El Taugr¨¦s Vitoria disputar¨¢ la final de la Recopa ante el Liubiana
El Taugr¨¦s alcanz¨® la final de la Copa de Europa (antes Recopa) en un partido pasional. Domin¨® el encuentro de principio a fin, pero sin la necesaria tranquilidad para aburguesar su actitud. El Cholet naveg¨® a remolque de los vitorianos, socorrido por Rigaudeau en su faceta anotadora de tiros libres pero desasistido de Jones, que sucumbi¨® al avasallamiento de Santi Abad.
Manel Comas hab¨ªa pronosticado un partido testicular. Sus continuas apelaciones a esa faceta fisiol¨®gica del deporte se alternaban con otro pron¨®stico a la postre definitivo: "Es muy dif¨ªcil ganarle al Taugr¨¦s dos partidos en 48 horas". Con esos ladrillos y un ajuste defensivo construy¨® un equipo hipermotivado y rocoso que ense?¨® la proa a los. franceses desde el salto inicial.
Pero el Taugr¨¦s buscaba las emociones fuertes y a los nueve minutos de partido Pablo Laso acumul¨® su cuarta falta personal, tras una discutible t¨¦cnica, que le llev¨® al banquillo. El Cholet, sin embargo, no aprovech¨® el desconcierto vitoriano en tanto Cazorla se situaba en la cancha y las ventajas del Taugr¨¦s no bajaron de cuatro puntos ni excedieron la decena.
El equipo de Comas mantuvo la calma. Abad desquici¨® a Jones, condenado a la ingrata tarea de lanzar faltas personales. S¨®lo la ambici¨®n de Rigaudeau y las intermitencias de Eric John encendieron el partido hasta el minuto final.
Pero el Taugr¨¦s estaba hecho de una pieza. Rivas a?adi¨® a su capacidad defensiva, suficientemente probada ante Vargas, un poder¨ªo ofensivo definitorio. Y entre todos sobresali¨® la figura del croata Perasovic atento al bal¨®n, al reloj y al coraz¨®n del partido, que manej¨® a su antojo y conveniencia.
Cuando Laso volvi¨® a la pista los franceses se derrumbaron. Rigaudeau, muy nervioso, acumul¨® personales y acab¨® eliminado.
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