Mi primera y ¨²ltima carta a Antonio Mart¨ªn
Querido amigo Antonio: aunque no te conoc¨ª personalmente, s¨ª conoc¨ªa tus gestas, segu¨ªa minuciosamente tus cortas y esperanzadoras haza?as.. Creo que leer¨¢s mi carta, t¨² y los que te han precedido, porque est¨¢ escrita m¨¢s con el alma que con la mano, y t¨² de almas ahora entiendes bastante.
Hace d¨ªas, un amigo italiano me dijo que Espa?a no es un pa¨ªs de bicicletas y que nunca lo hab¨ªa sido; yo discut¨ª con ¨¦l, pero despu¨¦s recapacit¨¦ y pens¨¦ que pod¨ªa hasta tener raz¨®n. Creo que tu error, el m¨ªo y el de much¨ªsimos aficionados al ciclismo es ¨¦ste, el de andar por un pa¨ªs que no est¨¢ preparado para compartir nada y en especial las carreteras, con unas personas a las que ven disfrazadas, que cogen un tri¨¢ngulo con dos ruedas y hacen kil¨®metros y kil¨®metros para llegar a casa cansados y a veces no llegar, ?verdad, Antonio? Creo que tu error ha servido para que cada d¨ªa, en este deporte, nos sintamos m¨¢s unidos, y eso te va a poner tan orgulloso que sentir¨¢s hasta ganas de bajar de tu podio, al que has subido sin nuestro permiso, pero que es el m¨¢s glorioso de esta vida.
Es tan grande la afici¨®n que tengo que robo tiempo a mi descanso, aun sabiendo que alg¨²n d¨ªa puedo no volver, pero, a pesar de ello, sigo. Soporto pitidos, insultos, negativas a cederme el paso, lanzamiento de objetos, velocidades de 130 kil¨®metros a la hora a 10 cent¨ªmetros de mi cuerpo, sorteo cristales, animales muertos, ruedas, piedras y todo objeto que te puedas imaginar; todo esto me hace tanto da?o que puede llegar un d¨ªa a quitarme la vida, ?verdad, Antonio? A cambio, el que yo puedo hacerles es caerme encima de su veh¨ªculo y causar ara?azos de dificil soluci¨®n en la pintura. ?Qu¨¦ pa¨ªs el nuestro, Antonio!
Me siento culpable porque a veces circulo en paralelo con otro amigo durante unos kil¨®metros y piso la raya blanca del arc¨¦n para sortear alg¨²n obst¨¢culo. Pido perd¨®n a los autom-ovilistas por las molestias que puedo ocasionarles. Ves, Antonio, yo pido perd¨®n, cosa que t¨² no podr¨¢s hacer nunca.
Pero de esto lo m¨¢s bonito es saber que, por encima de todo, existe la afici¨®n a un deporte que, en tu caso y en el m¨ªo, es la bici. Seguiremos cayendo, pero seguir¨¢n saliendo nuevos aficionados, y nuevas figuras.
Antonio, estoy, estamos y estaremos siempre contigo. Descansa en paz-
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