨®lo jovencitas que no tuviesen el pecho ca¨ªdo", dijo.
Seg¨²n Mercedes, el 24 de febrero descubri¨® a la ni?a con un albornoz y con el pelo mojado. Su compa?era Isabel Saltares le pregunt¨® "al se?or Rafael" que por qu¨¦ estaba as¨ª y ¨¦ste le dijo que hab¨ªa comido, se manch¨® y la hab¨ªa ba?ado.
El abogado Baena intent¨® presentar la relaci¨®n entre el duque y Mercedes como "fraternal", asegurando que nunca tuvieron relaciones sexuales, que las proposiciones de ¨¦ste para que posara no eran pornogr¨¢ficas, sino "er¨®ticas". Pero confes¨® que Medina le hab¨ªa pedido que se declarase autora de las fotos de la ni?a desnuda halladas por la polic¨ªa.
Isabel Saltares ech¨® otro un buen capote al arist¨®crata al declarar que ¨¦ste nunca le di¨® droga y que jam¨¢s le hab¨ªa pedido a ella que llevase a su sobrina al apartamento ducal.
Las l¨¢grimas de Mercedes
Mercedes Almeida, la secretaria del duque, protagoniz¨® la escena m¨¢s emotiva de la sesi¨®n. Se ech¨® a llorar cuando relat¨® que empez¨® a trabajar en el club Payaso, de Sevilla, con la condici¨®n de no tener que mantener relaciones sexuales, ya que sufre un quiste en la vagina. Y, adem¨¢s, por otros "problemas personales" que no especific¨®, pero que quiz¨¢ est¨¢n relacionados con su violaci¨®n por parte de su padrastro, cuando ten¨ªa 13 a?os.Medina, de 52 a?os, chaqueta azul marino, pantal¨®n gris, cabello plagado de canas, se mostr¨® cabizbajo en muchos pasajes del juicio. A su derecha, la joven Sandra ?lvarez, camisa a cuadros azules, junto a Isabel Saltares, cazadora de cuero gris, cascada de rizos negros, y Mercedes Almeida, camisa negra y cabello recogido en cola de caballo.
El duque lleg¨® a la Audiencia de Sevilla en un coche policial en lugar de hacerlo en el habitual canguro [furg¨®n para el traslado de presos]. Y luego fue conducido hasta la sala por pasillos alejados de los flashes de los fot¨®grafos.
Exist¨ªa el temor de que el juicio se convirtiera en un relato de alta tensi¨®n pornogr¨¢fica. Pero la sesi¨®n de ayer no tuvo el menor tinte morboso. "Fornicar" o "mnasturbaci¨®n" fueron los t¨¦rminos m¨¢s fuertes que afloraron en la vista en la jornada de ayer. Si alguien esperaba di¨¢logos dignos de una pel¨ªcula X, se equivoc¨®.
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