"Marsillach y yo somos compinches"
Carlos Cytrynowski, el director adjunto de la Compa?¨ªa Naci¨®nal de Teatro Cl¨¢sico, es uno de esos grandes desconocidos que trabajan desde el anonimato. Pese a vivir en la era de las grandes parafernalias esc¨¦nicas, en la que muchos creadores de la pl¨¢stica teatral viven subidos en el tren de la fama, es pr¨¢cticamente desconocido por el gran p¨²blico. Ocurre con otros escen¨®grafos y figurinistas, pero a su caso contribuye a esta circunstancia el formar pareja profesional, desde hace ocho a?os, con Adolfo Marsillach, uno de los punteros del teatro espa?ol, cuya popularidad ha provocado que Cytrynowski y su prestigio permanezcan en la sombra.La carrera profesional de este argentino de 55 a?os, de or¨ªgenes judio-polacos ha transcurrido entre una intensa actividad internacional. Ocho a?os en el Gran Teatro de Ginebra, una temporada en el Berliner Ensemble, 150 espect¨¢culos de teatro, ¨®pera, zarzuela, music hall, danza..., siempre reclamado por los mejores del mundo y en la ¨²ltima d¨¦cada por Marsillach.
Pregunta. ?Se considera fagocitado por Adolfo Marsillach?
Respuesta. No, no lo creo. He hecho muchas cosas sin ¨¦l.... en todo caso es una fagocitaci¨®n mutua, como a veces se da en las relaciones en las que hay compafierismo. Sobre todo somos compinches. Cierto que el trabajo con ¨¦l es absorvente y' no me apetece ocuparme de otras cosas, a pesar de que el tel¨¦fono no para de sonar para otras ofertas.
P. ?Son ustedes un matrimonio profesional?
R. Esa figura por supuesto existe y posiblemente nosotros lo seamos. Lo que hay es una profunda comunicaci¨®n entre los dos, con una relaci¨®n de trabajo muy equilibrada, cosa que es muy dif¨ªcil mantener. Yo he trabajado a gusto con otros directores, pero nunca he tenido una relaci¨®n profesional tan s¨®lida y larga en el tiempo.
P. ?Cabe la posibilidad de que el que fagocita a Marsillach sea usted y que por la popularidad de ¨¦l nadie lo note?
R. No lo s¨¦. Habr¨ªa que pregunt¨¢rselo a ¨¦l, En las relaciones matrimoniales, en las profesionales tambi¨¦n, siempre hay una absorci¨®n y fagocitaci¨®n por ambas partes. Nos necesitamos, nos gusta trabajarjuntos, divertirnos con los mismos. chistes....
P. ?Vivimos tiempos buenos para la creaci¨®n?
R. Casi me da verg¨¹enza repetir el t¨®pico de la crisis del. teatro. Hasta hace dos a?os, en Espa?a, tir¨¢bamos la casa por la ventana, nos parec¨ªa que hab¨ªamos tocado el cielo con las manos y en cuesti¨®n de horas todo ha cambiado. Quiz¨¢ la crisis estimule a la creaci¨®n porque uno tiene que apoyarse m¨¢s en la imaginaci¨®n, pero no tengo claro si es mejor o peor. En cualquier caso debemos pensar que hist¨®ricamente se ha comprobado que despu¨¦s de una etapa de gris viene un resurgimiento. Lo que tiene mucho que ver con la creaci¨®n es la, vida cotidiana y el ser humano. En estos momentos, con sus guerras y la epidemia del sida, hace que uno est¨¦ de otra manera.
P. ?A qu¨¦ se refiere con estar de otra manera?
R. Lo que tiene que ver con una crisis real. Estoy triste y angustiado ante la diezma de artistas por el tema del sida; me tiene electrocutado la desaparici¨®n de tantos colegas, de generaciones enteras de actores, bailarines, directores, core¨®grafos..., gentes en la plenitud de su creaci¨®n. Estoy profundamente desconsolado, porque estamos impasibles frente a algo profundamente grave. Es como si alguien decidiera fumigarnos y esta profunda tristeza, que tanto me revuelve por dentro, ha hecho que mis ganas de vivir, mi ¨ªndice de alegr¨ªa haya descendido mucho.
P. En la era de las grandes parafernalias esc¨¦nicas, ?no son los escen¨®grafos los verdaderos responsables de haber tejido esa tela de ara?a en la que han ca¨ªdo los directores de escena?
R. Volvamos a lo de los matrimonios. No creo nunca que haya un culpable. Siempre son los dos. Uno lo hace y el otro deja que se haga. Si nuestro trabajo se ha impuesto ser¨¢ porque los directores lo han necesitado y no olvidemos la responsabilidad del p¨²blico, a quien tambi¨¦n le ha interesado eso.
P. ?Se regocija porque le ha tocado vivir esta gran ¨¦poca de la escenografia?
R. Me regocija vivir la ¨¦poca que me ha tocado, porque adem¨¢s no tengo otra; lo que si me ha gustado, en estos ¨²ltimos a?os, es haber transitado por los cl¨¢sicos.... porque me ha hecho. descubrir el castellano en toda su riqueza. Ah¨ª empec¨¦ a regocijarme de la suerte que ten¨ªa.
P. ?No le entran ganas de hacer otra cosa?
R. Si muchas, me encantar¨ªa abordar a Shakespeare o Moli¨¦re o algo moderno de Pinter, Valle Incl¨¢n. Mi formaci¨®n, tanto ideol¨®gica como intelectual, ha sido brechtiana y del expresionismo alem¨¢n. He hecho m¨¢s de 150 espect¨¢culos y nunca he hecho un Brecht, a pesar de haber estado form¨¢ndome en el Berliner Ensemble. Me quedan muchas cosas por hacer que son importantes para mi.
P. ?Y no piensa nunca abandonar a Marsillach?
R. Si, supongo que nos pasa a los dos, pero en cuanto reflexiono un poco desecho esa idea.
P. ?No le dan envidia los movimientos teatrales que est¨¢n surgiendo en las salas alternativas?
R. Si, much¨ªsima. Adem¨¢s yo empec¨¦ en territorios parecidos. Pero son etapas..., ya pas¨¦ la m¨ªa.
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