Los v¨¢ndalos causaron el a?o pasado da?os por valor de 1.200 millones de pesetas

El coste de la reparaci¨®n de los destrozos ocasionados por v¨¢ndalos en el mobiliario urbano, los transportes y las cabinas telef¨®nicas de la ciudad ascendi¨® a 1.200 millones de pesetas el a?o pasado. Los v¨¢ndalos rompen cada mes entre 50 y 100 bancos, 1.500 papeleras y 40 cristales de marquesinas. El Ayuntamiento, Renfe, Telef¨®nica o el Metro deben gastar cada a?o cientos de millones en reparar los destrozos producidos por los gamberros.

Sin embargo, un reciente estudio internacional asegura que Espa?a es uno de los pa¨ªses menos vand¨¢licos de Europa. El Ayuntamiento gast¨® el a?o pasado 200 millones de pesetas en limpieza de pintadas y retirada de carteles y 155 millones en reparar bancos y bolardos (postes para impedir el estacionamiento sobre las aceras). El mantenimiento y reposici¨®n de papeleras cost¨® 188 millones (gasto que corre a cargo de la empresa concesionaria).A Renfe, la quema de papeleras y los destrozos en asientos y ventanas le costaron 289 millones. Los tel¨¦fonos robados o arrancados de cabinas p¨²blicas le salieron a Telef¨®nica por 203 millones. Y la empresa del Metro tuvo que desembolsar 160 millones para borrar pintadas, reparar m¨¢quinas expendedoras de billetes y fluorescentes hechos a?icos.

No todos estos destrozos se deben a actos malintencionados. Los t¨¦cnicos municipales distinguen tres categor¨ªas de vandalismo: el sistem¨¢tico; el producido por un uso indebido; y el ocasional, por ejemplo por una huelga o un partido de f¨²tbol. Los gamberros sistem¨¢ticos que act¨²an en Madrid rompen una media mensual de 40 cristales de marquesina, entre 50 y 100 bancos y 1.500 papeleras. Cada a?o caen en acto de servicio 100 columpios y 100 canastas o porter¨ªas.

El mal uso del mobiliario urbano provoca tambi¨¦n bajas, aproximadamente la mitad de las cantidades descritas para el vandalismo sistem¨¢tico. Las manifestaciones, huelgas o acontecimientos deportivos ocasionan destrozos espor¨¢dicos, de montante muy variado. Por ejemplo, durante las protestas de estudiantes contra las tasas se produjeron desperfectos por un importe de 30 millones de pesetas.

Hay un vandalismo a granel, practicado contra los m¨¢s duros elementos urbanos, y otro m¨¢s refinado, que tiene a las cabinas telef¨®nicas por v¨ªctimas. En ellas se da la gamberrada pura: apagar pitillos en el metacrilato; la gamberrada protesta: sellar con silicona la ranura de los tel¨¦fonos de tarjeta, que Telef¨®nica se empe?a en promocionar para evitar robos; y la gamberrada lucrativa: manipular el cajet¨ªn donde caen las monedas devueltas para que el usuario no pueda recuperarlas. La implantaci¨®n de tel¨¦fonos modulares, m¨¢s robustos que los tradicionales, ha permitido a Telef¨®nica ahorrar m¨¢s de 400 millones en reparaciones de da?os respecto a 1992, seg¨²n apunta un portavoz de la compa?¨ªa.

En el Metro, la limpieza de pintadas se lleva el grueso de los 160 millones de pesetas que gasta la compa?¨ªa en reparaci¨®n de destrozos intencionados. Los grafiteros se ceban con los coches de la l¨ªnea 5, Carabanchel-Canillejas.

La concejal de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, ha restado importancia a los resultados del estudio que sit¨²a a Espa?a entre los pa¨ªses menos vand¨¢licos de Europa. "El grado de vandalismo en este pa¨ªs es muy importante, y si dicen que Espa?a es el menos vand¨¢lico de Europa, es que no han viajado", sentencia.